Ser Revolucionario en la Actualidad

Earl Gilman en una protesta


El Revolucionario Actual

Es fácil ser revolucionario por 2 o 3
años.  Después, la impaciencia es natural, pero más tarde es fácil ser un
cínico.  La izquierda tiene muchas debilidades: una falta de autocrítica,
el caudillismo, el oportunismo, etcétera.  Son reflejos del mismo sistema
capitalista dentro la izquierda.

No es lo mismo ser crítico que ser cínico.  La crítica es necesaria para
superar, pero el cinismo sirve solo para justificar el abandono de la lucha.

Hay una furia en los pueblos contra el capitalismo de «libre comercio.»
Pero como la canción de Gabino Palomares dice: «hay que convertir la furia
en estrategia.»  La estrategia consiste en analizar la lucha de
clases como muchas luchas, muchos pasos, que requieren mucha paciencia.

Mientras tanto, ¿cómo sobrevivir? El capitalismo ha declarado la guerra contra
la libertad humana. Es fácil sobrevivir callándose la boca. Pero
“revolucionarios miedosos» no sirven para nada.  Tenemos que aprender
a enseñar las ideas revolucionarias en forma sencilla: el sistema ha convencido
hasta a los pobres que la pobreza es natural. Tratan de convencernos que la
injusticia es natural; que no existe el progreso humano sino el progreso de las
máquinas para el consumismo. El Partido Revolucionario es un Ejército de
Principios basados en el humanismo.

El revolucionario tiene que  mover el
pensamiento hasta el borde del mundo posible. Tiene que estar comprometido con
el futuro y no con  la actualidad como un
simple espectador, aunque la actualidad parezca duradera. La actualidad es un
manicomio… aceptarlo es volverse loco. Urge transformar la actualidad: barbarie
capitalista o revolución socialista.

Earl Gilman

Náhuat, Lengua Originaria que Sobrevive en El Salvador

Cada vez que saboreamos un chocolate, empinamos un papalote o apachurramos un aguacate para hacer guacamol, mantenemos un poco viva la lengua Náhuat, que hoy celebra su Día Nacional en El Salvador.

Este legado patrimonial que defienden comunidades indígenas ha resistido a colonizaciones de todo tipo y se mantiene como una suerte de código secreto entre salvadoreños de sangre pipil.

Aún así, este idioma relacionado con el náhuatl hablado en México por los toltecas, corre un severo riesgo de desaparecer, de ahí la importancia de iniciativas que lo eleven al lugar que merece como bien cultural.

La Asamblea Legislativa de El Salvador decretó esta efeméride en 2017, a tono con la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna, y este año será el primero sin uno de sus grandes defensores, Genaro Ramírez.

El respetado líder indígena y director de la casa de la cultura de Santo Domingo de Guzmán trabajó por la conservación del náhuat, al punto que el tiempo parece detenido en ese municipio de artesanos en Sonsonate.

Hasta su muerte, el pasado año, Don Genero enseñó el también conocido como idioma pipil, y su sueño era que el Ministerio de Educación incluyera su enseñanza en los programas de aprendizaje a nivel nacional.

Eso es más una utopía que un sueño, pero al menos la Legislativa reconoce al único idioma indígena que a duras penas sobrevive en El Salvador como un valioso Patrimonio Cultural Inmaterial de esta nación centroamericana.

Por lo pronto, el gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén, por medio de la Secretaría de Cultura, dictó medidas de protección y conservación de esta fuente de saberes que narra el pasado como lo contaban los ancestros.

Fuente de la información:
voces.org.sv

Exigen la renuncia de la Procuradora de Derechos Humanos

La protesta fue realizada frente a las instalaciones de dicha institución sobre la 5° avenida Norte, en las cercanías del redondel Don Rúa.



El Sindicato de Empleadas y Empleados de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador (SEPRODEHES) realizó este viernes una protesta en contra de la titular de esa institución, Raquel Caballero.

La protesta la realizaron frente a las instalaciones de esta institución sobre la 5° avenida Norte, en las cercanías del redondel Don Rúa.

Los sindicalistas paralizaron labores y exigen la renuncia de la procuradora Caballero, porque consideran que su «mal desempeño» en sus funciones «arriesga la seguridad de los bienes» de la entidad.

Esto debido a que el pasado domingo, un hombre ingresó a las instalaciones de la PDDH y robó cuatro computadoras que contienen «información sensible» y hasta el momento no se logrado dar con el autor de este hecho.

Asimismo, exigieron la renuncia del asesor de la titular, Saúl Coreas, quien de acuerdo con los sindicalistas no tiene la faculta de laborar en la institución por haber laborado en la Policía Nacional Civil (PNC).

Denuncian Robo de Computadoras de la PDDH

Se informa que las cámaras de video vigilancia captaron el hecho y la Policía Nacional Civil ya investiga.

La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) denunció este lunes que fue víctima del robo de cuatro computadoras que tenían «sensible e importante» información administrativa y de tutela, y varias de ellas con alto nivel de confidencialidad por el trabajo propio de la institución.

“El día 11 de febrero en horas del mañana se introdujo a las instalaciones de esta institución una persona aún no identificada, violentando la estructura del edificio para tal fin, y sustrayendo cuatro computadoras que contienen sensible e importante información institucional”, expresa la PDDH por medio de un comunicado.

La institución asegura que el hecho, que preliminarmente aparenta no tratarse de un acto criminal, quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio, cuyo material ha sido entregado a la Policía Nacional Civil (PNC) alertada en el momento en que se descubrió lo sucedido, y quien ya realiza investigaciones.

“En mi calidad de titular de procuradora para la defensa de los derechos humanos, condeno de forma contundente el ataque, y he solicitado a director de la PNC y a la Fiscalía General de la República, que realicen todos sus esfuerzos a partir de sus competencias para esclarecer con prontitud el delito cometido e individualizar responsabilidades”, expresó la titular de la PDDH, Raquel Caballero de Guevara.

Pide además a dichas instituciones determinar las motivaciones del crimen y la responsabilidad penal de quienes lo cometieron.


La Agonía de Cervantes

Interesante cuento que hace un repaso de los principales personajes de la obra Don Quijote de La Mancha. Bueno de leer, aunque sea un poco viejo.

Por Carlos-Octavio Bunge

Indigentemente cuidado por manos mercenarias, más envejecido que viejo, se moría Cervantes. Buen cristiano, despedíase del mundo con la conciencia limpia, después de recibir los últimos auxilios de la religión. Y, aunque sólo agonizante, por muerto habíanle dejado en la sórdida guardilla.

No estaba todavía muerto, no, si es que él podría morir alguna vez. En su imaginación febricitante pululaban sus recuerdos, casi todos de lágrimas y amargura. Rememoraba envidias, pobrezas, calumnias, prisiones… Pero, ¿cómo? ¿qué no había tenido él ninguna dicha en la vida?… ¡Ah, sí! La tuvo, sí, la tuvo, cuando en sus horas solitarias viviera el mundo de su fantasía que describió en sus libros. ¡Felices horas aquellas en que la fiebre de la concepción lo levantaba a una esfera tan superior a las humanas miserias! Bien dijo entonces: «Para mí sólo nació don Quijote y yo para él…» Bien dijo entonces, asimismo, como alguien le tildara de envidioso: «Descríbaseme la envidia, que yo no la conozco». En cambio, otros, y bien ilustres, la conocían por él…

No estaba todavía muerto, no, pues que pensaba… Y sintió que se abría una puerta y entraban en tropel, como legión de espectros, conocidísimas figuras…

Venía adelante don Quijote de la Mancha, seguido de su escudero Sancho Panza; luego el bachiller Sansón Carrasco, el cura, el barbero, Dulcinea del Toboso, Teresa Panza, Camacho, la dueña Rodríguez, los duques… Y también Persiles y Segismunda, Rinconete y Cortadillo, la Gitanilla… En fin, toda la caterva de los personajes que aparecían en sus obras…

Don Quijote, como jefe de la caterva, acercándose al mísero lecho, lanza en ristre y visera caída, habló primero:

—Este es don Miguel de Cervantes Saavedra, el malandrín que nos creara y tuviese cautivos en sus libros, como las alimañas enjauladas que presentan los histriones de la feria, para risa y escarnio del vulgo soez y malicioso. Este es Cide Hamete Benengeli, el atrevido burlador de nuestras mejores fazañas y el cuentista charlatán de nuestros amoríos y secretos.—Y encarándose con el moribundo, agregó:—Ha llegado el momento, oh Cervantes, de que nos rindáis cuenta de las burlas e injurias que tan despiadadamente nos habéis inferido, y que he de vengar, ¡vive Dios! por el valor de mi esforzado brazo, en un hecho como no vieran los pasados siglos ni verán los venideros…

Sansón Carrasco no parecía menos iracundo:

—Mal hicisteis, don Miguel, en divulgar tanta confidencia amistosa y reservada que depositamos en el seno de vuestra confianza y caballerosidad. Mal hicistéis, don Miguel, en contar al público los yerros y debilidades de nuestros mejores amigos. Aunque no soy yo el peor presentado, poco hablasteis de mis muchas letras, y mucho de mis pocos donaires y bellaquerías. Hubierais de haber sido siquiera más imparcial y justo, no abultando lo malo o indiferente y disimulando lo bueno y lo mejor. ¿Por qué no escribisteis nada de mis glosas a Aristóteles, nada de mis traducciones de Horacio, nada de mis puros amores con Casilda de Ricarte?…

Quejábase también el cura:

—Sana habrá sido vuestra intención, don Miguel, pero, al hablar de mí, ¡bien pudisteis enaltecer mis virtudes y no pasarlas en tan displicente silencio!

Camacho clamaba:

—Tal fama de rico me distéis al describir mis bodas, que no hay en veinte leguas a la redonda pobre que no me pida… Y si le doy mucho, no me lo aprecia; si poco, se retira descontento; si nada, me acusa de tacañería y maldad… ¡Flaco servicio os debo, señor de Cervantes!

Teresa Panza, la mujer de Sancho, vociferaba a su vez:

—¿Para qué ha cantado vuesa merced tantas aleluyas y gastado tanta tinta, sin sacarnos al fin y al cabo de nuestra pobreza?… ¡Hubiérase metido vuesa merced con los ricos y los orgullosos, y no con los pobres y los humildes, que nada le pedimos ni para nada le llamamos!

La mentada doña Dulcinea del Toboso, por su verdadero nombre Aldonza Lorenzo, gritaba a la par de Teresa Panza, al doliente caballero:

—¿Qué os hice para que también os metierais conmigo, según se me ha dicho, en esas historias mentirosas que corren impresas por ahí?… ¡Nada os importa, ni a vos, ni al mundo, que yo huela o no huela a ámbar, que sea soberbia princesa o zafia labradora!…

Maritornes, con los brazos en jarras, era otra furia. ¿A qué perpetuar el cuento de su extravío de una época pasada, arrojando la nota de deshonra sobre una moza que después podía ser, y ahora lo era efectivamente, honestísima madre de familia?…

El barbero decía también:

—Aquí traigo mi navaja, no para afeitar a vuesa merced, sino para vengarme de ella por las bromas que ha dado a mi cliente don Alonso Quijano y a sus parientes y amigos…

La dueña Rodríguez clamaba llorosa:

—Yo no soy fantasma, ni visión, ni alma del purgatorio, sino doña Rodríguez, la dueña de honor de mi señora la duquesa, y vengo a inculparos de vuestra sátira contra todas las dueñas, encarnadas en vuestra falsa y mentirosa Dueña Dolorida!…

Los mismos duques estaban descontentos, pues que la duquesa decía:

—A gente de nuestra alcurnia y grandeza, mejor fuera dejarla tranquila cuando no se trata de históricos hechos. Contar nuestras acciones privadas es dar pábulo a las habladurías de plebeyos y villanos…

Persiles y Segismunda hubieran deseado el discreto velo del silencio sobre sus antiguos amores…

Rinconete y Cortadillo protestaban por su fama de ladrones. ¡Tan conocida era esta fama, que todos estaban ahora en guardia contra ellos, y ya no podían seguir robando a gusto!…

La Gitanilla, hasta la Gitanilla se quejaba de su cervantino renombre, presumiendo de honrada y pudorosa…

Y así, uno por uno, los personajes fueron exponiendo sus crueles y destempladas quejas. Llegaron a gritar todos juntos, tan desaforadamente, que el divino Cervantes se creyó expiando algunos pecadillos en las profundidades del purgatorio…

Sólo Sancho guardaba un pensativo silencio, sentado a los pies de la cama… Quiso decir algo a don Quijote, y no lo pudo, cubierta su palabra por la infernal algarabía…

De pronto, don Quijote hizo un molinete con la lanza obligando a que todos se alejaran del lecho, y clamó con voz colérica e imperativa:

—¡Basta ya, chusma cobarde y desenfrenada! ¡Apartaos! ¿No veis que es un solo hombre al que todos acosáis? ¡Dejadlo que combata conmigo solo en singular batalla, y Dios dirá de qué parte están la razón y la justicia!… He ahí mi guante, Cide Hamete Benengeli, y salgamos a luchar en campo abierto, si no miente vuestro nombre y corre aún sangre en vuestras venas.

El moribundo hizo un esfuerzo para incorporarse, sin conseguirlo… Y Sancho, poniéndose de pie, increpó a Don Quijote:

—¿No ve vuestra merced que don Miguel es inválido por carecer de un brazo, y que en este momento se nos muere? Antes le debemos socorro que insultos y ataques. Lo cortés no quita lo valiente, una mano lava la otra y cada oveja con su pareja…

Viendo que, efectivamente, Cervantes era ya casi un cadáver, don Quijote exclamó:

—Tienes razón, que te sobra, Sancho amigo. ¡Oh desgraciado de mí! Cuando al fin alcanzó el más encarnizado de mis enemigos, aquél con quien contara al mundo mi historia convirtiendo mi valor en hazmerreír de perversos e ignorantes, aquél cuya péñola implacable hace irrisión de mis nobles pasiones y befa de mis mejores hazañas, he aquí que lo hallo enfermo, postrado y agonizando, por obra y gracia de los pérfidos encantadores que me persiguen, y que no han querido que vengue de una vez por todas sus burlas y ultrajes, para eterna gloria de mi nombre.

Después de un silencio, Sancho repuso, con inacostumbrada melancolía:

—Cría cuervos para que te saquen los ojos. El señor don Miguel no es nuestro enemigo, que es nuestro padre.

Al oír esto, Don Quijote quedó completamente absorto en sí mismo, un rato largo, muy largo, sin atender a la creciente farándula con que los demás personajes mortificaban al solitario moribundo… Luego se irguió y dijo muy recio:

—Cierto. Él es nuestro padre. Él nos ha dado la posteridad y la gloria, ¡la verdadera vida!

Y sin más, arremetió contra la legión de importunos que antes capitaneara, arrojándolos de la habitación como a perros, a golpes de lanza… Cuando salieron todos, cerró la puerta detrás de ellos, quedando solo con el moribundo y Sancho…

Cervantes, que haciendo un último esfuerzo se había levantado a echar también a los incómodos visitantes, cayó entonces sobre Alonso Quijano el Bueno… Y mientras Sancho, arrodillado, le cubría las manos de lágrimas, rindió su alma a Dios en los brazos de don Quijote. En su boca descolorida acentuábase una sonrisa de infinita ternura, como si dijera a sus dos creaciones más ilustres:

—¡Bien sabía que habíais de venir vosotros, hijos míos, a socorrerme en la hora de la muerte!

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Mi Génesis


Por Baneste


En el principio era la Mujer.

Y la mujer era el principio.

Y la luz se hizo cuando abrí los ojos por primera vez.

Y entonces vi el cielo y las estrellas.

Y vi que la negación de luz era oscuridad.

Y que la negación de todo principio era la confirmación de
otro.


Entonces descubrí esto:

Que sufrimiento
es amor.

Y que amor
es mujer.