Palabra de Guerrillero

Por Javier Heraud Pérez

Porque mi patria es hermosa

como una espada en el aire,
y más grande ahora y aun
más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores,
hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.

El cielo es nuestro,
nuestro el pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra,
y el trigo y la tierra
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar
las montañas y los pájaros.

De Cómo las Pandemias han Cambiado el Mundo

Hasta antes de marzo de 2020, pocas personas quizás pensaban que las enfermedades podrían ser un factor importante en la historia de la humanidad. Pero esto ya no es así. La gente está empezando a comprender que los pequeños cambios que COVID-19 ha introducido ya, o acelerado, (la telemedicina, el trabajo remoto, el distanciamiento social, la eliminación del apretón de manos, las compras en línea, la virtual desaparición del dinero en efectivo, etc.) han comenzado a cambiar su estilo de vida. Es posible que dichas personas no estén seguras de si estos cambios sobrevivirán a la pandemia; y pueden no estarlo de si estas transformaciones son para bien o para mal.

Tres pestes anteriores podrían dar algunas pistas sobre la forma en que COVID-19 podría doblar el arco de la historia, ya que las pandemias tienden a moldear los asuntos humanos de tres maneras: Primero, pueden alterar profundamente la cosmovisión fundamental de una sociedad. Segundo, pueden alterar las estructuras económicas fundamentales. Y, tercero, pueden influir en las luchas de poder entre las naciones.

La enfermedad impulsó la propagación del cristianismo

La peste de Antonina, y su gemela, la peste de Cipriano, que ahora se cree que fueron causadas por una cepa de viruela, devastaron el Imperio Romano entre el 165 y el 262 d.C. Se estima que la tasa de mortalidad de las pandemias combinadas fue de un cuarto a un tercio de la población del imperio. Si bien es asombroso, el número de muertes cuenta solo una parte de la historia, ya que esto también provocó una profunda transformación en la cultura religiosa del Imperio Romano.

En vísperas de la peste de Antonino, el imperio era pagano. La gran mayoría de la población adoraba a múltiples dioses y espíritus y creía que los ríos, árboles, campos y edificios tenían cada uno su propio espíritu. El cristianismo, una religión monoteísta que tenía poco en común con el paganismo, contaba solo 40,000 seguidores, no más del 0,07% de la población del imperio. Sin embargo, una generación después del fin de la peste de Cipriano, el cristianismo se había convertido en la religión dominante de la población romana.

En su obra fundamental The Rise of Christianity, Rodney Stark sostiene que estas dos pandemias hicieron del cristianismo un sistema de creencias mucho más atractivo. Si bien la enfermedad era efectivamente incurable, los cuidados paliativos rudimentarios (la provisión de alimentos y agua, por ejemplo) pudieron estimular la recuperación de quienes estaban demasiado débiles para cuidar de sí mismos. Motivados por la caridad cristiana y una ética de atención a los enfermos, y habilitados por las densas redes sociales y caritativas en torno a las cuales se organizó la iglesia primitiva, las comunidades cristianas del imperio estaban dispuestas y eran capaces de brindar este tipo de atención. Los romanos paganos, por otro lado, optaron por huir de los brotes de la plaga o aislarse con la esperanza de evitar la infección.

Esto tuvo dos efectos. Primero, los cristianos sobrevivieron a los estragos de estas pestes a tasas más altas que sus vecinos paganos y desarrollaron niveles más elevados de inmunidad más rápidamente. Al ver que muchos más de sus compatriotas cristianos estaban sobreviviendo a la pandemia, y atribuyéndolo al favor divino o a los beneficios de la atención brindada por los cristianos, muchos paganos se sintieron atraídos por la comunidad cristiana y el sistema de creencias que la sustentaba. Al mismo tiempo, atender a los paganos enfermos brindó a los cristianos oportunidades sin precedentes para evangelizar. En segundo lugar, Rodney Stark sostiene que, debido a que estas dos pestes afectaron de manera desproporcionada a las mujeres jóvenes y embarazadas, la menor tasa de mortalidad entre los cristianos se tradujo en una mayor tasa de natalidad. El efecto neto de todo esto fue que, en aproximadamente el lapso de un siglo, un imperio esencialmente pagano se encontraba en camino de convertirse en uno mayoritariamente cristiano.

La peste de Justiniano y la caída de Roma

La peste de Justiniano, que lleva el nombre del emperador romano que reinó desde 527 a 565, llegó al Imperio Romano en 542 d.C. y no desapareció hasta el 755 d.C. Durante sus dos siglos de recurrencia, mató a aproximadamente del 25% al ​​50% de la población, entre 25 y 100 millones de personas. Esta pérdida masiva de vidas paralizó la economía, desencadenando una crisis financiera que agotó las arcas del estado y obstaculizó las fuerzas del imperio que alguna vez fueron poderosas.

En el Este, el principal rival geopolítico de Roma, la Persia sasánida, también fue devastada por la peste y, por lo tanto, no estaba en condiciones de explotar la debilidad del Imperio Romano. Pero las fuerzas del califato islámico Rashidun en Arabia, que durante mucho tiempo habían estado contenidas por los romanos y los sasánidas, no se vieron afectadas en gran medida por la plaga. Las razones de esto no se comprenden bien, pero probablemente tengan que ver con el relativo aislamiento del califato de los principales centros urbanos. El califa Abu Bakr no dejó escapar la oportunidad; aprovechando el momento, sus fuerzas conquistaron rápidamente todo el Imperio Sasánida, mientras despojaban al debilitado Imperio Romano de sus territorios en el Levante, el Cáucaso, Egipto y África del Norte.

Antes de la pandemia, el mundo mediterráneo había estado relativamente unificado por el comercio, la política, la religión y la cultura. Lo que surgió fue un trío fracturado de civilizaciones compitiendo por el poder y la influencia: una islámica en la cuenca del Mediterráneo oriental y meridional; una griega en el noreste del Mediterráneo; y una europea entre el Mediterráneo occidental y el Mar del Norte. Esta última civilización, lo que ahora llamamos Europa medieval, fue definida por un sistema económico nuevo y distintivo.

Antes de la peste, la economía europea se había basado en la esclavitud; después de la plaga, la oferta significativamente disminuida de esclavos obligó a los terratenientes a comenzar a otorgar parcelas a trabajadores nominalmente «libres», siervos que trabajaban en los campos del lord y, a cambio, recibían protección militar y ciertos derechos legales. Es decir, se plantaron las semillas del feudalismo.

La Peste Negra de la Edad Media

La peste negra estalló en Europa en 1347 y posteriormente mató entre un tercio y la mitad de la población europea total de 80 millones de personas. Pero mató a más que personas. Cuando la pandemia se extinguió a principios de la década de 1350, surgió un mundo claramente moderno, definido por la mano de obra libre, la innovación tecnológica y una clase media en crecimiento.

Antes de que llegara la bacteria Yersinia pestis en 1347, Europa occidental era una sociedad feudal que estaba sobre poblada. La mano de obra era barata, los siervos tenían poco poder de negociación, la movilidad social estaba bloqueada y había pocos incentivos para aumentar la productividad. Pero la pérdida de tantas vidas sacudió a una sociedad anquilosada.

La escasez de mano de obra provocada por la mortandad dio a los campesinos más poder de negociación. En la economía agraria, también se alentaron la adopción generalizada de tecnologías nuevas y existentes: el arado de hierro, el sistema de rotación de cultivos de tres campos y la fertilización con estiércol, todo lo cual aumentó significativamente la productividad. Más allá del campo, resultó en la invención de dispositivos que ahorran tiempo y trabajo, como la imprenta, bombas de agua para drenar minas y armas de pólvora.

A su vez, la liberación de las obligaciones feudales y el deseo de ascender en la escala social animó a muchos campesinos a trasladarse a las ciudades y dedicarse a la artesanía y el comercio. Los más exitosos se hicieron más ricos y constituyeron una nueva clase media. Ahora podían permitirse más artículos de lujo que solo podían obtenerse más allá de las fronteras de Europa, y esto estimuló tanto el comercio de larga distancia para lo que se construyeron los barcos de tres mástiles, más eficientes, necesarios para participar en ese comercio. La creciente riqueza de la nueva clase media también estimuló el patrocinio de las artes, la ciencia, la literatura y la filosofía. El resultado fue una explosión de creatividad cultural e intelectual, lo que ahora se denomina el Renacimiento.

Nada de esto es para argumentar que la pandemia de COVID-19, aún en curso, tendrá resultados igualmente devastadores. La tasa de mortalidad de COVID-19 no se parece en nada a la de las pestes mencionadas anteriormente y, por lo tanto, las consecuencias pueden no ser tan sísmicas. Pero hay algunos indicios de que podrían serlo.

¿Los torpes esfuerzos de las sociedades abiertas de Occidente por enfrentarse al virus destrozarán la ya vacilante fe en la democracia liberal, creando un espacio para que otras ideologías evolucionen y se propaguen?

De manera similar, COVID-19 puede estar acelerando un cambio geopolítico ya en curso en el equilibrio de poder entre Estados Unidos y China. Durante la pandemia, China ha asumido el liderazgo mundial en la prestación de asistencia médica a otros países como parte de su iniciativa «Ruta de la Seda de la Salud». Algunos argumentan que la combinación del fracaso de Estados Unidos a la hora de liderar y el relativo éxito de China en tomar el relevo bien puede estar impulsando el ascenso del gigante asiático a una posición de liderazgo mundial.

Finalmente, COVID-19 parece estar acelerando el desmoronamiento de patrones y prácticas de trabajo establecidos desde hace mucho tiempo, con repercusiones que podrían afectar el futuro de las torres de oficinas, las grandes ciudades y el transporte público, por nombrar solo algunos. Las implicaciones de este y otros desarrollos económicos relacionados pueden resultar tan profundamente transformadores como los desencadenados por la Peste Negra en 1347.

En última instancia, las consecuencias a largo plazo de esta pandemia, como todas las pandemias anteriores, son simplemente desconocidas para quienes deben soportarlas. Pero así como las pestes del pasado hicieron el mundo que habitamos actualmente, también COVID-19 probablemente rehaga el poblado por nuestros descendientes.

Un Poema de Ítalo López Vallecillos

Ítalo López Vallecillos

Trigo espigado en el vientre de mi madre;
canción que se venía rodando
por la cuesta de los siglos
en el pecado qua me trajo al mundo.

Recuerdo el lugar
donde estaba antes de venir al universo:
oscuro, acogedor como las sombras,
como el lamento de los abismos
que gritan desde el fondo de su pena:
amable como la cabellera de la abuela
y el recuerdo del pueblo
qua llena la garganta de sollozos.

Añoro
el mar que me engendraba, donde crecía mi voz
lentamente,
uniéndose al sonido de mil almas extraviadas
en la cortina de los sexos
que multiplican la ancestral nostalgia
que me envuelve y me dilata.

¡Ah! Nido más tierno
no lo han conocido los ángeles;
—vientre de mi madre—,
hecho de arrullos y de trinos,
de inesperados encuentros musicales…

Me rodeaba la sombra y el misterio;
en la conjugación de lunas,
crecía,
como una larga angustia que se enreda
en los corredores de la sangre.

(Tomado de Biografía del Hombre Triste, Madrid, 1954).

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Ítalo López Vallecillos nació en San Salvador el 15 de noviembre de 1932. En 1950 imrumpió en el panorama literario del país y con solo dieciocho años de edad se hizo cargo de la dirección de la página infantil de El Diario de Hoy, en sustitución de su anterior responsable, el también poeta y periodista Waldo Chávez Velasco.

Colaboró con otros medios de comunicación masiva como el periódico Radical, la revista La Universidad; fue editor del periódico El Independiente y la revista literaria Hoja.

En 1956 se trasladó a España para cursar estudios de Periodismo; regresó a El Salvador para asumir la dirección de la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA)en Costa Rica

Fue miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua en 1960 y de la Editorial de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas». Creó a principios de los años sesenta la Editorial Universitaria de El Salvador y la revista La pájara pinta.

Ítalo López Vallecillos fue miembro del Partido Radical Democrático Salvadoreño; su vertiente política estuvo orientada siempre hacia las causas más progresistas.

Falleció en México, el 9 de febrero de 1986 mientras estaba de viaje.

¿Es Qanon un Culto Peligroso?

La rápida expansión en Estados Unidos del culto de extrema derecha Qanon, es bastante revelador de las nuevas estrategias de reclutamiento de adeptos con fines violentos que están impulsando los grupos de extrema derecha para avanzar su lucha por el poder político, incluyendo la lucha electoral, la cual deslegitiman de antemano si el resultado le es adverso, para justificar sus ataques posteriores. Este culto ha sido calificado como una «alucinación colectiva».

Es bastante probable que la mayoría de los estadounidenses conozcan al menos a una persona, incluyendo familiares y amigos cercanos, que se han convertido en seguidores del descabellado culto conspirativo marginal conocido como Qanon. Los cultos extremistas han plagado a Estados Unidos en el pasado; lo que hace a Qanon tan diferente de la Familia Manson, el Templo del Pueblo (People’s Temple), Rama Davidianos, Portal del Cielo (Heaven’s Gate), Raelianos y NXIVM, es que esos eran grupos relativamente más pequeños y estaban concentrados en ciertas regiones geográficas, por ejemplo, en el sur de California, Oakland, Texas, West Virginia, y el estado de Nueva York. Qanon, por otro lado, tiene muchos seguidores en todo el país y, cada vez más, en el mundo entero. Qanon, que mantiene los cimientos de la supremacía blanca y el neonazismo, es una secta dentro del amplio culto a la personalidad de Donald Trump. 
Nacidos de la desaparecida comunidad web de 8chan, los cultistas de Qanon ahora se encuentran en todas partes en el ciberespacio donde los adoradores de Trump y los radicales de extrema derecha permanecen, desde 4chan a Gab y de Parler a Ello. Qanon representa una amenaza suficiente para que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) lo considere un grupo «extremista nacional impulsado por la teoría de la conspiración».

Lo que hace que Qanon sea más peligroso es que ha sido reconocido en Twitter por su líder de culto, el presidente Donald Trump. Varios candidatos republicanos a cargos públicos, incluida la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos, se han identificado con el culto; una de ellas, Marjorie Taylor Greene, es considerada la probable ganadora de la carrera por la Cámara de Representantes en el distrito 14 del Congreso de Georgia, particularmente después de que su oponente demócrata, Kevin Van Ausdal, anunció que abandonaba abruptamente la carrera y se retiraba del estado. Fuentes del Partido Demócrata citaron el divorcio de Van Ausdal como la razón de su salida de la contienda electoral. El actual representante republicano Tom Graves, que optó por no presentarse a la reelección, sorprendió a su personal al anunciar que se jubilaría en octubre, dejando su escaño abierto durante dos meses. Estas dos decisiones se tomaron después de que Trump tuiteó su apoyo al cultista de Qanon Greene, un ex residente de los suburbios de Atlanta, escribiendo: «Marjorie es fuerte en todo y nunca se rinde, ¡una verdadero GANADORA!». Greene se había mudado al noroeste de Georgia después de que Graves anunciara que no buscaba otro mandato; no conocía a nadie en el distrito y la mayor parte del efectivo de su campaña provenía de fuentes de dinero oscuro, principalmente de fuera del estado y con vínculos con el Comité del Congreso Nacional Republicano; el Jefe de Gabinete de la Casa Blanca Mark Meadows; el Representante Republicano de Ohio Jim Jordan y el Representante Republicano de Arizona Andy Biggs; el Caucus de la Libertad de la Cámara; KOCHPAC; el Fondo de Victoria Política de Ciudadanos Unidos y la Fundación Heritage de derecha.

Hubo informes de que tanto Van Ausdal como Graves habían recibido amenazas de miembros de Qanon. Es probable que a Greene se le una en la Cámara la cultista de Qanon Lauren Boebert, quien derrotó al representante republicano Scott Tipton por el tercer escaño de distrito del Congreso de Colorado en las primarias republicanas. Boebert acusa falsamente al actor Tom Hanks de ser ciudadano de Grecia y, por lo tanto, no tiene permiso legal para financiar campañas estadounidenses, incluida la de Joe Biden. Otros seguidores de Qanon ganaron las primarias republicanas para la Cámara de los Estados Unidos en Florida, Illinois, California y Arizona. Los cultistas de Qanon Jo Rae Perkins y Lauren Witzke ganaron las primarias republicanas en Oregon y Delaware, respectivamente, para el Senado. Los partidarios de Qanon, Shiva Ayyadurai y Derrick Grayson, se postulan como candidatos republicanos para el Senado en Massachusetts y Georgia, respectivamente.

Qanon se ha convertido en algo parecido a los paramilitares nazis de Sturmabteilung (SA, Sección de Asalto). Las SA sirvieron como músculo político de los nazis de Adolf Hitler antes del surgimiento de la temida Schutzstaffel (SS). Sin embargo, a medida que se eligen más cultistas de Qanon para el Congreso de los Estados Unidos, las legislaturas estatales, las juntas de condado y los consejos municipales, lo que ahora se considera un grupo marginal de conspiradores podría convertirse en un culto secreto dentro del Partido Republicano.

Un núcleo de Qanon imponiendo la doctrina de Trump mediante la intimidación, la coerción y la amenaza física, llegará a parecerse a las SA y las SS y transformará al Partido Republicano en un clon del Partido Nazi, en el que las SS implantarán la disciplina del partido con la pena de muerte. De hecho, se ven los inicios de tal brazo de aplicación entre algunos de los amigos de Marjorie Greene en Georgia, incluido Chris Hill, jefe de III% Security Force Georgia, y entre las filas de los extremistas de derecha Tres por Ciento, Propietarios de Armas, Guardianes de Juramento, Milicia de Pie Ligero, Resistencia Masiva y Alianza en Defensa de la Libertad. Hill ha prometido que su «milicia» exigirá una sangrienta retribución si Joe Biden le «roba» la elección a Trump.

La retórica de Hill y sus asociados de bandas armadas de derecha no es diferente de la de los líderes de las SA y SS de Hitler. Hasta la fecha, los cultistas de Qanon han cometido asesinatos en los estados de Washington y Nueva York. Un seguidor de este culto disparó un rifle AR-15 en una pizzería de Washington, DC, afirmando falsamente que el sótano del restaurante albergaba una prisión de menores de edad esclavizados sexuales, pese a que el restaurante no tiene sótano. El tirador creía en una teoría absurda llamada «PizzaGate» que asegura que los principales líderes demócratas dirigen una red de esclavos sexuales infantiles. Otro adherente de Qanon estacionó un vehículo blindado conteniendo municiones, cubriendo los carriles de tráfico de un puente cerca de la presa Hoover. Un seguidor de ese mismo culto también ocupó una torre en una planta de cemento en Tucson, Arizona. Otra seguidora de Qanon fue atrapada con cuchillos después de que ella declaró que iba a asesinar a Joe Biden y Hillary Clinton, y que atacaría el barco-hospital estadounidense USNS Comfort, mientras estaba atracado en la ciudad de Nueva York. Un ingeniero de trenes que creía en la teoría de Qanon acerca de que los barcos hospitales de la Marina de los Estados Unidos se utilizaban para albergar a menores de edad víctimas de trata, intentó estrellar su tren contra el USNS Mercy, mientras éste estaba atracado en el puerto de Los Ángeles. Qanon ha afirmado falsamente que las organizaciones Save the Children y Wayfair están involucrados en el tráfico sexual de menores, y que John F. Kennedy Jr. fingió su muerte en avión y está ayudando en secreto a Donald Trump a rastrear una red global de pedófilos.

Además de Hillary Clinton, Barack Obama, Joe Biden y Tom Hanks, otros objetivos favoritos de los cultistas de Qanon incluyen a Francis Ford Coppola, John Podesta, el Dr. Anthony Fauci, la Organización Mundial de la Salud, la masonería, las Naciones Unidas, George Soros, la Rothschilds, Bill Gates, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Administración de Alimentos y Medicamentos y casi cualquier cosa o cualquier persona que el actual presidente de Estados Unidos haya atacado en Twitter. Otros cultistas de Qanon se están postulando a cargos públicos, todos como republicanos o como terceros en varios Estados, incluyendo California, donde su número es significativo.
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(Esta nota está basada, con omisiones, en un artículo escrito por Wayne Madsen, publicado el 20 de septiembre de 2020). 

La Muerte de Domingo Monterrosa

El 23 de octubre de 1984, el teniente coronel José Domingo Monterrosa Barrios, considerado por algunos miembros del ejército salvadoreño como uno de sus mejores estrategas, murió en la jurisdicción de Joateca, departamento de Morazán, al explotar el helicóptero en que se conducía junto a otros militares poco después de despegar, en un hecho que en un principio fue reportado como un accidente y posteriormente corroborado como una operación exitosa de la guerrilla. 

Junto al comandante de la Tercera Brigada de Infantería de la ciudad de San Miguel, murieron el comandante del Centro de Instrucción de Comandos Especiales de San Francisco Gotera, teniente coronel Napoleón Herson Calito; el jefe de operaciones de esa misma institución, mayor Nelson Alejandro Rivas; y el comandante del batallón Atlacatl, mayor José Armando Azmitia Melara; los pilotos, subteniente piloto aviador Mauricio Antonio Duarte Arévalo; subteniente cadete Oscar Villega Guevara; y subteniente Cadete Arturo Aparicio Erazo; los soldados artilleros Manuel Gómez Martínez y Miguel Ángel Martínez; el sacerdote Carlos René Guillén; el sacristán Juan de Dios Andrade; y tres miembros del Comité de Prensa de las Fuerzas Armadas, COPREFA, siendo ellos Juan Paulino Rivas, Joaquín Baltazar del Tránsito Reyes y René Mauricio Quintanilla. 

El portavoz oficial, teniente coronel Ricardo Cienfuegos, informó que el suceso se produjo alrededor de las cuatro de la tarde y calificó la noticia de “trágica”, no solo por las 14 vidas perdidas, sino también por el duro golpe que asestó la guerrilla al ejército salvadoreño. Para sustituir a Domingo Monterrosa en el mando de la Tercera Brigada, se nombró al teniente coronel Miguel Antonio Méndez, que hasta ese momento ejercía la comandancia de un batallón especial. 
El periódico estadounidense The New York Times reportó que la muerte de los militares y sus acompañantes se produjo en el marco de una operación en la que Monterrosa había invadido el norte de Morazán usando 2,300 efectivos tres días después de que el presidente José Napoleón Duarte sostuviera una histórica reunión de diálogo con los líderes rebeldes. Poco antes de iniciar el operativo denominado Torola IV, el teniente coronel Domingo Monterrosa había declarado, ante un nutrido grupo de periodistas nacionales e internacionales, que aunque las conversaciones de paz habían comenzado, todavía no se había declarado un cese de fuego, y remarcó que su accionar era parte de una estrategia gubernamental de negociar y pelear a la misma vez.

«Esta es un nuevo tipo de operación y estamos conduciendo con éxito la lucha contra los subversivos», habría dicho el teniente coronel de 43 años de edad en una entrevista sostenida un día antes de su muerte en el cuartel de la Tercera Brigada de Infantería. «Estamos usando la tercera parte de hombres usados en operativos pasados y estamos ganando más territorio que antes». 

Fue durante el lanzamiento del operativo Torola IV el 18 de octubre contra la «capital» rebelde de Perquín, que tres asesores norteamericanos fueron vistos acompañando a Monterrosa, contraviniendo las reglamentaciones estadounidenses que prohibían su presencia en áreas donde se consideraba que había posibilidad de combate.

Domingo Monterrosa, quien fuera entrenado en Fort Benning, Georgia, en 1982, junto al batallón Atlacatl, era considerado el más destacado oficial de lo que los militares estadounidenses en el país retrataban como la nueva generación de líderes profesionales de las fuerzas armadas salvadoreñas. Los asesores identificaban a Monterrosa como uno de los más brillantes y más efectivos comandantes, el tipo de hombre que había inspirado sus unidades al éxito militar del que no se había escuchado antes.

En realidad Monterrosa había seguido al pie de la letra las instrucciones de «Tierra Arrasada» de los asesores norteamericanos, tal y como lo demuestra el hecho de que fue él quien planeó y dirigió la operación en la que fueron masacradas centenares de personas civiles, incluyendo menores, en El Mozote, en 1981. Y resulta curioso de que alguien que era considerado muy inteligente haya perecido al caer en una trampa en la que se empleó lo que se llama en la jerga militar «cazabobos»; porque posteriormente se corroboró que toda la pompa que se montó en torno al operativo en el que murió fue debido a que creyó que sus tropas habían capturado el equipo de transmisión de Radio Venceremos, emisora que fue la primera en anunciar su muerte.

El 16 de enero de 2012, el entonces presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pidió perdón en nombre del Estado por «la más grande masacre contra civiles de la historia contemporánea latinoamericana», en un acto en el que derramó lágrimas al dirigirse a familiares de las víctimas del batallón Atlacatl bajo el mando de Monterrosa.
Por su parte, Nayib Bukele, en su estilo más mediático, a pocas horas de haber sido juramentado como presidente de El Salvador, ordenó al alto mando de la Fuerza Armada y de forma inmediata que retiraran el nombre del coronel Domingo Monterrosa Barrios de la Tercera Brigada de Infantería con sede en San Miguel. El anuncio lo hizo la noche del  sábado 1 de junio de 2019 por medio de su cuenta de Twitter, y en el mismo escribió: “Se ordena a la Fuerza Armada retirar de inmediato el nombre del coronel Domingo Monterrosa Barrios del cuartel del la Tercera Brigada de Infantería de San Miguel”. Sin embargo, a poco más de un año de su mandato, el pasado mes de septiembre, nombró como embajadora de El Salvador en Estados Unidos a la diputada Milena Mayorga, persona que se ha declarado admiradora incondicional del fenecido militar.

Fuentes consultadas:
– Diario El País (1984), La guerrilla causa la muerte del mejor estratega del ejército y de otros siete oficiales salvadoreños al derribar un helicóptero
– La Prensa Gráfica. (1992), documento de La Prensa Gráfica El conflicto en El Salvador.
– The New York Times (1984), Army Commander in Salvador Dies in Copter Crash:
NOTA: En el libro Las mil y una historias de la Radio Venceremos, de J. I. López Vigil, se encuentra un relato detallado de la operación guerrillera en la que falleció Domingo Monterrosa y sus acompañantes.

Resumen de la Obra El Dr. Jekyll y el Sr. Hyde

Por Esteban Balmore Cruz

Tipo de obra: Novela
Autor: Robert Louis Stevenson (1850-1894)
Género: Novela gótica de ciencia ficción
Ubicación: Londres, Inglaterra, siglo XIX
Primera publicación: 1886
Personajes principales:

Doctor Henry Jekyll, un médico de Londres.
Gabriel John Utterson, abogado y amigo del Doctor Jekyll.
Poole, empleado al servicio del Doctor Jekyll.
Richard Enfield, primo de Utterson.
Doctor Hastle Lanyon, amigo íntimo del Doctor Jekyll.

Comentario breve

El Extraño Caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde es narrado desde la perspectiva del abogado y amigo del personaje principal de esta novela corta que ha mantenido por mucho tiempo la popularidad que tuvo desde que fue publicada por primera vez. La historia es básicamente una aventura fantástica que aborda el tema de la personalidad doble. La noción del «doble» fue muy popular en la literatura del siglo XIX, y fue explotada por escritores como Fyodor Dostoyevsky en su obra (precisamente llamada así) El Doble (1846), que trataba este tema; y Mary Wollstonecraft Shelley en su clásico relato de Frankenstein (1818), que puede leerse bajo esta misma luz. El tema fue explorado de manera más explícita por Oscar Wilde en El Retrato de Dorian Gray (1891); y por H.G. Wells, tanto en La Isla del Doctor Moreau (1896) como en El Hombre Invisible (1897). En El Extraño Caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde, Stevenson propuso que la propensidad humana para el bien y para el mal no están presentes necesariamente en igual medida. Edward Hyde es un poco más corto de estatura que Henry Jekyll, sugeriendo acaso que la maldad es solamente una porción menor en la totalidad de la personalidad del doctor, aunque ésta podía expresarse de forma fuerte y violenta. El relato ha sido interpretado también como una representación del ser bifurcado de la sociedad Victoriana. El Doctor Jekyll es un caballero desde todo ángulo que se le considere, pero justamente bajo la superficie yacen los deseos malsanos de los que no se habla: él es la personificación misma de la dicotomía entre la gentileza externa y la lascivia interior.

Resumen

El Sr. Richard Enfield y su primo, el Sr. Utterson, un abogado, estaban caminando como lo hacían de costumbre en domingo, cuando se encontraron con un edificio vacío en una calle conocida. El Sr. Enfield relató que en una ocasión anterior había visto a un hombre malhumorado pisotear a una niña a la entrada del edificio abandonado, y que él, junto a otros que presenciaron el hecho, habían forzado al extraño (quien dijo llamarse Hyde) a pagar una cantidad de dinero como indemnización a la familia de la chica. Enfield recordaba a ese hombre Hyde con mucho disgusto, no solo por su pedantería, sino también por su desagradable rostro.

Por su parte, Utterson tenía razones para estar interesado en el tal Hyde. Cuando volvió a su apartamento, releyó el extraño testamento de su cliente y amigo, el Dr. Jekyll, en el que se estipulaba que, en caso de que el médico muriera, todos sus bienes deberían ser traspasados a un hombre llamado Edward Hyde. Utterson buscó al mencionado beneficiario, el individuo que Enfield había descrito, para cerciorarse si era el mismo nombrado como heredero de la fortuna del doctor; pero éste —sospechoso de los motivos del abogado— se encolerizó al escuchar sobre la búsqueda, y se metió en su casa. Al ser cuestionado, el Dr. Jekyll rehusó discutir el asunto, pero insistió que en caso de que muriera debía dársele cumplimiento a lo establecido en el testamento. El abogado creía que Hyde era un extorsionista que se estaba posesionando de la fortuna de su cliente y que eventualmente asesinaría al médico.

Aproximadamente un año después de estos acontecimientos, Hyde era requerido por la Justicia, por el asesinato sin motivo de un bondadoso anciano, Sir Danvers Carew; pero el acusado escapó antes de ser arrestado. El Dr. Jekyll mostró al abogado y a la policía una carta firmada por Hyde, en la que el asesino declaraba su intención de desaparecer para siempre, e imploraba el perdón del médico por haber abusado de su amistad. Por este mismo tiempo, el Dr. Lanyon, quien había sido un gran amigo del Dr. Jekyll, se enfermó y murió. Entre sus papeles estaba una carta dirigida a Utterson, quien al abrirla encontró dentro otro sobre sellado con el aviso de que no debía ser abierto sino hasta después de la muerte del Dr. Jekyll. Utterson sintió que esto estaba relacionado con el malvado Hyde, pero de ninguna manera podía desentrañar el misterio.

Un domingo, Enfield y Utterson estaban caminando por la calle donde el primero había visto a Hyde maltratando a la niña, y viendo más detenidamente, observaron que el extraño edificio abandonado era en realidad una entrada lateral a la casa del Dr. Jekyll, un ala anexa usada como laboratorio. Mirando por la ventana, contemplaron al doctor sentado, con un semblante de desconsuelo, y en seguida su expresión pareció cambiar, de modo que su rostro adquirió una mueca de pavor y evidente pesadumbre. Utterson y Enfield se retiraron tan excitados que no hablaron nada sobre lo que habían visto.

Poco tiempo después, Utterson recibió la visita de Poole, el empleado al servicio del Dr. Jekyll, quien le contó que por una semana algo raro había estado sucediendo en el laboratorio de su patrón. El doctor mismo no se dejaba ver, habiendo ordenado que sus comidas le fueran enviadas, y había demandado que Poole fuese a todos los sitios de fármacos en Londres en búsqueda de una droga misteriosa. El sirviente estaba convencido que su patrón había sido asesinado y que el culpable, haciéndose pasar como el doctor, aún estaba ocultándose en el laboratorio.

Utterson y Poole fueron de prisa a la casa del médico y forzaron su entrada al laboratorio usando una hacha. Al entrar, descubrieron que el individuo que había estado allí se había suicidado tomándose un frasco de veneno en el instante en que ellos estaban forzando la puerta, y este individuo era Edward Hyde. En vano buscaron por todos lados el cuerpo del Dr. Jekill, estando seguros de que se encontraría en algún lado, después de que habían hallado una nota con la fecha de ese día dirigida al abogado. En la nota, el doctor explicaba que estaba planeando desaparecer y le encomendaba a Utterson leer la otra nota que el Dr. Lanyon había dejado al tiempo de su fallecimiento. Un documento adjunto contenía la confesión de Henry Jekyll.

Utterson regresó a su oficina con el propósito de leer las cartas. La misiva del Dr. Lanyon describía cómo el Dr. Jekyll había enviado a Pool pidiéndole que buscara algunos medicamentos que tenía en su laboratorio, de cómo Hyde había venido a recogerlos. Luego describía de cómo en su presencia, Hyde había ingerido los medicamentos y se había transformado en el Dr. Jekyll, causándole un impacto que le había hecho enfermarse.

La propia narración del Dr.Jekyll sobre el horrendo asunto era más detallada. Decía que él había comenzado desde muy temprano a vivir una doble vida. En público, él había sido gentil y prudente, pero que en privado había practicado vicios raros sin restricción. Obsesionado con la idea de que las personas tienen dos personalidades, razonó que el individuo era capaz, del mismo modo, de poseer dos seres físicos. Finalmente, él había logrado componer una mezcla química que transformaba su cuerpo en la representación física de su «yo» maligno, y se volvió Hyde. En este disfraz él era totalmente libre de ir tras los solitarios y estrechos rincones de Londres, y cometer los más oscuros actos, sin temor de ser reconocido.

Henry Jekyll había intentado, en toda forma, de proteger a Edward Hyde; había advertido a sus sirvientes que le dejaran entrar a cualquier hora; había alquilado un apartamento aparte para él, y había hecho su testamento a su favor. Su vida había procedido lo suficientemente tranquila hasta que una mañana se despertó en la forma de Edward Hyde, y se dio por enterado que su naturaleza más vil estaba prevaleciendo. Asustado, decidió eliminar la personalidad de Hyde buscando mejores compañías y ocupando su mente en otras cosas; sin embargo, él no era lo bastante fuerte como para cambiar su verdadera naturaleza. Al final se permitió otra vez asumir la personalidad de Hyde, y éste, en esa ocasión, lleno del dominante deseo de hacer lo malo, había asesinado a Sir Danvers Carew.

Después de esto, el Dr. Jekyll renovó sus esfuerzos para abandonar la naturaleza de Hyde; pero un día, caminando por el parque, de repente cambió a éste, y fue esa vez que recurrió a su amigo, el Dr. Lanyon, para que fuera a su laboratorio a traer las drogas que le devolvería su personalidad de médico. Su amigo había presenciado su transformación horrorizado. Después de eso la naturaleza de Edward Hyde parecía reafirmarse con más frecuencia. Cuando la reserva de los componentes químicos de su mezcla se agotaron y no fue posible conseguirlos en ninguna parte, el Dr. Jekyll, como Hyde, se había encerrado en su laboratorio experimentando con diferentes drogas, una tras otra, hasta que al fin, lleno de desesperación, tal y como Utterson podía comprender, se había suicidado.

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Sobre el Teatro Épico de Bertolt Brecht

 Aparte de ser un dramaturgo, escritor y poeta, Bertolt Brecht fue un destacado reformador del teatro occidental, y creó un nuevo tipo de drama y una teoría nueva, a la que llamó «épico».

 La esencia de la teoría de Brecht, tal y como él la concibió, suponía que el drama era uno en el cual el rol principal no se asignaba a la acción, que es lo que estaba a la base del teatro «clásico», sino a la historia en el sentido de relato, de ahí el nombre «épico». En el proceso de tal historia, la escena debería haber quedado simplemente la escena, y no una imitación «plausible» de la vida; el personaje (el papel que desarrolla el actor, en contraste con la práctica tradicional de «transformar» a éste en un héroe) retratado como un boceto exclusivamente escénico, especialmente liberado de «semejanzas» ilusorias de la vida.

 En un esfuerzo por recrear la «historia», Brecht reemplazó la división clásica del drama en acciones y actos con una composición crónica, según la cual la trama de la obra era creada a través de pinturas cronológicamente conectadas. Además, varios comentarios se introducían en el «drama épico», lo que también lo acercó a la «historia»: títulos que describían el contenido de las pinturas; canciones que explicaban adicionalmente lo que estaba sucediendo en el escenario; llamamientos de los actores a la audiencia; inscripciones diseñadas en la pantalla, etc.

 Uno de los descubrimientos artísticos más llamativos fue el «efecto de la alienación». Su esencia consistía en el hecho de que lo cotidiano se presentara bajo una nueva luz y ahora parecía asombroso, «arrancado» del plan de vida habitual. También alentaba al espectador a analizar lo que estaba en juego. El «efecto de alienación» era el núcleo que impregnaba todos los niveles del «drama épico»: la trama, el sistema de imágenes, detalles artísticos, lenguaje, etc., hasta el paisaje, las características de la técnica de actuación e iluminación escénica.


 Durante la guerra en El Salvador (1980-1992), se desarrolló lo que fue conocido como teatrillos, particularmente en las zonas controladas por la guerrilla en el oriente del país. En el montaje y desarrollo de las dramatizaciones de contenido meramente de educación política, se incorporaban los elementos de la teoría de Bertolt Bretch, en la medida de las posibilidades, en un ambiente carente de recursos.

_________________


PREGUNTAS DE UN OBRERO QUE LEE


Por Bertolt Bretch


¿Quién construyó Tebas,
la de las Siete Puertas?
En los libros figuran
sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos
bloques de piedra?


Y Babilonia, mil veces destruida,
¿quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima,
¿en qué casas vivían?


¿Adónde fueron la noche
en que se terminó La Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales
Roma la grande. Sus césares
¿sobre quiénes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada,
para sus habitantes
¿sólo tenía palacios?


Hasta la legendaria
Atlántida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban
pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.


El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César venció a los galos.
¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida.
¿No lloró más que él?
Federico de Prusia
ganó la guerra de los Treinta Años.
¿Quién ganó también?


Un triunfo en cada página.
¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias,
tantas preguntas.

Cuentos de Barro: La Chichera

Tranquera
Como el alfarero de Ilobasco modela sus muñecos de barro: sus viejos de cabeza temblona, sus jarritos, sus molenderas, sus gallos de pitiyo, sus chivos patas de clavo, sus indios cacaxteros y en fin, sus batidores panzudos; así, con las manos untadas de realismo; con toscas manotadas y uno que otro sobón rítmico, he modelado mis Cuentos de Barro.

Después de la hornada, los más rebeldes salieron con pedazos un tanto crudos; uno que otro se descantilló; éste salió medio rajado y aquél boliado dialtiro; dos o tres se hicieron chingastes. Pobrecitos mis cuentos de barro… Nada son entre los miles de cuentos bellos que brotan día a día; por no estar hechos en torno, van deformes, toscos, viciados; porque, ¿qué saben los nervios de línea pura, de curva armónica? ¿Qué sabe el rojizo tinte de la tierra quemada de lakas y barnices?; y el palito rayador, ¿qué sabe de las habilidades del buril?… Pero del barro del alma están hechos; y donde se sacó el material un hoyito queda, que los inviernos interiores han llenado de melancolía. Un vacío queda allí donde arrancamos para dar, y ese vacío sangra satisfacción y buena voluntad.

Allí va esa hornada de cuenteretes, medio crudos por falta de leña: el sol se encargará de irlos tostando.

La chichera

La barranca del Berrido era sumida hasteldiablo, y pasaba todo el día de tarde. Amanecía tapada con nubes; allá por las diez, se despejaba dialtiro y se véiyan clarito los morados del guarumal, y el verde prieto de los sunzas, jabillos y manuelión; y por allá, ispiones, uno quiotro mulato o guachipilín en flor. Al puro jondo, allá onde se oiba roncar el río, se apiñaba el güishcoyolar cimarrón, entreverado de ishcanales bravos, erizados de cachos filudos y cundido de hormiga perra.

Aquella palazón en la escurana taba siempre sin viento, quedita, oyendo, como si jugara descondelero con el sol. Agazapada, contenía el juelgo, y al verla parecía como el cadávere de una montaña. Los querques volaban sobre ella, olisquiando el jediondo del río shuco y podridoso.

El sargento Vanegas paró de bajar; y, recostado en el tronco oloroso de un bálsamo, miró pa bajo, buscando entre las ramazones el miedo diun trapo. Nada se movía, ni nada se óiba. Sólo el golpear del río, en la panza de tarro del eco; y el grito deshilachado de algún guauce que llamaba a su pareja.

—¿No sienten ustedes un cierto tujo de piro?

Los soldados aletiaron las narices, y uno de ellos respondió, no muy seguro:

—Endeveritas, mi sargento…
—Nos vamos a descolgar ái parabajo. Me quito una oreja si no hallamos mamazo. Este juraco tiene todo el talante diuna sacadera gorda, y que vastar chilosa de sacar.

Empezaron a bajar, por los derrumbaderos de tierra deslizosa, negra y olorosa a hoja podrida. Se apoyaban a ratos en la culata del calibre; o se agarraban de las puntas de los guayabos y de los cojones, que crecían en abundancia debajo de aquellos enormes matapalos, apercoyados aquí y allá, en la sombra llena de mosquitos, zancudos y hormigas, y olorosa a telepate.

Al jondo se oyó de pronto un disparo. Fue como si se rajara un conacaste: los ecos hirvieron, y de espumarajo en espumarajo lo levantaron con quebrido de tablitas, hasta que rebalsó y la barranca se chupó de nuevo el silencio.

Los soldados se pararon, ensamblando los tacones para enraizarse. Se quedaron esperando, mientras tiraban el óido al tranquil que siguió, como se avienta una atarraya. El sargento Vanegas los empujó con un gesto.

—Ese jue tiro de escopeta…
—Algún venadiante…
—Andenle con tanteyo, mucha; si tiran, de necesario, que seya al bulto, sin asco.

* * *
Estaban en el fondo de la barranca. Parados en los pedregones azules del cauce, miraban, idos, la correntada olisca que pasaba juerte entre las peñas, dando saltos como si jugara pelota con los gatos. La chorrentera interminable les había tapado las bocas con una mano terca, de ruido. Un remolino, projundo como el umbligo del Diablo, caminaba por lo largo de la poza hasta meterse en las cuevas del paderón, para salir otra vez, como debajo diagua, en el mismo lugar. Con un bramido de perolón, que llevaba por dentro gritos de cipote, risas de vieja, serruchos y martillos, trenes, lloridos y uyasón de chuchos, la chorrera caiba dende bien alto, en gradas de vidrio, hasta lo más encuevado de la poza. Llovía eterno, sobre las grandes hojas de los quequeshques y sobre el talpetatal picado de viruela, onde cada juraco era un espejito diacuis. Los raizales formaban tramazones, debajo de las cuales el agua aleñaba como murciégalo morigundo.

Saltando de piedra en piedra, a guiños de ráiz y trepazón de breñales, los seis soldados llegaron a un desvío cortado a pico, en una escurana jría que desembocaba en el río. Con una seña, el sargento los enzanjó por aquella tragadera del infierno.

Caminaban en blando, sobre arenita fina. Arriba, el cielo mostraba su reventadura de caimito dulzón, en la cual pringaba ya la primera estrella como semilla briyosa. Al recuesto de la escurana, embolando el tetuntal, corría entre el agua llorona un piro que jedía a rojo, como en cluaca de curtiembre. La húmeda y la sombra subían en llamas negras hasta muy alto, lambiendo los muros del cañón y ahumando los charrales en lo alto del precepicio. Apersebido el calibre, los seis de la chichera avanzaban valientes, empujando una cortina de sordera.

Trepaba y trepaba el arenal; y Vanegas, que iba al frente, al descruzar un recodo, mandó hacer alto. Ya casi no se véiya. La última clarencia de la tarde se bía ido diluyendo en la tinta del sombríal espeso; y apenas una moradez de arena quedaba, como cuando queda azúcar al jondo del café. Un bulto cheloso acababa de sumirse en la cantera, como una araña de pañal.

—¡Alistéyense!

Lo dijo bajito y sereno. Se véiya nomás que aquel era su ojicio. En aquel aguarde breve, se oyó, claramente, cómo las seis lenguas de acero de los calibres se tragaban la bala, chasqueando, sin mascarla. Dos jlores de fuego brotaron al cruce de la garganta, rajando con su estrépito el vidrio de la montaña. Los ecos fueron arrimerando las detonaciones con jactancia, como monedas de plata.

A una seña del sargento, todos se echaron de panza, al desperdigo, escogiendo al azar la mampuesta. Fue aquella barranca como una guarida de rayos en brama, despedazándose unos a otros a mordidas por la hembra, aquella raya oscura trazada firme en la montaña por el puñal de los siglos.

* * *
Saliendo a la orla del embudo de aquella tremenda barranca del Berrido que una hora antes hiciera honor al nombre, cuatro hombres en fila, jadeantes y ensangrentados, pararon al pie de los pinos. Traiban las manos a la espalda y los dedos gordos bien socados con pita. Sosteniendo al último, que apenas caminaba, el sargento Vanegas, calibre en bandolera, los pastoriaba delgado y sereno, echado atrás el quepis y un puro entre los dientes.

—Arrepónganse tantito, desgraciados.

Jalando un macho barcino, cargado con ollas y trebejos, asomó un soldado. Amarró y se tiró en la grama a la bartola.

—¡A la gran babosa, mi sargento, es bien jodida esta lagor!…
—Date por suertero, desgraciado… ¿No bis visto cómo quedaron panzarriba tus cheros?
—Dice bien, Vanegas, ya vide que Dios nos quiere…
—O no nos quiere… asigún…

El viento de la noche chiflaba tristemente en los pinares.

Recomendación: Al acceder el sitio para descargar «Cuentos de Barro», escoger la opción PDF, ya que los otros formatos que se ofrecen, incluyendo epub, son generados automáticamente, y su presentación no es del todo comparable a la recomendada.

El Golpe de Estado del 15 de Octubre de 1979 y la Proclama de la Fuerza Armada

En octubre de 1979, una formación de jóvenes militares ejecutó un sorpresivo y silencioso golpe de estado que derrocó al General Carlos Humberto Romero, quien fungía como presidente desde 1977.

En el marco de una creciente agitación social y la percepción generalizada de la incapacidad del gobierno de resolver la crisis, se produjo el Golpe de Estado el 15 de octubre de 1979, el cual fue la culminación de un movimiento de jóvenes militares, dirigidos por los coroneles Jaime Abdul Gutiérrez y Adolfo Majano Ramos. El golpe que, a diferencia de otros, se realizó sin ningún escándalo, fue exitoso, derrocando al presidente Carlos Humberto Romero, estableciendo en su lugar una Junta Revolucionaria de Gobierno.

El general Romero, respaldado por la ultraderecha, había sido declarado ganador en unas elecciones acompañadas de derramamiento de sangre y empañadas por acusaciones de fraude electoral. Él era un acérrimo anticomunista, y defendió el uso de la fuerza militar para garantizar el orden político. Su toma de posesión fue boicoteada por el arzobispo de San Salvador en protesta por el trato de los militares a la iglesia. Varios sacerdotes habían sido asesinados, secuestrados, expulsados o arrestados por fuerzas gubernamentales desde las elecciones del 20 de febrero de 1977.

En 1978, el general Romero intentó mejorar la imagen de su administración en el exterior al derogar la repudiada “Ley de Defensa y Garantía del Orden Público”, pero la represión del gobierno continuó, al igual que las protestas de la coalición de trabajadores, campesinos y estudiantes llamada Bloque Popular Revolucionario, BPR. El 18 de mayo Romero convocó un foro nacional sobre el problema de la violencia, pero como no invitó al BPR (al que había declarado ilegal), el foro fue boicoteado por toda la oposición, incluidos partidos políticos, sindicatos e Iglesia. Se declaró una amnistía general el 16 de agosto de 1979, pero esta medida no logró evitar la violencia. Presuntos guerrilleros asesinaron a su hermano y, el 23 de septiembre, atacaron la residencia presidencial. Se ha considerado que el golpe de octubre de 1979 contra Romero estuvo influenciado por la caída del gobierno de Anastasio Somoza Debayle en Nicaragua. El general Romero huyó a Guatemala, y desde allí, el 2 de mayo de 1980, respaldó un fallido golpe de Estado de derecha contra la junta cívico-militar que había gobernado desde que fue destituido.

Como consecuencias del golpe, además del derrocamiento de Carlos Humberto Romero, también se dio la disolución de la Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia (CSJ), y se implementó la Ley Marcial y el Estado de Sitio. Según la Fuerza Armada, las razones para llevar a cabo este movimiento insurreccional fueron: la violación de los derechos humanos; fomento y tolerancia a la corrupción en la administración pública y de justicia; desprestigio del país y de la institución armada; los fraudes electorales; adopción de programas inadecuados de desarrollo, en los que se limitaban el cambio de estructura, todo lo cual había frenado el progreso económico y político del país.

El general Carlos Humberto Romero fue el último presidente militar de El Salvador, fue el último depuesto por medio de un golpe de Estado, y el último del Partido de Conciliación Nacional (que en la actualidad se llama Partido de Concertación Nacional).

_____________ 

Documento anexo:

PROCLAMA DE LA FUERZA ARMADA DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR 

A. La Fuerza Armada de El Salvador, plenamente consciente de sus sagrados deberes para con el pueblo salvadoreño y compenetrada del clamor de todos sus habitantes contra un Gobierno que: 

1. Ha violado los derechos humanos del conglomerado.
2. Ha fomentado y tolerado la corrupción en la administración pública y de justicia.
3. Ha creado un verdadero desastre económico y social.
4. Ha desprestigiado profundamente al país y a la noble institución armada.

C. Conocedora con certeza de que los gobiernos en turno, productos a la vez de escandalosos fraudes electorales, han adoptado programas inadecuados de desarrollo, en los que los tímidos cambios de estructuras han sido frenados por el poder económico y político de sectores conservadores, los cuales en todo momento han defendido sus privilegios ancestrales de clases dominantes, poniendo incluso en peligro el capital consciente y de proyección social del país, el cual ha manifestado su interés en lograr un desarrollo económico justo de la población.

D. Firmemente convencida de que las condiciones anteriores son la causa fundamental del caos económico y social y de la violencia que se está adoleciendo en la actualidad, lo cual sólo puede ser superado con la llegada al Poder de un Gobierno que garantice la vigencia de un régimen auténticamente democrático.

Los lineamientos de este Programa de Emergencia son los siguientes:

I. CESE A LA VIOLENCIA Y CORRUPCIÓN.

a) Haciendo efectiva la disolución de ORDEN y combatiendo organizaciones extremistas que con sus actuaciones violen los Derechos Humanos.
b) Erradicando prácticas corruptas en la Administración Pública y de la Justicia.

II. GARANTIZAR LA VIGENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS.

a) Creando el ambiente propicio para lograr elecciones verdaderamente libres dentro de un plazo razonable.
a) Permitiendo la constitución de Partidos de todas las ideologías, de manera que se fortalezca el sistema democrático.
c) Concediendo amnistía general a todos los exiliados y presos políticos.
d) Reconociendo y respetando el Derecho de sindicalización de todos los sectores laborales.
e) Estimulando la libre emisión del pensamiento, de acuerdo con normas éticas.

III. ADOPTAR MEDIDAS QUE CONDUZCAN A UNA DISTRIBUCIÓN EQUITATIVA DE LA RIQUEZA NACIONAL, INCREMENTANDO AL MISMO TIEMPO, EN FORMA ACELERADA, EL PRODUCTO TERRITORIAL BRUTO.

a) Creando bases firmes para iniciar un proceso de Reforma Agraria.
b) Proporcionando mayores oportunidades económicas para la población, mediante reformas en el sector financiero, tributario y de comercio exterior del país.
c) Adoptando medidas de protección al consumidor para contrarrestar los efectos de la inflación.
d) Implementando programas especiales de desarrollo que tengan por objetivo aumentar la producción nacional y crear fuentes adicionales de trabajo.
e) Reconociendo y garantizando el derecho a la vivienda, alimentación, educación y salud de todos los habitantes del país.
f) Garantizando la propiedad privada en función social.

IV. ENCAUZAR EN FORMA POSITIVA LAS RELACIONES EXTERNAS DEL PAÍS.

a) Restableciendo relaciones con el hermano país de Honduras con la mayor brevedad posible.
b) Fortaleciendo vínculos con el hermano pueblo de Nicaragua y su Gobierno.
c) Estrechando los vínculos que nos unen con los pueblos y gobiernos de las hermanas Repúblicas de Guatemala, Costa Rica y Panamá.
d) Estableciendo relaciones cordiales con todos los países del mundo que estén dispuestos a apoyar las luchas de nuestro pueblo y respetar nuestra soberanía.
e) Garantizando el cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos.

Referencias 

Britannica, Carlos Humberto Romero presidente de El Salvador: https://www.britannica.com/biography/Carlos-Humberto-Romero

El país (1979, octubre 16) Golpe de Estado militar en El Salvador: http://elpais.com/diario/1979/10/16/internacional/308876406_850215.html 

Guardado Ángel, I. O. (2009, 14 de octubre), Caída del último presidente militar en El Salvador: http://cronicasdel79.blogspot.com/2009/10/breve-resena-del-golpe-de-estado-de.html 

Revista Realidad, Editorial (1989) A diez años del golpe de Estado del 15 de octubre de 1979: http://www.uca.edu.sv/revistarealidad/archivo/4e8c65f9be25fadiezanos.pdf

SIEP, Proclama de la Fuerza Armada de la República de El Salvador (Octubre de 1979): https://ecumenico.org/proclama-de-la-fuerza-armada-de-la-republica-de-el/

Periódicos digitalizados La Prensa Gráfica y El diario de Hoy (ediciones del 16 de octubre de 1979).

Carta de la Comandancia General del FMLN a Ronald Reagan

Texto de una misiva que la Comandancia General del FMLN envió al presidente de los Estados Unidos, en enero de 1982, en respuesta a un mensaje de Año Nuevo que el mandatario estadounidense había enviado a sus conciudadanos. Aquí se presenta el texto en español que ha sido traducido de la versión en inglés que le fue enviada al Sr. Ronald Reagan. También se incluye el texto en inglés.

CARTA DE LA COMANDANCIA GENERAL DEL FMLN A RONALD REAGAN

     El Salvador, 18 de enero de 1982

Sr. Ronald Reagan
Presidente de los Estados Unidos de América

Señor presidente:

     Hemos leído detenidamente su mensaje de Año Nuevo al pueblo estadounidense, en el que menciona las medidas que ha tomado para lograr la paz mundial, y en el que dice específicamente: «… nuestros corazones se angustian por aquellos que sufren la opresión … y nosotros, el pueblo estadounidense, comenzamos el año con un compromiso renovado con nuestros ideales y con la fe en que se preservará la paz y que prevalecerá la libertad para todos».
     Queremos señalar, señor presidente, que los salvadoreños hemos sufrido siglos de opresión y en la actualidad estamos padeciendo la represión perpetrada por la dictadura militar que lleva más de cincuenta años en el poder. Nuestra lucha es contra esa dictadura, y si su corazón está verdaderamente angustiado por la opresión, no vemos ningún sentido en el hecho de que precisamente su Administración se haya convertido en el principal partidario del régimen militar-demócrata cristiano en El Salvador, y que lejos de contribuir a la libertad del pueblo salvadoreño, su Administración ha decidido apoyar a un régimen que es responsable de la muerte de más de 30,000 personas en un corto período de dos años. ¿Qué tipo de paz mundial está buscando si al mismo tiempo está brindando asistencia militar a un gobierno opresor? La asistencia militar y política que su gobierno brinda a la Junta salvadoreña ha provocado, entre otras cosas, que la guerra se prolongue y que los elementos más represivos del Ejército salvadoreño se consagren en el poder; estas personas incluso no tienen ningún respeto por los ciudadanos estadounidenses, como lo demuestra el asesinato de las cuatro religiosas. La reciente decisión de formar 1,600 miembros del Ejército de la Junta en Estados Unidos nos confirma que su objetivo no es la paz sino la guerra contra nuestro pueblo.
     Su Administración no solo ha enviado material de guerra y asesores militares a la Junta, sino que también participa en el diseño e implementación de la estrategia militar de exterminio contra nuestro pueblo. Esto es precisamente lo que el subsecretario de Defensa Ikle declaró en su reciente audiencia ante el Subcomité Senatorial de Asuntos del Hemisferio Occidental.
     Mediante esta estrategia de «tierra quemada», la población civil se ha convertido en un objetivo militar, especialmente aquellos civiles que viven cerca de los frentes de guerra, sin tener en cuenta su sexo, credo o condición de no combatientes. Esta es la experiencia dolorosa acumulada en numerosas masacres; hace apenas un mes, del 7 al 17 de diciembre de 1981, en el departamento de Morazán, las Fuerzas Armadas salvadoreñas asesinaron deliberadamente a más de mil campesinos. Mujeres, niños y ancianos fueron degollados, ametrallados y quemados vivos por el Batallón de Infantería Atlacalt, que ha sido entrenado y equipado a través del programa de asistencia militar de su Administración. El pueblo salvadoreño admira el compromiso con el progreso y la democracia del pueblo estadounidense, pero no entiende por qué está comprometido en apoyar un gobierno genocida. El pueblo salvadoreño no comprende por qué los impuestos de los contribuyentes estadounidenses se utilizan para exterminarlo en lugar de ayudarlo a lograr la paz y el respeto por los derechos humanos.
     Intentar definir el conflicto salvadoreño en términos del enfrentamiento entre su gobierno y la Unión Soviética nos parece totalmente desvinculado de la realidad. Es la miseria y la represión impuesta por la oligarquía y los militares lo que hace que miles de salvadoreños se involucren en la lucha. No luchamos con las armas en nuestras manos porque queramos la guerra, sino porque los sucesivos regímenes han cerrado todos los canales democráticos para el cambio y nos han obligado a ejercer nuestro legítimo derecho a la insurrección.
     Somos nosotros, los salvadoreños, y solo los salvadoreños que luchamos todos los días contra la dictadura para para cambiar estructuras antiguas e injustas. Las 30,000 personas asesinadas no son rusos ni cubanos; son salvadoreños que se esfuerzan por vivir en paz y dignidad. Las únicas fuerzas extranjeras que participan en el conflicto son los asesoros estadounidense enviado por su gobierno. Por lo tanto, ver nuestra guerra como parte de la confrontación Este-Oeste solo puede conducir a la regionalización de la guerra ya la creciente intervención de su país, trayendo así más sufrimiento al pueblo salvadoreño y también al pueblo estadounidense.
     Además, afirmar que las elecciones de marzo de 1982 son la solución al conflicto salvadoreño también está lejos de la realidad. ¿Cómo se puede garantizar un proceso democrático en medio de una represión indiscriminada? Si usted puede decidir el destino de Estados Unidos es porque está en el poder como resultado de elecciones libres. Los ciudadanos estadounidenses participaron en las elecciones en tiempos de paz, condición indiscutible para que el pueblo elija su gobierno. El gobierno salvadoreño, lejos de crear las condiciones necesarias para lograr la paz, está lanzando una guerra de exterminio contra nuestro pueblo. Por tanto, las elecciones de marzo no son la solución al conflicto salvadoreño. Son una farsa más como las que la dictadura militar suele imponer a nuestro pueblo.
     Señor Presidente, la confianza que expresa en su mensaje para preservar la paz mundial debe expresarse en hechos tangibles. En El Salvador, nuestro Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ha hecho pública una generosa oferta de conversaciones de paz que conduzcan al fin de la guerra y a la construcción de un orden justo y democrático para todos los salvadoreños. La comunidad internacional en su mayoría ha apoyado esta propuesta de arreglo político, como lo demuestra la Declaración Franco-mexicana y la resolución recientemente adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1981.
     Nuestra propuesta implica una negociación integral y nuestra disposición para emprender dicha negociación en cualquier momento, sin que se impongan condiciones previas a ninguna de las partes en conflicto. También implica la elaboración de una agenda de discusiones a ser consensuada por ambas partes, la participación de representantes de gobiernos de otros países como testigos y brindar al pueblo salvadoreño la información necesaria sobre el proceso de arreglo político. Esta es nuestra contribución a la paz en El Salvador y la región. Lamentablemente, hasta este momento, hemos sido testigos de la oposición de su Administración a un arreglo político.
     Como resultado de las consideraciones antes mencionadas, hacemos una petición respetuosa de un cambio en su política hacia El Salvador. Solo exigimos nuestro derecho a resolver nuestros problemas por cuenta propia sin intervención extranjera. Si este nuevo año su gobierno expresa el interés y la voluntad de lograr la paz mundial, tiene la oportunidad en El Salvador no solo de contribuir a la paz no
oponiéndose a un arreglo político, sino estableciendo relaciones de amistad entre nuestros pueblos.

Sinceramente,
(Firma) Fermán Cienfuegos            (Firma) Roberto Roca
(Firma) Joaquín Villalobos            (Firma) Shafick Jorge Handal
(Firma) Salvador Cayetano Carpio
________________

Texto de la carta en inglés:

LETTER FROM THE GENERAL COMMAND OF THE FMLN TO RONALD REAGAN

    El Salvador, January 18, 1982

Mr. Ronald Reagan
President of the United States of America

Mr. President:

    We have carefully read your New Year’s message to the American people in which you mention the measures you have taken to achieve world peace and in which you specifically say: «…our hearts feel anguished for those who suffer oppression…and we, the American people, begin the year with renewed commitment to our ideals and with the faith that peace shall be preserved and that liberty for all men must prevail.»
    We would like to point out, Mr. President, that we Salvadoreans have suffered centuries of oppression and at present we are suffering the repression perpetrated by the military dictatorship which has been in power for over fifty years. Our struggle is against that dictatorship, and if your heart is truly anguished by oppression, we see no sense in the fact that precisely your Administration has become the chief supporter of the military—Christian Democratic regime in El Salvador and that far from contributing to the freedom of the Salvadorean people, your Administration has decided to support a regime which is responsible for the death of over 30,000 people in a short period of two years. What kind of world peace are you searching for if at the same time you are providing military assistance to an oppressive government? The military and political assistance your government provides the Salvadorean Junta has caused, among other things, that the war be long and that the most repressive elements of the Salvadorean Army enshrine themselves in power; these people do even hold any respect for U.S. citizens, as demonstrated by the assassination of the four churchwomen. The recent decision to train 1,600 members of the Junta’s Army in the United States confirms to us that your objective is not peace but war against our people.
    Your Administration has not only sent war material and military advisers to the Junta, but is also participating in designing and implementing the military strategy of extermination against our people. This is precisely what Under-Secretary of Defense Ikle declared in his recent hearing before the Senate Sub-Committed on Western hemisphere Affairs.
    By means of this «scorch-earth» strategy, the civilian population has become a military target, especially those civilians living near the war fronts, without regard for their sex, creed, or condition as non—combatants. This is the painful experience gathered in numerous massacres; just a month ago, from December 7 to December 17, 1981, in Morazan province, the Salvadorean Armed Forces deliberately killed more than 1,000 peasants. Women, children, and the elderly had their throats slit, were machine-gunned down and burned alive by the Atlacalt Brigade, which has been trained and equipped through your Administration’s military assistance program. The Salvadorean people admire the commitment to progress and democracy of the American people, but do not understand why you are engaged in supporting a genocidal government. The Salvadorean people do not understand why the contributions of U.S. taxpayers are being used to exterminate them instead of helping them achieve peace and respect for human tights.
    Trying to define the Salvadorean conflict in terms of the confrontation between your government and the Soviet Union seems to us totally detached from reality. It is misery and the repression imposed by the oligarchy and the military which makes thousands of Salvadoreans involve themselves in the struggle. We are not fighting with arms in our hands because we want war, but because successive regimes have closed all democratic channels for change and have forced us to exercise our legitimate right to insurrection.
    It is us, the Salvadoreans, and only the Salvadoreans who are fighting every day against the dictatorship in order to change old and unjust structures. The 30,000 people killed are not Russians, nor Cubans; they are Salvadoreans who strive to live in peace and dignity. The only foreign forces that participate in the conflict are the U.S. adviser sent by your government. Therefore, to see our war as part of the East—West confrontation can only lead to the regionalization of the war and to the increasing intervention of your country, thus bringing more suffering to the Salvadorean people and also to the American people.
    Furthermore, to claim that the March 1982 elections are the solution to the Salvadorean conflict in also far from reality. How can a democratic process be guaranteed amid indiscriminate repression? If you can decide the destiny of the United States, it is because you are in power as a result of free elections. U.S. citizens participated in elections in time of peace, an indisputable condition for the people to elect their government. The Salvadorean government, far from creating the necessary conditions to achieve peace, is launching a war of extermination against our people. Thus, the March elections are not the solution to the Salvadorean conflict. They are yet another farce like those that the military dictatorship is accustomed to imposing on our people.
    Mr. President, the confidence you express in your message to preserve world peace must be expressed in tangible facts. In El Salvador, our Farabundo Marti Front for National Liberation has made public a generous offer for peace talks which would lead to the end of the war and to the construction of a just and democratic order for all Salvadoreans. The international community in its majority has supported this proposal for a political settlement, as demonstrated by the Franco-Mexican declaration and the resolution recently adopted by the United Nations General Assembly on December 16, 1981.
    Our proposal involves a comprehensive negotiation and our disposition to undertake such a negotiation at any time, without preconditions placed on any of the parties in conflict. It also involves setting up an agenda for discussions to be agreed upon by both sides, the participation of government representatives from other countries as witnesses, and providing the Salvadorean people with the necessary information regarding the process of political settlement. This is our contribution to peace in El Salvador and the region. Unfortunately, to this moment, we have witnessed the opposition of your Administration to a political settlement.
    As a result of the aforementioned considerations, we hereby make a respectful request for a change in your policy towards El Salvador. We are only demanding our right to solve our problems on our own without foreign intervention. If this new year your government has the interest and the will to bring about world peace, you have the opportunity in El Salvador not only to contribute to peace by not opposing a political settlement, but to establish friendly relations among our peoples.

Reproducción facsímil de las firmas de los cinco comandantes que enviaron la misiva.