Las Épicas Hebreas y del Cristianismo Primitivo: El Libro de Job

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, hay varias narraciones con características épicas, pero se ha consensuado que el Libro de Job se ubica entre «uno de ese grupo de cinco o seis poemas mundiales que se erigen como expresiones universales del espíritu humano». Por eso se le considera la epopeya hebrea representativa y, dado que describe los conflictos del alma humana, también se la ha denominado la «epopeya de la vida interior».


En el desarrollo histórico hebreo, este libro fue escrito después del exilio, probablemente en la última parte del siglo IV a. C., incorporando varios poemas más antiguos, porque se cree que el tema es anterior al Éxodo. En el prólogo se presenta una descripción de Job, un jeque modelo de la tierra de Uz, cuya conducta ha ganado la aprobación de Dios tan completa que el Todopoderoso le destaca con orgullo ante su consejo reunido como un hombre perfecto. El eterno adversario, Satanás, se presenta dramáticamente como en una escena faustina y –cuando Dios le agravia al exaltar las virtudes de Job– responde con sarcasmo que es fácil ser bueno cuando se es favorecido con prosperidad continua.

Habiendo sido desafiado de este modo, y sintiéndose seguro de su siervo, Dios permite que Satanás haga lo peor y así probar el verdadero valor de Job. En una rápida sucesión de eventos adversos, vemos ahora un hombre que alguna vez fue feliz y próspero, privado de hijos, riquezas y salud, desgracias tan súbitas y espantosas que sus amigos insisten en largos discursos en que ha ofendido a Dios, porque pruebas como las suyas solo pueden enviarse como castigo, por pecados graves. Las exhortaciones de los tres amigos argumentativos de Job, así como de un recién llegado, y hasta de su misma esposa, se extienden por un período de siete días y cubren tres ciclos completos; pero, a pesar de todo lo que dicen, Job se niega firmemente a maldecir a Dios como le aconsejan.

Ignorante del concilio celestial o del hecho de que está siendo probado, Job, a pesar de las pruebas y los amigos, reitera pacientemente que «El Señor dio y el Señor ha quitado», y cuando su esposa le pide que maldiga a Dios y muera, patéticamente expresa: «¡Qué! ¿Recibiremos el bien de la mano de Dios, y no recibiremos el mal?» Hay, además, pasajes completos en este libro donde Job da paso a su abrumador dolor, siendo estos lamentos evidentemente fragmentos de otra versión más antigua de la historia, o señales de que incluso una fortaleza como la suya cedió bajo la presión de la enfermedad y de los imprudentes intentos de consolación de sus amigos. Estos lamentos exceden en patetismo a cualquier otro poema hebreo, mientras que las descripciones de Job del poder y la sabiduría de Dios alcanzan una tensión muy exaltada.

Habiendo silenciado a Zofer, Elifaz y Bildad, asegurándoles que será vindicado en el cielo, si no antes en la tierra, Job les observa a ellos y a su último amigo partir, y finalmente se queda solo. Solamente entonces, y en el epílogo, se informa que, habiendo sido así puesto a prueba en el horno de la aflicción y habiendo probado ser oro verdadero, Job recibe de Dios, como recompensa, una doble medida de salud, riqueza y descendencia, para que todos sepan que no ha pecado y que su fe inquebrantable halló gracia ante los ojos del Creador.

Algunos escritores judíos citan a Eclesiastés como la mejor muestra de epopeya didáctica, y otros preferirían clasificar como epopeyas las historias de Noemí y Ruth, de Ester y Asuero, e incluso el idílico Cantar de los Cantares de Salomón. Los primeros escritores del cristianismo también ven en Revelación o Apocalipsis, de Juan el Vidente de Patmos, un brillante ejemplo de la epopeya mística o profética.

En cuanto al libro de Job, se ha expresado que, «purgado de todas las interpolaciones posteriores y restaurado en la medida de lo posible a la forma que recibió de la mano de su autor, el poema es la presentación más sorprendente del problema más oscuro y fascinante que jamás haya desconcertado y torturado el intelecto humano: cómo reconciliar la existencia del mal, no solo con los dogmas fundamentales de la antigua fe judía, sino con cualquier forma de teísmo. Expresado en los términos en que el poeta, a quien por conveniencia identificaremos con su héroe, lo concibió manifiestamente, es éste: ¿Puede Dios ser el creador de todas las cosas y no ser responsable del mal?».[1]

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[1] Dillon, Emile Joseph, The Sceptics of the Old Testament: Job – Kohelet – Agur.

Proponen Alianza Ciudadana contra Prácticas Antidemócraticas del Gobierno

Representantes de la Coordinadora Salvadoreña de Movimientos Populares se pronunciaron con un llamado “urgente” a crear una amplia alianza ciudadana contra lo que consideran un preocupante aumento de prácticas antidemocráticas por parte de la administración gubernamental, que calificaron de “intolerante, autoritaria y demagoga”, señaló Morena Murillo, del Foro Nacional de la Salud, que integra la Coordinadora Salvadoreña de Movimientos Populares (CSMP).

Murillo -defensora de derechos de las mujeres del FNS- agregó que en el contexto de la pandemia por coronavirus, el actuar del Ejecutivo y el presidente ha sido reprobable por el manejo poco transparente, irregular y corrupto de los recursos financieros entregados durante la emergencia, así como el cierre al acceso de información pública o rendir cuentas, que le ha generado “desgaste político”, que impacta a la población.

“En los últimos meses, el presidente Nayib Bukele, que consideramos una persona intolerante, confrontativa y demagoga, nos preocupa como organizaciones sociales en materia democrática, el abuso y violación de la libertad de expresión e información, a través de ataques digitales contra opositores a su planteamiento y acoso mediático a dirigentes y periodistas”, indicó.

Las acciones del pasado 9 de febrero, con la invasión de la Asamblea Legislativa, es un acto que consideran una “apología de asesinato, sedición y terrorismo”, indicó Morena Murillo, al señalar que este tipo de prácticas antidemocráticas confirman su vocación autoritaria, como sus declaraciones de la última cadena de radio y televisión, en donde afirmó que “si fuera dictador ya habría mandado a fusilar a los cinco magistrados”, ante su molestia por las resoluciones de inconstitucionalidad a sus decretos ejecutivos, por violentar los derechos humanos de la población.

“Una de las acciones presidenciales más temerarias y regresivas ha sido revivir el protagonismo e influencia política de la Fuerza Armada, beligerancia que fue proscrita por los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a doce años de cruenta guerra civil y seis décadas del militarismo atroz instaurado tras el genocidio indígena-campesino de 1932. La reforma constitucional derivada de los Acuerdos delimitó la función militar a defender la soberanía nacional y auxiliar a la población en situaciones de desastres”, reiteró.

Mientras, Katherine García, del Kolectivo San Jacinto, lamentó todo el proceso de militarización de la sociedad civil, que calificó de preocupante ante la normalización del acoso policial y militar que se registra en las zonas urbanas y rurales de país.

“Este no es un tema actual, la militarización de la sociedad, ya sabemos del actuar de presidentes anteriores en años pasados, con la idea de mantener seguro al país con policías y militares, pero ahora se ha sobrepasado la brecha sobre el tema de seguridad hacia la juventud. Durante la pandemia se han dado las detenciones injustificadas que llegaron a condiciones de acoso cuando estaban los centros de contención -que más parecían de contagio- detuvieron a jóvenes de forma arbitraria, muchos capturados haciendo las compras de la familia y la calle. Y para las mujeres y jóvenes la represión es doble en las comunidades, cuando los militares las acosan sexualmente naturalizando la violencia y el estupro que es el delito común que viven las niñas y adolescentes”, manifestó.

En otros aspectos, como el medioambiente, el tema de la crisis del agua golpea en general a la población urbana y rural, sin que la institucionalidad del actual Gobierno busque o presione por alternativas y dar una respuesta viable, por el interés común, expresó Luis González (UNES).

“A raíz del COVID-19, todo el seguimiento de leyes y políticas que están orientadas al medioambiente se agravó para atender la emergencia sanitaria, y la gente que realizaban acciones de protección ambiental estaban encerrados en sus casas (cuarentena domiciliar) impidiendo este tipo de vigilancia, monitoreo y seguimiento en la protección de los bienes ambientales, y tampoco hemos visto que el gobierno de Bukele presione por la aprobación de la Ley General de Agua, como sí lo hace por préstamos y otros asuntos de su interés y es apremiante que a nivel territorial los depredadores ambientales no han estado en cuarentena, con la destrucción ambiental, como la agroindustria que sigue contaminado el medio ambiente, como la caña de azúcar, entonces podemos ver esta incoherencia entre el trabajo gubernamental y trabajo ambiental”, acotó.

Sobre la seguridad pública, reconocieron que el único logro de la administración actual, son la reducción de asesinatos, aunque reiteraron dudas del “Plan Control Territorial” y la existencia de una “nueva tregua”, porque las desapariciones, extorsiones y la violencia feminicida va en aumento frente a una “indolencia gubernamental”.

En materia de políticas, denunciaron la profundización de la “lógica neoliberal”, que inició con la privatización de puertos y aeropuerto bajo la modalidad de asocios público-privados, práctica de gobiernos anteriores, y ahora, la privatización encubierta de la Lotería Nacional de Beneficencia. Y el desmantelamiento de programas de protección a sectores vulnerables y menor inversión social y la estrategia de más endeudamiento que fortalece al sector privado cuyos préstamos serán pagados por la población.

“La Coordinadora Salvadoreña de Movimientos Populares nos declaramos en resistencia contra el autoritarismo gubernamental y la profundización del neoliberalismo. Asimismo, invitamos a todos los sectores democráticos y a toda la población decente, honrada y trabajadora a crear la más amplia alianza ciudadana contra el autoritarismo, la intolerancia, la falta de transparencia, la confrontación y la demagogia”, puntualizaron.

Fuente de la información:
diariocolatino.org

Carta de Pedro de Alvarado a Hernán Cortés

Sobre la conquista de El Salvador.

Misiva fechada el 28 de Julio de 1524.

Se refiere a la conquista de varias localidades, las estratagemas utilizadas, los ataques, batallas, traiciones y rebeliones que sucedieron al ingresar a territorio cuzcatleco, así como la población que hizo de una ciudad. Habla de dos volcanes, uno que exhalaba fuego, y otro humo, de un río hirviendo y otro frío, y como quedó Alvarado herido de un flechazo.

Señor: de las cosas que hasta Uclatan me habían sucedido, así en la guerra como en lo demás, hice larga relación á Vuestra Merced; y ahora le quiero hacer relación de todas las tierras que he andado y conquistado y de todo lo demás que me ha sucedido, y es:

Que yo. Señor, partí de la Ciudad de Uclatan y vine en dos días a esta Ciudad de Guatemala, donde fui muy bien recibido de los Señores de ella, que no pudiera ser mas en casa de nuestros padres; y fuimos tan proveídos de todo lo necesario, que ninguna cosa hubo falta: y dende á ocho días que estaba en esta Ciudad, supe de los Señores de ella, como á siete leguas de aquí estaba otra Ciudad sobre una laguna muy grande; y que aquella hacía guerra á esta y á Uclatan y á todas las demás á ella comarcanas por la fuerza del agua y canoas que tenían y que de allí salían á hacer salto de noche en la tierra de estos; y como los de esta Ciudad vieron el daño que de allí recibían me dijeron como ellos eran buenos y que estaban en el servicio de su Magestad y que no querían hacerle guerra ni darla sin mí licencia y rogándome que lo remediase; y yo les respondí que yo los enviaria á llamar de parte del Emperador nuestro Señor; y que si viniesen que yo les mandaría que no les diesen guerra ni le hiciesen mal en su tierra como hasta entonces lo hablan hecho, donde no, que yo iria juntamente con ellos á hacerles la guerra y castigarlos. Por manera que luego les envié dos mensajeros naturales de esta Ciudad á los cuales mataron sin temor ninguno. Y como yo lo supe viendo su mal propósito, me partí de esta Ciudad contra ellos con sesenta de caballo y ciento y cincuenta peones y con los Señores y naturales de esta tierra, y anduve tanto que aquel dia llegue á su tierra y no me salió á recibir gente ninguna de paz ni de otra manera: y como esto vi me metí con treinta de caballo por la tierra á la costa de la laguna, ya que llegamos cerca de un Peñol poblado, que estaba en el agua vimos un escuadrón de gente muy cerca de nosotros y yo les acometí con aquellos de caballo que llevaba; y siguiendo el alcance de ellos, se metieron por una calzada angosta, que entraba al dicho Peñol, por donde no podían andar de caballo; y allí me apee con mis compañeros y á pié juntamente y á las vueltas de los indios nos entramos en el Peñol de manera que no tuvieron lugar de romper puentes, que á quitarlas no pudiéramos entrar.

En este medio tiempo llegó mucha gente de la mía que venía atrás y ganamos el dicho Peñol que estaba muy poblado y toda la gente de él se nos echó á nado á otra isla y se escapó mucha gente de ella, por causa de no llegar tan presto trescientas canoas de amigos que traían por el agua; y yo me salí aquella tarde fuera del Peñol con toda mi gente y asentó real en un llano de maizales, donde dormí aquella noche: y otro dia de mañana nos encomendamos á Nuestro Señor y fuimos por la población adelante que estaba muy fuerte á causa de muchas peñas y ceberucos que tenía y hallárnosla despoblada, que como perdieron la fuerza que en el agua tenían no osaron esperar en la tierra; aunque todavía esperó alguna poca de gente allá al cabo del pueblo; y por la mucha agrura de la tierra, como digo, no se mató mas gente; y allí asentó real á medio día y les comenzó á correr la tierra, y tomamos ciertos indios naturales de ella á tres de los cuales yo envió por mensajeros á los Señores de ella, amonestándoles que viniesen á dar la obediencia á sus Magestades y á someterse so su corona imperial y á mí en su nombre: y donde no, que todavía seguiría la guerra y los correría y buscaría por los montes; los cuales me respondieron que hasta entonces, que nunca su tierra habia sido rompida ni gentes por fuerza de armas les habían entrado en ella; y que pues yo había entrado, que ellos holgaban de servir á su Magestad así como yo se los mandaba; y luego vinieron y se pusieron en mi poder y yo les hice saber la grandeza y Poderío del Emperador nuestro Señor; y que mirasen que por lo pasado yo en su real nombre lo perdonaba: y que de allí en adelante fuesen buenos y que no hiciesen guerra á nadie de los comarcanos, pues que eran todos ya vasallos de su Magestad y los envió y dejó seguros y pacíficos y me volví á esta Ciudad: y dende á tres días que llegué á ella, vinieron todos los Señores y principales y capitanes de la dicha Laguna á mí con presente y me dijeron que ya ellos eran nuestros amigos y se hallaban dichosos de ser Vasallos de su Magestad por quitarse de trabajos y guerras y diferencias que entre ellos había; y yo les hice muy buen recibimiento y les di de mis joyas y los tornó á enviar á su tierra con mucho amor y son los mas pacíficos que en esta tierra hay.

Estando en esta Ciudad vinieron muchos Señores de otras provincias de la costa del sur á dar la obediencia á sus Magestades y diciendo que ellos querían ser sus Vasallos y no querían guerra con nadie; y que para esto yo les recibiese por tales y los favoreciese y mantuviese en justicia. Y yo los recibí muy bien, como era razón y les dije que de mí, en nombre de Su Magestad serían muy favorecidos y ayudados y me hicieron saber de una provincia que se dice Yscuintepeque, que estaba algo mas la tierra adentro, como no les dejaba venir á dar la obediencia á su Magestad; y aun no solamente esto, pero que otras provincias que están de aquella parte de ella, estaban con buen propósito y querían venir de paz y que aquesta no les dejaba pasar, diciéndoles que adonde iban y que eran locos, sino que me dejasen á mí ir allá y que todos me darían guerra.

Y como yo fui certificado ser así, así por las dichas provincias, como por los Señores de esta Ciudad de Gruatemala me partí con toda mi gente de pié y de caballo y dormí tres días en un despoblado; y otro día de mañana ya que entraba en los términos del dicho pueblo, que es todo arboledas muy espesas, halló todos los caminos cerrados y muy angostos, que no eran sino sendas porque con nadie tenía contratación, ni camino abierto y eché los ballesteros delante, porque los de caballo allí no podían pelear por las muchas sienegas y espesura, de monte; y llovía tanto que con la mucha agua, las velas y espías suyas se retrajeron al pueblo; y como no pensaron que aquel día llegara á ellos, descuidáronse algo y no supieron de mi ida, hasta que estaba con ellos en el pueblo; y como entre toda la gente de guerra estaba en los cauces por el amor del agua, metidos; y cuando se quisieron juntar, no tuvieron lugar, aunque todavía esperaron algunos de ellos y me herieron españoles y muchos de los indios amigos, que llevaba, y con la mucha arboleda y agua que llovía se metieron por los montes que no tuve lugar de les hacer daño ninguno, mas de quemarles el pueblo, y luego les hice mensajeros á los Señores, diciéndoles que viniesen á dar la obediencia á Sus Magestades y á mí en su nombre, sino que les haría mucho daño en la tierra y les talaría sus maizales; los cuales vinieron y se dieron por Vasallos de su Magestad y yo los recibí y mande que fuesen de allí adelante buenos y estuve ocho días en este pueblo, y aquí vinieron otros muchos pueblos y provincias de paz, los cuales se ofrecieron Vasallos de el Emperador Nuestro Señor.

Y deseando calar la tierra y saber los secretos de ella, para que su Magestad fuese mas servido y tuviese y señoriase mas tierras, determine de partir de allí y fui á un pueblo que se dice Atiepar, donde fui recibido de los Señores y naturales de él y este es otra lengua y gente por sí; y apuesta del Sol, sin propósito ninguno remaneció despoblado y alzado y no se halló hombre en todo él.

Y porque el riñon del invierno, no me tomase, y me impidiese mi camino, déjelos así, y páseme de largo llevando todo recado en mi gente y fardaje, porque mi propósito era de calar cien leguas adelante, y de camino ponerme á lo que me viniese hasta calar á ellas y después dar la vuelta sobre ellos y venir pacificándoles.

Y otro día siguiente me partí y fui á otro pueblo, que se dice Tacuylula, y aquí hicieron lo mismo que los de Atiepar, que me recibieron de paz, y se alzaron dende á una hora. Y de aquí me partí y fui á otro pueblo que se dice Taxisco, que es muy recio y de mucha gente y fui recibido, como de los otros de atrás, y dormí en él aquella noche y otro día me partí para otro pueblo que se dice Nacendelan muy grande; y temiéndome de aquella gente que no la entendía, dejé diez de caballo en la rezaga y otros diez en el medio del fardaje, y seguí mi camino; y podría ir dos ó tres leguas del dicho pueblo de Taxisco cuando supe que había salido gente de guerra y que habían dado en la rezaga en que me mataron muchos indios de los amigos y me tomaron mucha parte del fardaje y todo el hilado de las ballestas y el herraje que para la guerra llevaba que no se les pudo resistir. Y luego envié á Jorje de Alvarado, mi hermano, con cuarenta ó cincuenta de caballo, á buscar aquello que nos habían tomado y halló mucha gente armada en el campo y él peleó con ellos y los desvarató y ninguna cosa de lo perdido se pudo cobrar, porque la ropa que ya la habían hecho pedazos y cada uno traía en la guerra su pampanilla de ella; y llegado á este pueblo de Nacendelan, Jorje de Alvarado se volvió, porque todos los indios se habían alzado á la sierra; y desde aquí torné á enviar a Don Pedro con gente de pié que los fuese á buscar á las sierras, por ver si los pudiéramos traer al servicio de Su Magestad y nunca pudo hacer nada, por la grande espesura de los montes, y así se volvió: y yo les envié mensajeros indios de sus mismos naturales, con requerimientos y mandamientos; y apercibiéndolos que si nó venían los haría esclavos: y con todo esto no quisieron venir, ni los mensajeros ni ellos.

Y al cabo de ocho días que había que estaba en este pueblo de Nacendelan, vino un pueblo que se dice Pasaco, de Paz que estaba en el camino, por donde habíamos de ir y yo lo recibí y le di de lo que tenía y les rogué que fuesen buenos.

Y otro dia de mañana me partí para este pueblo y halló á la entrada de el los caminos cerrados y muchas flechas hincadas; y ya que entraba por el pueblo, vi que ciertos indios estaban haciendo cuartos un perro á manera de sacrificio; y dentro el dicho pueblo dieron una grita y vimos mucha multitud de gente de tierra y entramos por ellos rompiendo en ellos hasta que los echamos del pueblo, y seguimos el alcance todo lo que se pudo seguir; y de allí me partí á otro pueblo que se dice Mopicalco y fui recibido ni mas ni menos que de los otros: y cuando llegué al pueblo no halle persona viva; y de aquí me partí para otro pueblo llamado Acatepeque, á donde no halló á nadie, antes estaba todo despoblado.

Y siguiendo mi propósito que era de calar las dichas cien leguas me partí á otro pueblo, que se dice Acaxual, donde bate la mar del Sur en él; y ya que llegaba á media legua del dicho pueblo, vi los campos llenos de gente de guerra de él, con sus plumajes y divisas y con sus armas ofensivas y defensivas, en mitad de un llano que me estaban esperando, y lleguó de ellos hasta un tiro de ballesta y allí me estuve quedo hasta que acabó de llegar mi gente; y desque la tuve junta me fui obra de media tiro de ballesta hta. la gente de guerra y en ellos no hubo ningún movimiento ni alteración á lo que yo conocí: y parecióme que estaban algo cerca de un monte donde se me podrían acoger; y mande que se retrajese toda mi gente que oramos ciento de caballo y ciento cincuenta peones y obra de cinco ó seis mil indios amigos nuestros y así nos íbamos retrayendo y yo me quedó en la rezaga haciendo retraer la gente; fué tan grande el placer que hubieron desque me vieron retraer que me vinieron siguiendo hasta llegar á las colas de los caballos, las flechas que echaban pasaban en los delanteros; y todo aquesto era en un llano, que para ellos ni para nosotros no había donde estropezar.

Ya cuando me vi retraído un cuarto de legua, a donde á cada uno le habían de valer las manos y no el huir, di vuelta sobre ellos con toda la gente y rompimos por ellos; y fue tan grande el destrozo que en ellos hicimos que en poco tiempo no había ninguno de todos los que salieron vivos; porq. venían tan armados que el que caía en el suelo no se podía levantar, y son sus armas unos coseletes de tres dedos de algodón, y hasta en los pies, y flechas, y lanzas largas; y en cayendo la gente de pie, los mataba todos.

Aquí en este reencuentro me hirieron muchos Españoles y á mí con ellos, que me dieron un flechazo que me pasaron la pierna y entró la flecha por la silla, de la cual herida quedo liciado, que me quedó la una pierna mas corta que la otra, bien cuatro de dedos; y en este pueblo me fue forzado estar cinco días por curarnos, y al cabo de ellos me partí para otro pueblo, llamado Tacuxcalco á donde envié por corredores del campo á Don Pedro y á otros compañeros, los cuales prendieron dos espías, que dijeron como adelante estaba mucha gente de guerra del dicho pueblo y de otros sus comarcanos esperándonos; y para mas certificar, llegaron hasta ver la dicha gente y vieron mucha multitud de ella: á la sazón llegó Gonzalo de Alvarado con cuarenta de caballo, que llevaba la delantera porque yo venía como he dicho, malo de la herida, y hizo cuerpo hasta tanto que llegamos todos; y llegamos y recojida toda la gente, cabelgue en un caballo, como pude, por mejor poder dar orden como se acometiesen; y vi que había un cuerpo de gente de guerra, toda hecha una batalla de enemigos y envié á Gómez de Alvarado, que acometiese por la mano izquierda con veinte de caballo, y Gonzalo de Alvarado por la mano derecha con treinta de caballo, y Jorge de Alvarado rompiese con todos los demás por la gente; que verla de lejos era para espantar, porque tenian todos los mas lanzas de treinta palmos, todas enarboladas, y yo me puse en un cerro por ver bien como se hacía, y vi que llegaron todos los Españoles hasta un juego de Herrón de los indios; y que ni los indios huian ni los españoles acometían, que yo estuve espantado de los indios que así osaron esperar.

Los españoles no los habían acometido; porque pensaban que un prado que se hacía en medio de los unos y de los otros era ciénega; y después que vieron estaba teso y bueno rompieron por los indios, y esvaratándolos, y fueron siguiendo el alcance por el pueblo mas de una legua, y aquí se hizo muy gran matanza y castigo; y como los pueblos de adelante vieron, que en campo los desvaratábamos, determinaron de alzarse y dejarnos los pueblos; y en este pueblo holgué dos dias; y al cabo de ellos me partí para un pueblo, que se dice Miagonaclan y también se fueron al monte como los otros.

Y de aquí me partí para otro pueblo, que se dice Atehuan y de allí me enviaron los Señores de Cuxcaclan sus mensajeros para que diesen la obediencia á Sus Magestades; y á decir que ellos querían ser sus Vasallos y ser buenos: y así la dieron á mí en su nombre y yo los recibí pensando que no me mentirían como los otros: y llegando que llegué a esta Ciudad de Cuxcaclan, hallé muchos indios que me recibieron y todo el pueblo alzado; y mientras nos aposentamos no quedó hombre de ellos en el pueblo, que todos se fueron á las sierras.

Y como vi esto yo envié mis mensajeros á los Señores de allí á decirles, que no fuesen malos y que mirasen que habían dado la obediencia a su Magestad, y á mí en su nombre, asegurándoles que viniesen, que yo no les iba á hacer guerra ni á tomarles lo suyo, sino a traerlos al servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad (enviáronme á decir que no conocían á nadie) que no querían venir, que si algo les que- ría, que allí estaban esperando con sus armas.

Y desque vi su mal propósito, les envió un mandamiento y requerimiento de parte del Emperador Nuestro Señor, en que les requería y mandaba que no quebrantasen las paces, ni se revelasen, pues ya se habían dado por sus vasallos: donde no, que procedería contra ellos, como traidores alzados y revelados contra el servicio de su Magestad, y que les haría la guerra y todos los que en ella fuesen tomados á vida serían esclavos, y los herrarían; y que si fuesen leales de mí serian favorecidos y amparados como Vasallos de Su Magestad.

Y á esto ni volvieron los mensajeros ni respuesta de ellos; y como vi su dañada intención y porque aquella tierra no quedase sin castigo envió gente á buscarlos á los montes y sierras, los cuales hallaron de guerra y pelearon con ellos, y hirieron españoles ó indios, mis amigos, y después de todo esto fué preso un principal de esta Ciudad, y para mas justificación se lo tornó á enviar con otro mi mandamiento y respondieron lo mismo, que antes, ó luego como vi esto yo hice proceso contra ellos y contra los otros, que me habían dado la guerra y los llamó por pregones y tampoco quisieron venir, y como vi su rebeldía y el proceso cerrado, lo sentenció y di por traidores y a pena de muerte á los Señores de estas provincias y á todos los demás que se hubiesen tomado durante la guerra, y se tomasen después, hasta en tanto, que diesen la obediencia á Su Magestad, fuesen esclavos y se herrasen, y de ellos y de su valor, se pagasen once caballos, que en la conquista de ellos fueron muertos, y los que de aquí adelante matasen y mas las otras cosas de armas y otras cosas necesarias á la dicha conquista.

Sobre estos indios de esta dicha Ciudad de Cuxcaclan, que estuve diez y siete dias, que nunca por entradas que mandé hacer, ni mensajeros que les hice, como he dicho, les pude atraer, por la mucha espesura de montes y grandes sierras y quebradas y otras muchas fuerzas que tenian.

Aquí supe de muy grandes tierras, la tierra adentro. Ciudades de Cal y canto y supe de los naturales como esta tierra no tiene cabo, y para conquistarse, según es grande y de muy grandísimas poblaciones, es menester mucho espacio de tiempo, y por el recio invierno, que entra no pasé mas adelante á conquistar, antes acordé me volver á esta Ciudad de Guatemala, y de pacificar de vuelta la tierra que atrás dejaba, y por cuanto hice y en ello trabajé nunca los pude atraer al servicio de su Magestad, porque toda esta costa del Sur por donde fui es muy montosa y las sierras cerca donde tienen el acojidda: así que yo soy venido á esta Ciudad por las muchas aguas á donde para mejor conquistar y pacificar esta tierra tan grande y tan recia de gente, hice y edifiqué en nombre de su Magestad una Ciudad de españoles, que se dice la Ciudad de Señor Santiago; porque desde aquí está en el riñon de toda la tierra y hay mas y mejor aparejo para la dicha conquista y pacificación y para poblar lo de adelante, y elegí dos Alcaldes Ordinarios y cuatro regidores, según Vuestra Merced allá verá por la elección.

Pasados estos dos meses de invierno, que quedan que son los mas recios de todo, saldré de esta Ciudad en demanda de la provincia de Tepalan, que está quince jornadas de aquí, la tierra adentro, que según soy informado, es la Ciudad tan grande como esa de Méjico y de grandes edificios y de cal y canto y azoteas; y sin esta hay otras muchas, y cuatro ó cinco de ellas han venido aquí á mí a dar la obediencia á su Magestad, y dicen que la una de ellas tiene treinta mil vecinos; no me maravillo, porque según son grandes los pueblos de esta costa, que la tierra adentro haya lo que dicen; este verano que viene, placiendo á Nuestro Señor, pienso pasar doscientas leguas adelante, donde pienso, su Magestad será muy servido y su estado aumentado, y Vuestra Merced tendrá noticias de otras cosas nuevas. Desde esa Ciudad de Méjico, hasta lo que yo he andado y conquistado hay cuatrocientas leguas: y crea Vuestra Merced, que es mas poblada esta tierra y demas gente, que toda la que Vuestra Merced hasta ahora ha gobernado.

En esta tierra hemos hallado una sierra, do está un volcan, que es la mas espantable cosa que se ha visto, que hecha por la boca piedras, tan grandes como una casa, ardiendo en vivas llamas, y cuando caen se hacen pedazos y cubren toda la sierra de fuego.

Adelante de esta, sesenta leguas, vimos otro volcan, que echa humo y muy espantable, que sube al cielo, y de anchor de compás de media legua, el bulto del humo. Todos los ríos, que de allí descienden, no hay quien beba el agua, porque sabe á azufre, y especialmente vine de allí un rio caudal, muy hermoso, tan ardiendo, que no le podían pasar cierta gente de mi compañía que iba á hacer una entrada, y andando á buscar bado, hallaron otro rio frió, que entraba en este, y allí donde se juntaba hallaron bado templado, que lo pudieron pasar. De las cosas de estas partes no hay mas, que hacer saber á Vuestra Merced, sino que me dicen los Indios, que de esta mar del Sur á la del Norte, hay un invierno y un verano, de andadura.

Vuestra Merced, me hizo merced de la Tenencia de esa Ciudad, y yo la ayudó á ganar, y la defendí cuando estaba dentro, con el peligro y trabajo que Vuestra Merced sabe, y si yo hubiera ido en España, por lo que Yo á su Magestad he servido, me la confirmara y me hiciera mas mercedes: hanme dicho, que su Magestad, ha proveído, no me maravillo, pues que de mí no tiene noticia, y de esto no tiene nadie la culpa sino Vuestra Merced, por no haber hecho relación á su Magestad de lo que yo le he servido, pues me envió acá: Suplico á Vuestra Merced le haga relación de quien yo soy, y de lo que á Su Magestad he servido en estas partes y donde ando, y lo que nuevamente le he conquistado y la voluntad que tengo de le servir, y en lo de adelante, y como en su servicio me han liciado de una pierna y cuan poco sueldo hasta ahora he ganado yo y estos hidalgos que en mi compañía andan, y el poco provecho, que hasta ahora se nos ha seguido.

Nuestro Señor prósperamente crezca la vida, y muy magnífico estado de Vuestra Merced para largos tiempos.


De esta Ciudad de Santiago á veintiocho de Julio de mil y quinientos y veinticuatro años.

Pedro de Alvarado.

NOTA: Puede observarse la ortografía ahora obsoleta que se utilizaba en la época en que el conquistador escribió este documento.

 

Resumen de la Epopeya de Beowulf

Por Esteban Balmore Cruz


Tipo de obra: Poema épico
Autor: Anónimo
Género: Epopeya
Ubicación: Escandinavia, siglo VI
Primera publicación: 1815
Personajes principales

Beowulf, es un héroe geata que lucha contra el monstruo Grendel, la madre de éste y un dragón que escupe fuego. Los alardes y encuentros de Beowulf revelan que es el guerrero más fuerte y capaz que existe. En su juventud, personifica todos los mejores valores de la cultura heroica. En su vejez, demuestra ser un gobernante sabio y eficaz.
Rey Hrothgar, monarca de los daneses, disfruta del éxito militar y la prosperidad hasta que Grendel aterroriza su reino. Un gobernante sabio y anciano que representa un tipo de liderazgo diferente al exhibido por el joven guerrero Beowulf. Es una figura paternal para el héroe y un modelo para el tipo de rey en el que se convierte más adelante.
Grendel, demonio descendiente de Caín, que se alimenta de los guerreros de Hrothgar en el salón del palacio llamado Heorot. Debido a que su existencia despiadada y miserable es parte de la retribución exigida por Dios por el asesinato de Abel por parte de Caín, Grendel encaja sólidamente dentro del espíritu de venganza que gobierna el mundo del poema.
La madre de Grendel, una bruja sin nombre que habita el pantano, parece poseer menos cualidades humanas que su hijo, aunque sus ataques se explican por su deseo de venganza, una motivación humana.
El dragón, una serpiente vetusta y poderosa; guarda una gruta de tesoros en un montículo escondido. La pelea de Beowulf con el dragón constituye la tercera y última parte de la epopeya.
Otros personajes destacables:

Wiglaf, un joven sobrino y asistente de Beowulf que le ayuda en la lucha contra el dragón mientras todos los demás guerreros huyen. Wiglaf se adhiere al código heroico mejor que los otros servidores del héroe, demostrando así ser un sucesor muy digno.
Aeschere, asesor de confianza del rey Hrothgar.

Breve información previa

Beowulf es la única epopeya anglosajona que se ha conservado íntegra hasta el día de hoy. Lo más probable es que se compuso en Suecia antes del siglo VIII y de allí se llevó a Inglaterra, donde este poema pagano fue pulido y cristianizado por algún bardo de Northumbria. Aunque algunas autoridades afirman que se remonta al siglo V, la mayoría afirma que debe haber sido compuesto en el VII. El manuscrito actual, conservado en el Museo Británico, data del siglo X; contiene unas 3182 líneas, y está escrito en verso aliterado[1]. Aunque se desconoce su autor, el poema ofrece referencias invaluables con respecto a la armadura, las embarcaciones y el modo de vida de los primeros anglosajones. Se han hecho numerosas traducciones de esta obra, tanto en prosa como en verso, y la epopeya tal como está, compuesta de una introducción y cuarenta y dos «Fits» ha sido el texto principal para el estudio del inglés antiguo.

Resumen

El rey Hrothgar de Dinamarca traza su origen a Skiold, hijo de Odín, quien cuando era un bebé llegó a las costas danesas en una embarcación, yaciendo sobre una gavilla de trigo maduro, rodeado de armas invaluables, joyas y una estupenda armadura, lo que demostraba que debía ser el vástago de alguna raza principesca. Por lo tanto, el rey y la reina de Dinamarca, que no tenían hijos, le adoptaron con gozo y, a su debido tiempo, les sucedió en el trono y gobernó todo el país. Cuando murió, sus súbditos, colocando su cuerpo en el barco en el que había venido, le dejaron a la deriva.

Hrothgar, su descendiente construyó un grandioso palacio, llamado Heorot, para agasajar a su servidumbre y entretenerla con los cánticos de los bardos del norte. La noche de la inauguración de este edificio, el guardaespaldas real se acostó a dormir en el vestíbulo; y cuando los sirvientes entraron al lugar al día siguiente, se horrorizaron al encontrar el piso y las paredes salpicadas de sangre, pero ningún otro rastro de los treinta caballeros que habían reposado allí la noche anterior. Sus gritos de horror despertaron a Hrothgar, quien al investigar, descubrió pasos gigantescos que conducían directamente desde el salón a las mansas aguas de un lago de montaña, sobre el cual siempre flotaba una luz fosforescente. Estos pasos eran los de Grendel, un descendiente de Caín, que habitaba en el pantano, y que evidentemente había matado y devorado a todos los hombres del rey.

Considerándose ya demasiado mayor como para empuñar una espada en persona, Hrothgar ofreció una recompensa a quien librara a su país de este terrible flagelo. Pero, aunque muchos guerreros emprendieron la tarea con gusto, el monstruo resultó ser demasiado fuerte para todos, y ninguno, salvo un juglar, que se escondía en un rincón del salón, logró escapar de sus garras. Este juglar, después de ver a Grendel devorando a sus compañeros, quedó tan impresionado por lo que había visto, que compuso una canción al respecto, la que cantaba dondequiera que iba, y una vez la repitió para entretenimiento del rey Higelac y su sobrino Beowulf. En respuesta a sus ansiosas preguntas, el bardo afirmó que el monstruo aún existía e invariablemente invadía el salón cuando se celebraba un festín allí. Esto fue suficiente para despertar en Beowulf un deseo ardiente de visitar Dinamarca y librar al mundo de este flagelo. Sabiendo que su sobrino era muy valiente y habiendo tenido pruebas de su resistencia (porque el joven una vez, en el transcurso de una competencia de natación, permaneció en el agua cinco días y noches enteras, matando a muchos monstruos marinos que vinieron a atacarle), Higelac gustosamente le permitió partir con catorce compañeros escogidos. Así, Beowulf partió «por el camino de los cisnes» hacia Dinamarca, para ofrecer sus servicios al rey.

Al ver un barco con hombres armados acercándose, los guardacostas daneses desafiaron a los recién llegados, quienes respondieron que sus intenciones eran puramente amistosas y suplicaron que los llevaran al rey. Allí, Beowulf y sus asistentes —después de presentar sus respetos a Hrothgar— ofrecieron sus servicios para librarlo del terrible flagelo que había acosado a su pueblo durante tanto tiempo. Al oír esto, el rey ordenó de inmediato que se preparara un banquete, y al finalizar permitió que Beowulf, a petición suya, permaneciera solo en el salón con sus hombres. Consciente de que ningún arma podría atravesar el pellejo acorazado del misterioso monstruo, el héroe —que tenía la fuerza de treinta individuos— dejó a un lado su armadura y se preparó para enfrentarse a Grendel cuando apareciera.

Justo cuando el frío de la mañana penetraba en el salón, Beowulf escuchó pasos sigilosos que se acercaban y la gran puerta se abrió de golpe, dejando entrar a un monstruo, todo envuelto en una niebla pegajosa, que —abalanzándose sobre uno de los hombres— le aplastó los huesos y bebió con avidez su sangre. Beowulf, observando atentamente al demonio, al verlo extender una mano hacia otra víctima, de repente la agarra con tanta fuerza y determinación que el monstruo, a pesar de sus frenéticos esfuerzos, no puede liberarse. Entonces tiene lugar una lucha terrible, en el curso de la cual el héroe y Grendel, luchando locamente, derriban mesas y sofás, sacudiendo el salón hasta sus cimientos. Sin embargo, Beowulf se aferra tan rápido a la mano y al brazo que había agarrado, que el monstruo, tratando de liberarse con un fuerte tirón, se le desprende el brazo de la cuenca y desaparece, lanzando un grito espeluznante y dejando el trofeo en el las garras de su enemigo. Mortalmente herido, Grendel se apresura a regresar a su pantano, dejando un rastro de sangre detrás de él, mientras Beowulf, exhausto pero triunfante, exhibe con orgullo la enorme mano y miembro que le ha arrancado al monstruo, declarando que de ahora en adelante servirá para adornar a Heorot.

Cuando Hrothgar lo contempla al día siguiente y escucha el relato de las aventuras de la noche, felicita calurosamente a Beowulf, a quien otorga ricos obsequios y en cuyo honor decreta que se celebre una gran fiesta en este salón. Mientras beben allí y escuchan la música de los escaldos que cantan sobre Sigmund el matador de dragones y sobre una pelea en Finnsburgh, Wealtheow, reina de Dinamarca, aparece en medio de ellos y le otorga al triunfante héroe un maravilloso collar y un anillo del mejor oro, pidiéndole que los use en memoria de su triunfo.

Terminada la fiesta, Hrothgar escolta a su invitado al palacio, donde descansará esa noche, dejando a sus propios hombres para vigilar a Heorot, porque todos se sienten seguros de que Grendel ha sido demasiado herido para volver a aparecer. Pero mientras los guerreros duermen tranquilamente, la madre del gigante —una monstruo igualmente espantosa— entra en la sala, asegura el brazo ensangrentado de su hijo que cuelga allí como trofeo y se lleva a Aeschere, uno de los amigos del rey.

Al enterarse de esta pérdida al día siguiente, Hrothgar se siente abrumado por el dolor, y Beowulf, al escuchar sus lamentaciones, de repente aparece para preguntar qué ha ocurrido. Al enterarse de la espantosa noticia, se ofrece como voluntario para completar su trabajo y vengar a Aeschere atacando a la madre de Grendel en su propio retiro. Pero, sabiendo los peligros que enfrenta, hace sus arreglos en caso de que nunca regrese, antes de seguir los rastros sangrientos que dejaron los monstruos. Luego se apresura a la charca, donde encuentra la cabeza de Aeschere en alto como trofeo. Beowulf, al mirar hacia las profundidades, ahora percibe que las aguas están teñidas de oscuro con la sangre del monstruo, pero sin embargo se sumerge audazmente en ellas, donde nadando durante todo un día busca el refugio de Grendel. Guiado por fin por un destello fosforescente, el héroe finalmente llega a una cueva, después de matar en el camino a una serie de monstruos enviados para frenar su avance. Al acercarse a la guarida de los gigantes, un fuerte remolino le arrastra repentinamente al alcance de la madre de Grendel, quien, agarrándole con fuerza, le arroja al suelo y está tratando de encontrar una articulación en su armadura, para matarle con su cuchillo; pero Beowulf, agarrando una espada que cuelga de un saliente rocoso, le asesta un golpe tan feroz que le arranca la cabeza del tronco.

La sangre de esta monstruo, que sale de la cueva, se mezcla con las aguas externas, que comienzan a hervir y burbujear de una manera tan ominosa que Hrothgar y sus hombres, exclamando que Beowulf está muerto, se retiran con tristeza. Sin embargo, los asistentes del héroe, conscientes de las órdenes recibidas, permanecen al lado de la laguneta, aunque albergan pocas esperanzas de volver a contemplar a su jefe.

Después de deshacerse de la madre de Grendel, Beowulf se apresura a la parte trasera de la cueva, donde, al encontrar a Grendel muerto, le corta la cabeza y con este trofeo se abre paso a través de las aguas contaminadas, que derriten su espada, de modo que no tiene nada, pero la empuñadura se fue flotando hasta la orilla. Justo cuando sus seguidores están a punto de partir, Beowulf emerge de las aguas y, cuando contemplan su trofeo y escuchan su historia, le escoltan triunfalmente de regreso a Heorot, donde los agradecidos daneses le cargan de nuevo con regalos.

Cumplida su tarea, Beowulf regresa a casa, donde otorga el collar que ha ganado a la reina de los geatas, y continúa sirviendo fielmente a la pareja real, incluso colocando a su hijo pequeño en el trono después de su muerte, y defendiendo sus derechos mientras vive. Entonces el pueblo elige rey a Beowulf, y durante un reinado de cincuenta años él los gobierna bien y sabiamente. Pero la edad le ha robado a Beowulf parte de su fabulosa fuerza, cuando sus súbditos se sienten repentinamente consternados por los estragos de un dragón que escupe fuego, y que ha establecido su morada en algunas montañas vecinas, donde se regodea con un tesoro de oro reluciente. Un esclavo fugitivo que se abrió paso en la guarida del monstruo durante una de sus ausencias y extrajo una pequeña porción de su tesoro, provocó la ira del dragón de fuego, que en venganza, vuela por toda la tierra, vomitando fuego y humo en todas direcciones, llenando los corazones con tal terror que la gente implora a Beowulf que les libere también de esta bestia.

Aunque Beowulf se da cuenta de que ya no disfruta del vigor juvenil, se lanza valientemente con once hombres para atacar al monstruo. Al llegar a la garganta de la montaña, ordena a su pequeña tropa que se detenga y, avanzando solo, desafía al dragón a que salga. Un momento después, la montaña tiembla cuando la bestia que escupe fuego se apresura a atacar al héroe, quien siente su aliento ardiente incluso a través del escudo y la armadura. Con furia mortal, el dragón ataca al guerrero, enrollando sus pliegues escamosos alrededor de Beowulf, quien en vano lo corta con su espada, porque las escamas lo hacían invulnerable.

Al ver a su líder a punto de morir aplastado, Wiglaf, uno de los seguidores de Beowulf, se adelanta para ayudarle, lo que provoca una distracción suficiente para permitir al guerrero deslizarse debajo del dragón y clavar su espada profundamente en su pecho indefenso. Aunque las espirales del monstruo ahora caen sin fuerzas lejos de su cuerpo, el pobre Beowulf ha sido quemado tan profundamente por su aliento que siente que su fin está cercano. Dirigiéndose a su fiel seguidor, le agradece su ayuda y le pide que se apresure a entrar en la cueva y saque el tesoro que ha ganado para su pueblo, de modo que pueda deleitarse contemplándolo antes de morir. 


Seguros de que el monstruo ya no puede atacarlos, el resto de los guerreros avanzan a su vez y reciben la despedida de su jefe moribundo, quien, después de hacer un repaso de las  grandes hazañas que ha realizado, declara que está a punto de concluir honorablemente una carrera llena de acontecimientos. Cuando ha expirado, sus seguidores  empujan el cadáver del dragón desde un acantilado en el mar, y cavan en el promontorio una fosa funeraria para depositar las cenizas de Beowulf, colocando también dentro de ésta parte del tesoro que había ganado, y erigiendo sobre él un monumento megalítico, o menhir, en el que esculpen el nombre y las hazañas del gran héroe que los salvó de Grendel y del fulgurante dragón.

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1 Versos aliterados. Es decir, que todas las líneas están escritas por pares y que cada par perfecto contiene dos sonidos similares en la primera línea y uno en la segunda.


La Épica Española en Pocas Palabras

La literatura nació en España cuando los cristianos comenzaron a reconquistar su país de manos de los moros. Los primeros esfuerzos literarios, por tanto, reflejaron naturalmente un espíritu guerrero y asumieron así la forma épica. Muy pocos de estos poemas existen todavía en su forma original, salvo el Poema del Cid, el gran tesoro épico de España, así como el monumento más antiguo de la literatura española. Además de este poema, existen fragmentos de epopeyas sobre los infantes de Lara y sobre Fernán Gonzáles, y algunos indicios de otros de los que ya no quedan huellas. Estos poemas fueron popularizados en España por los juglares, quienes inventaron a Bernardo del Carpio para tener un héroe digno de compensar al Roland de los juglares, sus vecinos franceses. Pero todos los poemas sobre este héroe han perecido, y su fama se conserva solo en las crónicas en prosa. En la Crónica rimada del siglo XIII, descubrimos un relato de la juventud del Cid, junto con el episodio en el que asesina al padre de Ximena, que aportó a Pierre Corneille el tema principal de su tragedia Le Cid.

En España también se jactan de un poema del siglo XIII de unas dos mil quinientas estrofas sobre la vida de Alejandro, un romance del siglo XIV sobre Tristán y el romance caballeresco de Amadís de Gaula, que marcó la moda de multitud de obras similares, cuya popularidad ya había empezado a decaer cuando Cervantes echó por tierra todos los intentos posteriores de este tipo  ridiculiazando el romance caballeresco en su Don Quijote.

Los escritores españoles también cultivaron la balada épica, o romanceros, anterior al Siglo de Oro de su literatura (1550-1700), extrayendo sus temas de la historia o leyendas de Francia y España, y tratando principalmente de cuestiones de caballerosidad y amor. Arturo, la Mesa Redonda y la Búsqueda del Santo Grial fueron sus temas principales, anteriores a la aparición de Amadís de Gaula, obra de ficción original remodelada y ampliada en el siglo XV por García Ordóñez de Montalvo. Durante el Siglo de Oro, España cuenta con más de doscientas epopeyas artificiales, que tratan de asuntos religiosos, políticos e históricos. Entre estos se pueden mencionar La Auracana de Erzilla, La Argentina de Centenera y La Austriada de Rufo. Luego Velasco revivió La Eneida, en beneficio de sus compatriotas, y se popularizaron temas religiosos como La Creación del Mundo de Azevedo.

La última de las epopeyas españolas es la de Ángel de Saavedra, quien en su El Moro Expósito ha revivido hábilmente la vieja leyenda española de los infantes de Lara. Sin embargo, es El Cid el que siempre se cita como la epopeya representativa de España.

Definición de Sociedad Civil

Con no poca frecuencia escuchamos o leemos el término sociedad civil, para referirse a veces a grupos u organizaciones de diferente corte político-ideológico, llevándonos a formular la pregunta, ¿qué exactamente es la sociedad civil y quiénes realmente la integran?

Una definición bastante generalizada es la ofrecida por Neera Chandoke, escribiendo en el sitio web de Global Social Theory:

En la teoría política clásica, sociedad civil es un concepto normativo. Esto es especialmente cierto en la medida en que sociedad civil especifica que la vida asociativa, en un espacio metafórico entre el hogar, el mercado y el estado, neutraliza el individualismo de la modernidad, facilita la persecución de múltiples proyectos y permite la fiscalización del estado.

En lugar de ver este espacio como poseedor de una esencia única, la de la solidaridad, Chandhoke, basándose en las ideas de Hegel y Gramsci, sostiene que la sociedad civil es un lugar de múltiples luchas entre diferentes tipos de proyectos democráticos y antidemocráticos. En las democracias, la sociedad civil tiene que enfrentarse a Janus, con una cara vuelta hacia el Estado como una condensación de poder, y la otra, hacia las fuerzas antidemocráticas dentro de su propia esfera.

La sociedad civil es una condición previa necesaria para la democracia, pero debemos tener cuidado de no romantizar la esfera. Más bien debería verse como el teatro de la historia donde la política de afirmación y contestación se desarrolla, con consecuencias a veces esperadas y otras inesperadas”.1

La sociedad civil se refiere al espacio de acción colectiva en torno a intereses, propósitos y valores compartidos, generalmente distintos de los actores gubernamentales y comerciales con fines de lucro. La sociedad civil incluye organizaciones benéficas, organizaciones no gubernamentales de desarrollo, grupos comunitarios, asociaciones de mujeres, organizaciones religiosas, asociaciones profesionales, sindicatos, movimientos sociales, coaliciones y grupos de defensa. Sin embargo, la sociedad civil no es homogénea y los límites entre ésta y el gobierno, o entre ésta y los actores comerciales pueden difuminarse. Ciertamente, no existe una visión única de la «sociedad civil», y los actores de la misma deben enfrentarse a problemas similares de representatividad y legitimidad a los de otros representantes y defensores.

A pesar de su complejidad y heterogeneidad, la inclusión de las voces de la sociedad civil es fundamental para dar expresión a los sectores marginados y a quienes muchas veces no se les escucha. Los actores de la sociedad civil pueden mejorar la participación de las comunidades en la prestación de servicios y en la toma de decisiones políticas.

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1 Social Global Theory, “Civil Society”: https://globalsocialtheory.org/concepts/civil-society/


Resumen del Libro «Los Cuatro Acuerdos»

Por Esteban Balmore Cruz

Tipo de obra: Texto de autoayuda
Autor: Miguel Ángel Ruiz Macías (Don Miguel Ruiz)
Género: Espiritualismo
Primera publicación: 1997
Título del libro: Los Cuatro Acuerdos / Un Libro de la Sabiduría Tolteca

Comentario breve 

De acuerdo a datos no muy precisos, a principios de la década de 1970, cuando cursaba su último año en la facultad de medicina, Miguel Ruiz tuvo un grave accidente automovilístico que cambió el rumbo de su vida. Él había sido criado en un área rural de México por una madre que era curandera y por un abuelo que era nagual (chamán), pero había dejado atrás sus costumbres tradicionales. A pesar de la gravedad del accidente, el Sr. Ruiz resultó milagrosamente ileso y asegura que tuvo una experiencia espiritual inexplicable en su momento. Posteriormente, recurrió a la antigua sabiduría tolteca de su familia y se propuso convertirse en nagual, comprometido a guiar a las personas hacia una mayor libertad mental. Como se sabe, de todas las civilizaciones precolombinas que existieron en México, la Tolteca es una de las que menos se conoce, porque su existencia está basada únicamente en referencias de un código azteca que contiene más mitología que historia, y las deducciones de algunos arqueólogos que han sido cuestionadas posteriormente.

Resumen 

De acuerdo con el autor, en la sabiduría tolteca el mundo o la «realidad» se ve como un sueño colectivo, y la palabra usada para designar esta niebla de percepción es mitote, la cual es similar a la palabra hindú para ilusión, maya. Este sueño es igual a los sueños normales, excepto que sus reglas y costumbres de comprensión y comportamiento le permiten parecer más auténtico. Dice Miguel Ruiz que nacemos en una fantasmagoría prefabricada que incluye el idioma, la cultura, la religión y la familia, y que aceptamos seguirla porque es demasiado difícil de resistir, describiendo este proceso como «la domesticación de los humanos».

Para salir adelante, hacemos acuerdos invisibles con los demás: cónyuge, prole, sociedad, Dios. Sin embargo, los acuerdos más importantes que hacemos, son con nosotros mismos. Algunos nos benefician, pero muchos otros nos hacen padecer. Nos aferramos a ellos porque creemos que al no tenerlos seríamos algo menos. Según la sabiduría tolteca (la cual este autor se abroga la autoridad de conocer), los problemas de la mayoría de las personas surgen de no poder perdonarse a sí mismas por no ser perfectas; no obstante, son las reglas de otras personas las que están tratando de cumplir, no las propias. La buena noticia es que al tomar conciencia de nuestros acuerdos, podemos comenzar a controlar nuestras vidas. Podemos declarar «una guerra de independencia» en la que decidimos cómo veremos el mundo. En las tradiciones chamánicas, señala Ruiz, los individuos se denominan «guerreros» porque luchan contra el parásito en sus propias mentes.

Los Cuatro Acuerdos se convirtieron en un éxito de ventas después de que la actriz Ellen Degeneres hablara del libro mientras estaba en el programa de televisión de Oprah Winfrey. Si bien los conceptos dentro de la supuesta sabiduría tolteca están lejos de ser simplistas, los acuerdos en sí son fáciles de recordar.

Impecabilidad de palabra

Debemos mantener con nosotros mismos ser impecables con nuestra palabra. Ruiz no significa simplemente cumplir con todos nuestros compromisos, sino darse cuenta de que lo que decimos (tanto hablando al mundo como a nosotros mismos) determina la persona que somos y el mundo en el que vivimos. Lo que decimos es creativo, es decir, podemos usar nuestras palabras para crear ira o celos, o utilizarlas para sanar. Nuestras palabras son semillas que salen al mundo y vuelven a nosotros como una realidad madura. Otros animales no pueden hablar como nosotros, y ningún otro tiene la misma capacidad para crear una realidad maravillosa o terrible. Por ejemplo, Hitler creó una pesadilla mediante el uso de su palabra.

El Sr. Ruiz sostiene que chismorrear es un mal uso de la palabra y lo compara con un virus informático con intenciones dañinas. Al adoptar el primer acuerdo, nos volvemos más resistentes a los “hechizos de palabras” que otros puedan lanzarnos, pero lo más importante es que nos limpiamos del veneno emocional en nuestras propias mentes.

Nada personal

Al responderse a la interrogante de por qué nos ofendemos, el autor establece la conexión entre el hecho de que una persona se sienta ofendida, incluso por cosas pequeñas, y la creencia de esa persona de que es el centro de todo. Cuando el sentido de la importancia personal es muy fuerte, y los demás no la reconocen, existe una alta probabilidad de lastimarse. El problema de tomar las cosas personalmente es que se siente la necesidad de responder y defenderse para «demostrar que están equivocados». Esto, por supuesto, solo crea más conflicto.

Sin embargo, pocas cosas que se nos dicen, observa Ruiz, reflejan la verdad de quiénes somos. La crítica dice más sobre el estado mental y el condicionamiento de la persona que la emite, que la de la que es criticada. Así, el segundo acuerdo, no te tomes las cosas personalmente, incluye incluso críticas que se dirigen muy claramente hacia quien lée el libro.

Asumir nada

El mitote de la mente humana hace que veamos las cosas incorrectamente, que hagamos suposiciones que sólo conducen a más falsedades. Porque somos rápidos en asumir, asegura el Sr. Ruiz, que no tenemos la capacidad de ver las cosas como son. Los seres humanos temen no saber, así que inventamos respuestas a todas nuestras preguntas para sentirnos seguros, ya sean correctas o no.

En lugar de hacer suposiciones, se debe hacer preguntas. Sin la claridad que proviene de cuestionar (en lugar de asumir), las relaciones no funcionarán y las que se establezcan serán malas. El «sueño completo del infierno» en el que viven muchas personas, sugiere el autor, se deriva de su práctica de hacer una suposición incorrecta tras otra, sin cuestionar nunca.

Lo mejor es ser todo lo que se puede ser

El cuarto acuerdo de “hacer siempre lo mejor que puedas” suena un poco elemental. Entonces, ¿por qué Ruiz lo hizo tan central para vivir una buena vida? Uno de los principales problemas de la persona moderna es que continuamente se juzga con dureza de acuerdo con alguna medida externa. Pero si siempre haces lo mejor que puedes, es difícil juzgarte a ti mismo y crear culpa y arrepentimiento. Hacer tu mejor esfuerzo te libera. Si estás completamente comprometido con lo que estás haciendo en este momento, estás completamente vivo; no hay tiempo para extrañar a nadie ni a nada.

El cuarto acuerdo es clave para los tres primeros, dice Ruiz, porque si bien no siempre podrás ser impecable con tu palabra, o no tomar las cosas personalmente o hacer suposiciones, siempre eres libre de hacer tu mejor esfuerzo. El mundo está preparado para que sea probable romper los acuerdos, pero hay que perseverar. Liberarse de la mente, del mitote basado en falsos acuerdos, es como escalar una montaña. Es más difícil al principio, pero cuando los cuatro acuerdos se convierten en un hábito, es más fácil mantenerlos.

Conclusión 

En las obras de Carlos Castaneda (en cuya línea podría incluirse la del Sr. Ruiz), el viejo nagual Don Juan le dice al autor que “tenga una estrategia” para su vida. Si no lo hiciera, terminaría siendo un mero reflejo de la sociedad, con su yo original casi sepultado.

La premisa de Los Cuatro Acuerdos es similar, excepto que la estrategia se convierte en una historia. La pregunta de Ruiz es, ¿la historia de tu vida es realmente tuya o de otra persona? Hay una persona real que se esconde bajo nuestras capas de conformidad, y lo extraño es que muchos de nosotros queremos mantenerla envuelta. La súplica del autor es: Cualquiera que sea la estrategia o historia que se te ocurra para tu vida, debes asegurarte de que sea una creación consciente.

Pese a que la publicación de Los Cuatro Acuerdos está precedida y continuada por hechos sensacionales en la vida del autor (algunos no corroborables), como la frustración de una carrera profesional debido a un supuesto accidente estrepitoso de tránsito, una experiencia espiritual al estilo de Bill W., o de un profeta de la antigüedad, y un trasplante de corazón exitoso luego de largo padecimiento; y pese a que dichos acuerdos pueden parecer una interpretación muy básica de la sabiduría chamánica, su amplia acogida deja en claro que el mensaje del libro sobre un resurgimiento del yo de la burbuja del condicionamiento sigue siendo poderoso entre algunas audiencias. Si bien no es un gran escrito, y está lejos de la calidad de elaboración e investigación de Carlos Castaneda, el trabajo ha sido un regalo para muchas personas que están en una búsqueda por alternativas de prácticas espirituales distintas a las tradicionales.

Dato sobre la civilización tolteca 

Los eruditos modernos debaten si las narraciones aztecas de la historia tolteca deben recibir crédito como descripciones de eventos históricos reales. Si bien todos los estudiosos reconocen que hay una gran parte mitológica de la narrativa, algunos sostienen que mediante el uso de un método comparativo crítico se puede rescatar cierto nivel de historicidad de las fuentes. Otros sostienen que el análisis continuo de las narrativas mitológicas como fuentes de la historia real es inútil y dificulta el acceso al conocimiento verídico de la cultura de Tula de Allende.

Otras controversias relacionadas con los toltecas incluyen la cuestión de cómo comprender mejor las razones detrás de las similitudes percibidas en la arquitectura y la iconografía entre el sitio arqueológico de Tula y el sitio maya de Chichén Itzá. Los investigadores aún deben llegar a un consenso con respecto al grado o la dirección de influencia entre estos dos sitios.

Parejas no son Mucho más Felices que Personas Solteras


Una
de las creencias m
ás arraigadas en la sociedad
actual, y también del pasado, es que una persona que vive sin una
compañera o compañero tiene una vida triste y aburrida. De allí se
desprende que la mayoría da como un hecho que quienes están casados
o conviven en pareja son propietarios de vidas más plenas que les
proveen felicidad. Esta bien cimentada creencia nunca ha sido
seriamente cuestionada, aunque tal vez aquellos y aquellas que han
decidido vivir su existencia sin acompañante romántico tengan
razones de peso para debatirla.

Bueno,
ahora las personas que viven solas pueden contar
con estadísticas para fortalecer sus argumentos,
porque según
un estudio reciente[1] publicado en el Journal of Positive Psychology, no es más
probable que estar en matrimonio conduzca a
la felicidad que permanecer soltera o soltero.
Investigadores de la Universidad Estatal de Michigan examinaron el
historial de relaciones de 7,532 personas, a quienes siguieron desde
los 18 hasta los 60 años. El estado de la relación, ya sea que los
participantes permanecieran casados, solteros o hayan tenido períodos
de pareja y soltería, no se correlacionó con el bienestar de por
vida.  «Nos sorprendió descubrir que los solteros de toda la
vida y los que tenían historias de relaciones variadas no diferían
en lo felices que eran», dijo la coautora del estudio Mariah
Purol en un comunicado. «Esto sugiere que aquellos que han
‘amado y perdido’ son tan felices hacia el final de la vida como
aquellos que ‘nunca han amado'».

Múltiples
factores influyen en si alguien sintió que había vivido una vida
plena, encontró la mencionada investigación que
se prolongó por
42 años. Estar felizmente casado fue uno de
estos factores, y hubo un ligero aumento, pero no estadísticamente
significativo, en la felicidad de las parejas casadas por
largo
tiempo. Sin embargo, la situación laboral, la
paternidad, la salud y las amistades juegan un papel importante en el
bienestar a largo plazo. «Las personas casadas ciertamente pueden tener
relaciones infelices, y las personas solteras disfrutan de todo tipo
de otras partes de sus vidas, como sus amistades, pasatiempos y
trabajo. En retrospectiva, si el objetivo es encontrar la felicidad,
parece un poco tonto que las personas pusieron mucho énfasis en
asociarse «, afirmó el coautor del estudio William Chopik.

De
hecho, la presión de enamorarse y casarse puede llevar a que las
personas se conformen con alguien que en realidad no las hace
felices, sugirió un estudio[2] de 2013 publicado en Personality
and Social Psichology
Review, que concluyó que el
miedo a estar sin pareja resultaba en
conformarse con menos.

Las
relaciones románticas pueden ser algo maravilloso. No solo se siente
bien tener a alguien que siempre está de tu lado y que piensa mucho
en ti, incluso hay beneficios para la salud al estar en una relación
a largo plazo o matrimonio. Pero estos
beneficios se aplican solo a las relaciones saludables en las que
ambos socios están preparados para todo lo que conlleva el
compromiso. A veces, cuando las personas no están listas para tener
una relación, por varias razones, puede ser mucho más saludable
estar sin acompañante de romance por un
tiempo, o por el resto de la vida.

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[1] The
Journal of Positive Psycchology
, “Loved and lost or never loved at
all? Lifelong marital histories and their links with subjective
well-being”:
https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/17439760.2020.1791946

[2] Personality
and Social Psychology Review
, “A Two-Dimensional Model for the
Study of Interpersonal Attraction”:
https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1088868313501887 


«La Princesita», de Frances Hodgson Burnett

Escrita por Frances Hodgson Burnett, esta obra es una de las piezas más perdurables de la literatura infantil y nunca deja de cautivar a quienes se placen en su lectura, incluyendo adultos, hasta el día de hoy.

El libro de 266 páginas abarca la historia de la vida de Sara Crewe, de 7 años, a quien su padre la ha confiado a un internado para niñas en Londres, Inglaterra. Su ingenio y cortesía la hacen ganar muchas amistades, pero cuando llega la noticia de la muerte de su papá, el capitán Crewe, junto con la percepción de que su riqueza se ha perdido, la directora del internado comienza a abusar de ella y a esclavizarla. Lo que sigue es un viaje increíble de resiliencia y retribución que demuestra ser un buen ejemplo.

Sara Crewe, una niña sin madre que fue criada en la India por su padre rico y cariñoso, está inscrita en el Seminario Selecto para Niñas de la señorita Minchin, en Londres. Ella tiene todos los lujos, y las otras estudiantes la llaman «princesa»; algunas usan el término por temor y afecto, mientras que otras están un tanto celosas de ella. Cuando Sarah se queda repentinamente sin un centavo, es relegada a la vida de una sirvienta y pasa a ser alojada en una fría y solitaria habitación en el ático; pero su brillante imaginación se convierte en su gracia salvadora. En todo momento sigue siendo una «princesa» magnánima, que se siente mejor cuando está ayudando a otras personas; las maravillosas historias que inventa y su buen corazón la hacen ganar verdaderas amigas y la conducen finalmente a un nuevo hogar. Aunque esta enternecedora historia de La Princesita se ha vuelto a representar varias veces, tanto en la pantalla chica como en la grande, no hay nada mejor que experimentar las emociones que generan su entretenida lectura.

La novela de Frances Hodgson Burnett es un relato hermoso, fantástico, y en un medio y una época ya pasados de moda con una heroína bastante compleja. El libro es enternecedor y edificante, pero en el transcurso del relato, Sara sufre una pérdida terrible y es maltratada por la señorita Minchin, lo cual podría afectar a lectoras o lectores de muy corta edad. Esta novela clásica también contiene algunas actitudes que en la actualidad pueden resultar desagradables por anticuadas. Por ejemplo, en cierta ocasión Becky pregunta si un nuevo vecino es «chino» porque su piel es «amarilla»; y en otra, Sara recuerda el tiempo que pasó viviendo en la India, donde tuvo una «aya que la adoraba» y los sirvientes se inclinaban ante ella. Estos pasajes llevan una nota de estereotipos raciales, pero la bondad de Sara para con todas las personas eclipsa su perspectiva anticuada, que es comprensible tomando en cuenta el contexto histórico de la obra, y que el desarrollo humano se corresponde con cada época.

Una Receta para la Corrupción

 

En un informe aparecido en el portal oficial de Transparencia Internacional (transparency.org) se señala que mientras millones de dólares de COVID-19 fluyen desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), los presupuestos inflados y la poca supervisión crean una receta para la corrupción en El Salvador, donde se está desarrollando una preocupante tendencia a esa práctica contagiosa.

En el reporte titulado “El Salvador: Una Receta para la Corrupción”, se destaca que la suma de  autoritarismo y opacidad gubernamental + pandemia  COVID-19 + enormes cantidades de asistencia de emergencia + relajación / eliminación de la supervisión = una puerta abierta a la corrupción. A continuación se reproduce una traducción del reporte.

Con millones de dólares, viene una mayor responsabilidad

En este contexto, el 14 de abril, el FMI aprobó un préstamo por US $ 389 millones para mitigar los impactos económicos de la pandemia COVID-19.

Este préstamo se suma a millones de asistencia más que ha recibido el país, que incluyen:

46 millones de dólares de la ayuda japonesa;

US $ 491 millones en emisiones de corto plazo (LETES);

US $ 483 millones también en deuda a corto plazo (CETES);

US $ 25 millones de una transferencia de fondos del servicio de salud administrado por el gobierno (ISSS);

US $ 20 millones del Banco Mundial *; y

US $ 250 millones en préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) *

* Autorizado y ratificado por la Asamblea Legislativa, pero aún falta su aprobación del proyecto de reasignación presupuestaria.

Nunca en la historia del país un gobierno ha tenido un presupuesto tan enorme, ni este presupuesto extraordinario ha sido tan rico en efectivo.

Para garantizar que esta enorme cantidad de dinero se utilice para salvaguardar la salud pública, salvar vidas y apoyar los medios de vida, la implementación de medidas efectivas de transparencia y anticorrupción es absolutamente fundamental.

Las acciones del gobierno frustran la lucha contra la corrupción

Antes del estallido de COVID-19, el gobierno salvadoreño se negó a administrar los fondos públicos de manera abierta y transparente al obstruir el acceso a la información y romper su promesa de campaña de crear un organismo anticorrupción fuerte.

En cambio, se desmanteló la Secretaría de Transparencia y Anticorrupción y se cerró la Unidad Anticorrupción dentro del Ministerio de Finanzas.

Durante la campaña política, los líderes del gobierno prometieron crear la Comisión Internacional Contra la Impunidad para El Salvador (CICIES). Sin embargo, las Naciones Unidas no pudieron participar en el proceso, frustrando la creación de un organismo internacional fuerte, con fuerza e independencia, como la CICIG en Guatemala. Como resultado, CICIES es administrado por la Organización de Estados Americanos (OEA) sin funciones de investigación.

Acceso a la información pública casi inexistente

A pesar de las promesas del gobierno de publicar información y ejemplos de corrupción, incluidos los de la administración anterior, como el presupuesto de gastos reservados e información de la Agencia Estatal de Inteligencia (OIE), tales acciones no ocurrieron. En cambio, la información del OIE se archivó sellada y se mejoró la financiación discrecional / reservada.

El gobierno también se negó a revelar detalles de los costos publicitarios incurridos por la Oficina del Presidente. A pesar de las demandas del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), los esfuerzos por publicar esta información se vieron frustrados por el reiterado recurso de amparo (protección de los derechos constitucionales) ante la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia.

Finalmente, cuando llegó el COVID-19, la pandemia se convirtió en una oportunidad para emitir órdenes ejecutivas bloqueando todo el trabajo realizado por el IAIP y para evitar que se cumpla la ley que regula las compras públicas.

Los fondos fluyen, a pesar de la falta de controles y equilibrios

La sensibilidad autoritaria del gobierno le ha permitido emitir e implementar órdenes ejecutivas sin aprobación legislativa (en consecuencia, sin fundamento legal), y en violación de las sentencias de la Corte Constitucional (por lo tanto, ilegales).

Aunque negó el acceso público a la información y debilitó las instituciones de supervisión, el gobierno logró asegurar millones en fondos de donantes, con poca supervisión.

La situación de la deuda pública también es preocupante. Además del dinero que ya ha recibido el país, ahora también está autorizado a negociar la venta de valores por US $ 3 mil millones. Se trata de un aumento de mil millones de dólares de una suma original de 2 mil millones de dólares.

En caso de que se aumente más esta cantidad, la deuda nacional superaría el 90% del PIB de El Salvador y el riesgo de incumplimiento sería excesivamente alto. Mientras tanto, las calificaciones de riesgo país se han desplomado y El Salvador tiene las tasas de rendimiento más altas de sus bonos en el continente, cerca del 10 por ciento.

Sin compromisos anticorrupción en los préstamos del FMI

Desafortunadamente, no se implementaron medidas anticorrupción como parte del acuerdo de préstamo del FMI por US $ 389 millones con El Salvador. La única mención menor de anticorrupción o transparencia por parte del gobierno es la siguiente:

«Seguimos comprometidos con el fortalecimiento de la competitividad mejorando el entorno empresarial, reduciendo la deuda pública, combatiendo la corrupción y fortaleciendo la supervisión financiera y el marco regulatorio, y los marcos de gobernanza y ALD / CFT».

Teniendo en cuenta la falta de especificidad y / o mensurabilidad de este lenguaje, creemos firmemente que esto es simplemente una expresión de buena intención, más que un verdadero compromiso por parte del gobierno.

Además, con base en las preocupaciones del FMI en el informe más reciente del Artículo IV de ese organismo, de mayo de 2019, que incluye un reconocimiento de las vulnerabilidades macrocríticas de corrupción en El Salvador, esta expresión de buena intención es insuficiente para garantizar la transparencia en el uso de los fondos.

Como parte del préstamo del FMI, el gobierno también menciona su trabajo con CICIES:

El Presidente de El Salvador ha pedido a la Comisión Internacional Contra la Impunidad para El Salvador (CICIES) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que sume esfuerzos con la Corte de Cuentas de El Salvador para velar por la rendición de cuentas y el uso transparente de los recursos financieros asignados a lucha contra COVID19

Pocos incentivos para mejorar

Si miramos más allá del lenguaje de préstamos del FMI, para determinar si el gobierno está tomando alguna medida tangible para mejorar la transparencia, lamentablemente, encontramos muy pocos resultados positivos.

En lugar de fortalecer la competitividad y mejorar los negocios, el gobierno está creando un ambiente de confrontación con el sector privado, que no está contribuyendo a la recuperación económica.

En lugar de reducir la deuda, la deuda nacional está creciendo a nuevas alturas y niveles insostenibles. En lugar de hacer que los fondos sean más transparentes, el gobierno está reforzando el secreto y la opacidad. Y en lugar de combatir la corrupción, el gobierno está contribuyendo a una institución anticorrupción debilitada (CICIES).

Finalmente, lejos de fortalecer la supervisión financiera, el gobierno denunció los esfuerzos de un organismo ciudadano independiente, el Comité del Fondo de Emergencia, Recuperación y Reconstrucción Económica, que resultó en la renuncia de todos los miembros no gubernamentales. Además, el gobierno se opone a una nueva propuesta legislativa para la creación de un Comité de Contraloría Social que supervisaría los fondos.

Los periodistas de todo el país también están sufriendo. Recientemente, la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) expresó una creciente preocupación por los ataques del gobierno contra periodistas en El Salvador.

La corrupción florece en este entorno, especialmente durante COVID-19.

En conjunto, los últimos esfuerzos gubernamentales están permitiendo y facilitando los riesgos de corrupción en todo el país. De hecho, ya se han reportado varios casos de corrupción en los medios, entre ellos:

Compras de equipos médicos

La compra de mascarillas sobrevaloradas por el Ministerio de Salud (MINSAL) a tres funcionarios públicos ha sido denunciada al Tribunal de Ética del Gobierno y está siendo investigada por la Fiscalía. Uno de los funcionarios acusados es el recién nombrado ministro de Hacienda, José Alejandro Zelaya. El exministro, Nelson Fuentes, aparentemente renunció al negarse a firmar transferencias presupuestarias que lo comprometían, por ser ilegales.

MISAL compró millones de dólares en botas de hule a una empresa vinculada a la familia del Ministro de Salud.

MISAL compró millones en insumos médicos a una pequeña y opaca empresa española, que vende repuestos para vehículos. Más recientemente, los medios destacaron la compra de miles de mascarillas plásticas a una empresa guatemalteca que produce suelas de zapatos. Profesionales de la salud han denunciado que estas mascarillas no cumplen con las condiciones sanitarias de protección antivirus.

Distribución de comida

El Tribunal de Cuentas (CC) solicitó información al Ministerio de Agricultura (MAG) sobre compras de alimentos por más de US $ 100 millones, importados de empresas en México. El MAG ha eludido la entrega de información sobre estas compras, tanto a la CC como a la Asamblea Legislativa. Asimismo, la CC encontró anomalías importantes en la distribución de US $ 300 en ayudas a 100.000 ciudadanos.

Infraestructura hospitalaria

Otro caso de presunta corrupción es la construcción del Hospital de El Salvador, que le costó al gobierno un estimado de US $ 100 millones. El hospital, programado para abrir en junio, estaba destinado a tratar a pacientes con COVID-19, sin embargo, la construcción sigue incompleta, a pesar de la importante inversión.

Acceder a la versión en inglés de este reporte