Gobierno de Nayib Bukele Hace Alardes de Soberanía

La encargada de negocios de la embajada de Estados Unidos en El Salvador, Jean Manes, anunció el pasado lunes 22 del corriente mes que se retiraría del país en vista de que no se percibe ningún interés por parte del gobierno de Nayib Bukele por mejorar las relaciones entre ambos países. Al respecto, el presidente de la Asamblea Legislativa controlada por el partido oficialista, Conán Castro, restó importancia a lo expresado por la funcionaria norteamericana, arguyendo que las declaraciones de ella habían sido a título personal y no reflejaban la posición del Departamento de Estado de Estados Unidos. Algunos días atrás, el titular del Ministerio de Trabajo, Rolando Castro, expresó su deseo de Jean Manes se retirara de El Salvador, a quien él y otros personeros del régimen bukeliano han señalado de intervencionista en los asuntos internos del país.

La señora Manes fungió previamente como embajadora de Estados Unidos en El Salvador desde el 9 de diciembre de 2015 hasta el 31 de julio de 2019, habiendo sido sustituida por Ronald D. Johnson, nombrado por el expresidente Donald Trump. Durante su corto periodo como máximo representante diplomático de Estados Unidos en El Salvador, el señor Johnson evidenció durante su breve estadía (poco más de dieciséis meses) un respaldo absoluto al gobierno de Nayib Bukele, llegando hasta el punto de aparecer junto a él en diversos actos que no le incumbían, incluso después del allanamiento armado que el presidente salvadoreño hizo a la Asamblea Legislativa el 9 de febrero de 2020. Y es que al comparar la actitud de Bukele hacia los Estados Unidos cuando Donald Trump era presidente y su proceder ahora que Joe Biden ocupa la silla presidencial en Washington, el contraste es más que evidente, y no solamente eso: también es revelador.

Cuando el señor Trump presidía en la Casa Blanca, no tenía más que anunciar algo que deseaba hacer con respecto a los inmigrantes o a los países del llamado Triángulo del Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), para que los presidentes de esos países accedieran a sus deseos; pero destacaba el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, que accedía con tanta rapidez y entusiasmo que llegó a ganarse el apodo de Pelele. Ahora, en cambio, el presidente de El Salvador no solamente ignora los intentos de cooperación de la administración demócrata presidida por Joe Biden, sino que también hace alarde de defensor de la soberanía y en más de alguna ocasión ha acusado al gobierno estadounidense de intervenir en los asuntos internos del Estado salvadoreño, y en esto le acompañan algunos de sus funcionarios que han expresado indiferencia y menosprecio ante señalamientos de corrupción y posibles sanciones del gobierno de Estados Unidos.

¿A qué se atiene Nayib Bukele y su partido Nuevas Ideas para mostrarse tan fanfarrones y despreciativos ante las señales de acercamiento de la Administración Biden? ¿Qué impulsa a Nayib Bukele y algunos de sus funcionarios a presentar una actitud desafiante al gobierno actual de Estados Unidos?

La respuesta puede contener varios elementos, del más al menos importante, pero todos relacionados:

1. El notorio resquebrajamiento a partir de la llegada de Donald Trump a la presidencia en la forma de conducir la política exterior de Estados Unidos, que antes mostraba continuidad, congruencia y confiabilidad, independientemente del partido que estuviera en el poder, y que ahora se percibe como partidarista. Los aliados de Estados Unidos ahora no tienen certeza de cuánto durará un compromiso o si se romperá tan pronto llegue otro inquilino a la Casa Blanca, o cambie la correlación de fuerzas en el Congreso y el Senado.


2. La creencia de la extrema derecha de Estados Unidos y de otros países (incluyendo El Salvador) de que el Partido Republicano, posiblemente con Donald Trump a la cabeza, ganará las próximas elecciones presidenciales; algo que en estos momentos no puede descartarse totalmente. Si eso ocurriese, creen que cualquier señalamiento en cualquier lista, o cualquier sanción, será eliminada.


3. Nayib Bukele, al igual que la mayoría de políticos de derecha de El Salvador, se forman en escuelas estadounidenses, donde están sus maestros, por lo que están bien informados y participan de la nueva dinámica de la derecha globalizada, que está siguiendo lineamentos unificados en todo el mundo, aplicando éstos de acuerdo al país y a las circunstancias en que se encuentran sus partidarios en cada nación. La lucha de la derecha es por asegurar la impunidad y la eliminación de aparatos estatales de fiscalización y, por supuesto, la aniquilación de la izquierda.


4. El régimen bukeliano en realidad no tiene mucho que temer de la administración demócrata, puesto que en los aspectos más importantes de la política exterior de Estados Unidos, que es el rechazo y desconocimiento de gobiernos progresistas como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela, está bien posicionado, y no solamente eso, sus principales asesores proceden del círculo más cercano del líder opositor venezolano Juan Guaidó, a quien tanto republicanos como democrátas reconocen como presidente del país sudamericano. Por lo demás, Nayib Bukele se asesora con los recalcitrantes anticastristas de Miami, la ciudad que más visita en Estados Unidos, que tienen mucha influencia en el diseño e implementación de las políticas de Washington hacia Latinoamérica. Gobiernos como el de Bukele, permiten a Estados Unidos lucirse en la proyección de que no solo atacan a gobiernos de corte izquierdista.


Pero Nayib Bukele y sus secuaces podrían llevarse más de algún desencanto en el futuro venidero, porque aunque es cierto que en este momento no se descarta que el Partido Republicano pueda retomar la mayoría en la Cámara de Representantes y la presidencia, eso no es algo que pueda darse como un hecho, ya que la política está hecha de coyunturas y cada una tiene su propia dinámica, y muchas cosas pueden cambiar de aquí al momento en que se lleven a cabo los eventos electorales. En cuanto a Donald Trump, gente de su mismo círculo no desean que sea el candidato republicano, porque consideran que sería firmar una derrota. Este personaje lo que está haciendo es sacar el mayor provecho posible a su popularidad entre los sectores más derechistas para beneficiarse financieramente y evadir la justicia que le viene pisando los talones.

También la oposición al régimen bukeliano irá en aumento en El Salvador, y en tanto que Nayib Bukele y su partido Nuevas Ideas junto con sus aliados de GANA, PCN y PDC vayan cerrando los espacios de canalización del descontento, habrá radicalización y la Constitución vigente reconoce el derecho a insurrección del pueblo que puede llegar a ser coordinada y conjuntada con un movimiento militar presidido por los elementos más nobles de la sociedad.

En este momento, Nayib Bukele y su entorno manifiestan un menosprecio e irrespeto a la capacidad de reacción de la oposición, pero se equivocan si creen que siempre será así. También en El Salvador hay mentes brillantes y hay tradición de lucha y organización. Podría ser que las leyes y reformas arbitrarias que está imponiendo con la ayuda de su partido y aliados vayan a ser útiles para juzgarlo a él y sus compinches cuando cambien las circunstancias. Le podría pasar lo que le pasó a otros antes que él, y que igual que él se creían muy brillantes. Así como él junto a sus amigos están en cierta manera repitiendo la historia, de ese mismo modo la historia se podría repetir con él y los suyos de cierta manera.


El Morro o Cutuco en la Historia


LA “RELACIÓN BREVE Y VERDADERA” DE FRAY ALONSO PONCE

Una de las obras más curiosas de la primera época de la Colonia es la “Relación Breve y Verdadera”, según la cual fray Alonso de Cáceres visitó nuestro país en el siglo XVI, exactamente en 1586.

“El 9 de mayo de 1586 —dice un historiador notable,— pasó por esta población (Chalchuapa) fray Alonso Ponce y la “Relación Breve y Verdadera”, que da cuenta de las andanzas de este monje, dice que andadas desde Atiquizaya otras dos leguas de buen camino, llegó a otro pueblo grande de los mesmos indios (pok’omames), obispado (de Guatemala) y visita (de clérigos) llamado Chalchuapán, donde reside un clérigo, con el cual se detuvo como un credo cantando, y luego volvió a proseguir su viaje”.

La “Relación” dice, textualmente:

“Había en aquel pueblo muchos árboles de xícaras, los cuales son medianos, de hojas pequeñitas que cubren mal las ramas, la fruta que llevan es a manera de calabazas medianas muy redondas y pegadas por el pezón al mesmo tronco de las ramas, como las mazorcas del cacao, a éstas las curan, y aserradas por medio, como ordinario se corta una naranja, hacen de cada una dos que sirven de escudillas, cazuelas o tazas, y de otros vasos en que beben chocolate y otras bebidas del cacao; este es el servicio común de los indios y de los negros y aun de españoles pobres, llámanse en la lengua mexicana xicalli, y corrupto el vocablo se dice xícara; hácense algunas de estas muy curiosas, raídas y pintadas, las cuales tienen en mucho en lo de México, también las aderezan sin partirlas a manera de frascos, con su boca y respiradero para echar agua, vino, vinagre y otros líquidos”.


Fuente:

Literatura de El Salvador
Desde la época precolombina hasta nuestros días
Tomo primero (1959)
María B. de Membreño

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Lamentablemente, la modernidad y el «progreso» trajeron objetos de plástico para sustituir los variados utensilios que los aborígenes de América elaboraban con el fruto del jícaro o morro, que incluían cucharones, huacales y calabazos. 

Las Criptomonedas son Noticia

El gran dilema que enfrenta el establecimiento político de Estados Unidos, radica en que mientras necesita regular las criptomonedas para combatir la criminalidad que éstas propician en el campo financiero, también le sirven para canalizar fondos de manera subrepticia a los grupos de tipo proxy de oposición en aquellos países donde se promueve cambio de régimen.

Un joven es acusado del mayor hurto criptográfico realizado contra una sola persona en Norteamérica


Un adolescente canadiense fue arrestado después de supuestamente robar $ 36.5 millones en criptomonedas de una persona en los Estados Unidos. La policía afirma que ha sido el hurto más grande que involucró a una víctima jamás registrado en América del Norte.

La policía de la ciudad de Hamilton, Ontario, arrestó al perpetrador no identificado el miércoles, después de más de un año de investigar lo que describieron como el mayor robo de criptomonedas de una sola persona en los Estados Unidos o Canadá.

La policía local inició una investigación conjunta con la Oficina Federal de Investigaciones y el Grupo de Trabajo sobre Delitos Electrónicos del Servicio Secreto de Estados Unidos en marzo de 2020, cuando se informó del robo.

El Servicio de Policía de Hamilton dijo que había realizado incautaciones «múltiples» por más de 7 millones de dólares canadienses (US $ 5.5 millones) durante el arresto, que se produjo después de que los investigadores notaron que parte del dinero robado se había utilizado para comprar un nombre de usuario en línea considerado «raro» en la comunidad de jugadores, según un comunicado de la policía.

Aparentemente, la víctima fue atacada por una desviación de teléfono celular conocida como intercambio de SIM. Este método implica manipular a los empleados de la red celular para duplicar números de teléfono con el fin de permitir que el estafador intercepte las solicitudes de autorización de dos factores que les permiten acceder a la cuenta de la víctima. Este método se considera especialmente potente porque mucha gente usa la misma contraseña para varios sitios, según el detective Kenneth Kirkpatrick, de la unidad de delitos cibernéticos de la Policía de Hamilton. Agregó que los delitos cibernéticos y de criptomonedas se estaban volviendo cada vez más comunes, pero señaló que las cifras involucradas en este caso eran «muy sorprendentes».

«Es una gran cantidad de dinero en la opinión de cualquiera», dijo Kirkpatrick, y agregó que el caso se encuentra actualmente en el sistema judicial de Hamilton.

La policía no ha revelado la edad o el sexo del implicado, el nombre de usuario que compró o si actuaba solo.

Hillary Clinton explica el potencial «desestabilizador» de las criptomonedas

Las criptomonedas tienen el potencial de debilitar y desestabilizar naciones enteras con el tiempo, ha expresado Hillary Clinton, exsecretaria de Estado de Estados Unidos y excandidata presidencial demócrata.

La señora Clinton, quien se dirigió a un panel este viernes en el Foro de Nueva Economía de Bloomberg en Singapur, pidió un esfuerzo conjunto de los estados-nación para monitorear el aumento de esta clase de activos, advirtiendo que las criptomonedas posiblemente podrían socavar las monedas fiduciarias existentes y el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva.

“Un área más a la que espero que los estados-nación comiencen a prestar más atención, es el aumento de las criptomonedas, porque lo que parece un esfuerzo muy interesante y algo exótico para extraer literalmente nuevas monedas para comerciar con ellas tiene el potencial de socavar las monedas nacionales, socavar el papel del dólar como moneda de reserva, desestabilizar naciones, quizás comenzando por las pequeñas pero yendo mucho más lejos ”, dijo.

Los comentarios de la señora Clinton se producen en medio de la noticia de un controvertido requisito de declaración de impuestos criptográficos que formaba parte del proyecto de ley de infraestructura bipartidista de 1 billón de dólares promulgado por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el lunes pasado. Según el proyecto de ley, a partir de 2023, los corredores deberán revelar los nombres, direcciones, números de teléfono, ganancias de capital y pérdidas de los clientes al Servicio de Impuestos Internos. Las entidades que reciban pagos criptográficos por valor de más de $ 10,000 deberán revelar la identidad del remitente al gobierno.

Omarova presenta un «escenario aterrador» en criptografía

Saule Omarova, la candidata en disputa del presidente Joe Biden para el cargo de regulador bancario superior, esbozó la posibilidad de que surjan escenarios «aterradores» en las criptomonedas, pero enfrentó una mezcla de escepticismo y asentimiento de los senadores sobre sus puntos de vista.

Durante su comparecencia ante el Comité Bancario del Senado el jueves, Omarova, que está siendo examinada para ser la próxima Contralora de Moneda, que regula la mayoría de los bancos del país, expresó su preocupación de que las grandes empresas de tecnología podrían controlar la infraestructura de pagos en los Estados Unidos si se permite que las monedas digitales privadas prosperen, desplazando potencialmente el valor del dólar estadounidense.

«Estoy luchando con su punto de vista sobre los activos digitales», dijo la senadora republicana Cynthia Lummis a Omarova en la audiencia.

Cuando la senadora le preguntó si solo cree en la moneda fiduciaria, la señora Omarova respondió: «No. Mi preocupación es que podemos terminar en una situación en la que una gran empresa de tecnología podría controlar toda la infraestructura a través de la cual el dinero que todos los estadounidenses y todas las empresas estadounidenses utilizan en sus movimientos diarios».

Omarova estuvo de acuerdo con el demócrata de Rhode Island, Jack Reid, quien planteó un escenario en el que Facebook podría diseñar una moneda digital que supera al dólar estadounidense y hace que el dólar sea algo que no se puede utilizar para regular la economía.

«Los bancos nacionales no necesitarían un título, solo necesitarían obtener una franquicia de Facebook, ¿verdad?», preguntó Reid.

«Eso es correcto», respondió la nominada. «Este es el escenario aterrador que todos deberían tomar en serio en estos días».

La señora Omarova dijo que le preocupaba que la adopción de criptomonedas privadas pudiera dificultar que el dólar estadounidense siga siendo dominante.

“Mi preocupación es que en el sistema donde muchos actores privados como Facebook pueden emitir su propia versión de moneda, eso puede potencialmente superar e incluso desplazar al dólar estadounidense”, dijo Omarova a los senadores. Eso podría tener «implicaciones mucho más allá de lo que normalmente consideramos en el ámbito bancario, pero también podría socavar nuestra soberanía y el valor del dólar», agregó.

Omarova afirmó que las nuevas tecnologías ofrecen muchos beneficios potenciales para una mejor eficiencia de los pagos y transacciones, así como para la inclusión financiera. Aún así, «plantea muchos problemas con respecto a la capacidad de nuestra nación para mantener el estado dominante del dólar estadounidense en la economía mundial». Ella argumentó que la razón por la que el dólar ha conservado su estado dominante es porque la Reserva Federal ha podido mantener su valor y ha logrado mantener la oferta monetaria en la economía.

Cuando Lummis le preguntó si pensaba que Bitcóin (BTC-USD) amenaza la seguridad nacional, Omarova dijo que no es una experta en bitcóin, pero que le preocupa que todas las transacciones financieras de Estados Unidos sean parte de un sistema blockchain.

Varios actores podrían estar actuando en el interés de que Estados Unidos pudiera tomar el control del sistema, sugirió. Agregó que le preocupa que las empresas privadas estén buscando ganancias, lo que puede afectar el interés público al no permitir el acceso equitativo al dinero para todos.

«Creo que ahora tenemos dinero emitido por el gobierno en este país y está funcionando muy bien y me preocupa permitir que la innovación privada socave muchas de las políticas públicas importantes que debemos seguir», dijo Omarova.

Si bien le preocupan las monedas privadas, Omarova dice que favorece una Moneda Digital del Banco Central (CBDC) sobre las monedas estables emitidas de forma privada porque es avalada por el gobierno y garantizará el acceso para todos.

«La única ventaja potencial de CBDC sobre las monedas estables emitidas de forma privada es que se emitirá sujeta a las decisiones legales por mandato estatutario tomadas por legisladores elegidos democráticamente», dijo Omarova al comité.

«De modo que eso permitirá que el Banco Central, bajo la supervisión del Congreso, garantice que todos tengan un acceso justo a las nuevas formas de dinero», concluyó.

El IRS ha incautado $ 3.5 mil millones en dinero por fraude relacionado con cripto este año

La Unidad de Investigaciones Criminales del Servicio de Impuestos Internos (IRS-CI) confiscó $ 3.5 mil millones en casos de fraude relacionados con criptomonedas durante el año fiscal de 2021, según un informe anual publicado por la agencia, que subraya cómo el sector en auge también ha provocado un aumento en el uso ilícito de cripto.

Según el IRS-CI, el 93% del dinero total que incautaron este año provino de casos relacionados con criptografía, la última señal de que los estafadores han encontrado una manera de aprovechar la creciente popularidad de las monedas digitales en su beneficio.

Si bien 2021 no ha terminado oficialmente, es probable que la cantidad de fondos robados a través de jaqueos y fraude dentro del sector de las criptomonedas este año eclipse a los años anteriores.

La razón más obvia es que la clase de activos se ha más que cuadriplicado, según los datos de Trading View.

La firma forense de blockchain Chainalysis estima que los fondos ilícitos en criptomonedas ascienden a un escaso 1% de todas las transacciones de criptomonedas, lo que sugiere que las criptomonedas se usan mucho menos para actividades ilegales de lo que algunos críticos han argumentado. Pero con la capitalización de mercado total de la clase de activos de casi $ 3 billones de dólares, esa suma del 1% se traduce en al menos $ 20 mil millones en transacciones ilícitas de criptomonedas.

Nota de Bernal Díaz del Castillo Sobre Chaparrastique

(Del tomo III de la “Historia Verdadera”, págs. 124-125)

    “Y volviendo a nuestro viaje, en aquel pueblo (Choluteca) se quedaron los de Pedrarías y nosotros fuímos camino de Guatemala, y antes de llegar a la provincia de Cuzcatlán en aquella sazón llovía mucho y venía un río muy crecido, que se decía Lempa, y no le podíamos pasar en ninguna manera, y acordamos de cortar un árbol que se llamaba ceiba, y era de tal gordor que se hizo una canoa que otra mayor en estas partes no había visto, y con gran trabajo estuvimos cinco días en pasar el río, y aun hubo mucha falta de Maíz. Y pasado el río dimos en unos pueblos que pusimos por nombre los Chaparrastiques, que era así su nombre, a donde mataron los indios naturales de aquellos pueblos un soldado que se decía Nicuesa e hirieron otros tres de los nuestros que habían ido a buscar de comer, y les fuímos a socorrer y venían ya desbaratados, y por no detenernos se quedaron sin castigo, y esto es la provincia donde ahora está poblada la villa de San Miguel. Y desde allí entramos en la provincia de Cuzcatlán, que estaba de guerra, y hallamos bien de comer. Y desde allí veníamos a unos pueblos cerca de Petapa, y en el camino tenían los guatemaltecos unas sierras cortadas y unas barrancas muy hondas, donde nos aguardaron, y estuvimos en tomárselas y pasar tres días; y allí me hirieron de un flechazo, mas no fué nada la herida. Y luego venimos a Petapa, y otro día dimos en este valle que llamaban el Tuerto, donde ahora está poblada esta ciudad de Guatemala, que entonces todo estaba de guerra, y hallamos muchas albarradas y hoyos, y teníamos guerra con los naturales sobre pasarlos. Acuérdome que viniendo que veníamos por un repecho abajo comenzó a temblar la tierra de manera que muchos soldados cayeron en el suelo, porque duró gran rato el temblor”.


Canción del Remordimiento

Por Esteban Balmore Cruz

La enorme distancia que me separa de ti
se mide en esos errores que yo cometí.
Y aquellas lágrimas que lloraste una vez
me hieren el alma de ahora y ayer.

La oscura avenida que me aleja de ti
la oscurecen los yerros en que incurrí.
Y aquellos sollozos que tu angustia ahogó
son dardos clavados en mi corazón.

Si yo nací para quererte,
¿por qué tuve que perderte?
Si yo luché para tenerte,
¿por qué hoy no puedo verte?

El tiempo dichoso que pasé junto a ti
es tan solo un recuerdo de lo que viví.
Penumbras y sombras en mi habitación,
testigos sin voces de mi decepción.

La umbría alameda que me aleja de ti
la ennegrecen las faltas en que incurrí.
Y aquellos sollozos que tu martirio calló
son flechas hirientes en mi corazón.

Si yo nací para quererte, 
¿por qué tuve que perderte? 
Si yo luché para tenerte, 
¿por qué hoy no puedo verte? 

San Francisco, EEUU, octubre de 2021.

El Primer Hombre que Vio Platillos Voladores


El primer hombre en informar sobre un platillo volador fue el piloto Kenneth Arnold, representante de una empresa de equipos de control de incendios en Boise, Idaho, Estados Unidos. En la tarde del 24 de junio de 1947, el veterano piloto volaba en un avión privado en dirección de Chehalis a Yakima, Washington, cuando por encima de las Montañas Cascadas a unos 2,804 metros, notó una serie de destellos brillantes en el cielo a su izquierda. Buscando la causa, vio lo que parecía ser una formación de aviones peculiares acercándose al Monte Rainier a una velocidad fantástica. Había nueve objetos muy brillantes en forma de disco que, según él, se encontraban entre treinta y cuarenta kilómetros de distancia, de doce o quince metros de largo y viajando a una velocidad de casi 2,800 kilómetros por hora.

Más tarde, hablando con un periodista esa noche, Arnold dijo que los objetos «volaban como lo haría un platillo si lo lanzaras por encima del agua». En un informe posterior a Inteligencia de la Fuerza Aérea, declaró: «Volaban muy cerca de las cimas de las montañas, directamente de sur a sureste por el filo de la cordillera, volando como gansos en una línea diagonal, en formación de cadena, como si estuvieran enlazados entre sí … Eran planos como un pastel y tan brillantes que reflejaban el sol como un espejo».

Según el libro The World of Flying Saucers, autoría de Donald H. Menzel y Lyle G. Boyd, los periódicos de todo Estados Unidos recogieron la historia y la imprimieron bajo titulares que describían tortas voladoras, cazuelas de pastel volantes y platillos voladores. Alertados sobre la posibilidad de que los objetos pudieran haber sido un nuevo tipo de avión de origen ruso, los investigadores de Inteligencia Militar entrevistaron a Arnold, y funcionarios de Inteligencia Técnica Aérea solicitaron un informe.

Se recalca en el libro citado de que nadie dudó de la palabra de Arnold, ya que era un piloto experimentado, un ciudadano respetado y un observador atento. Sin embargo, su descripción presentaba algunas inconsistencias que hacían difícil determinar qué eran realmente los nueve discos. Si en realidad tenían doce o quince metros de largo, debían de estar mucho más cerca de lo que pensaba; objetos de ese tamaño no habrían sido visibles a una distancia de treinta y cuarenta kilómetros. No obstante, si la distancia estimada era correcta, entonces, para ser visibles, los objetos deben haber sido mucho más grandes, al menos 64 metros de longitud. Una de las estimaciones debía ser incorrecta. Mientras no se resolviera esa cuestión, la velocidad calculada no tenía sentido, ya que para estimar la velocidad de un objeto en movimiento, un observador debe conocer su distancia o su tamaño real. Incluso después de un estudio cuidadoso, los investigadores de la Fuerza Aérea no pudieron identificar los discos; podrían haber sido nubes, un espejismo o algún tipo de avión, pero no era posible una respuesta definitiva a partir de la evidencia disponible.

Como era de esperar, después de tanta publicidad, estalló una serie de avistamientos similares en todo el país y continuaron durante el resto de aquel verano. Durante los meses calurosos del «culebrón de verano», los periódicos son tradicionalmente hospitalarios con las historias de monstruos de corrales, serpientes marinas y perros mordidos por hombres, las que fueron ignoradas cuando la gente en todos los estados comenzó a informar sobre objetos poco ortodoxos que navegaban por el cielo: discos voladores, monedas de diez centavos que volaban, conos de helado flotantes, tacones de zapatos voladores y tapacubos en vuelo. Ver platillos se convirtió en un pasatiempo nacional, pero Arnold, que de buena fe había informado de los extraños objetos, se molestó por el ridículo implícito. Inundado con llamadas telefónicas y cartas, resolvió guardar silencio en el futuro, incluso si llegaba a ver un edificio de diez pisos volando por el aire.

Se remarca en la obra citada que, a pesar de la publicidad, el pánico de los platillo voladores probablemente habría muerto con la primera helada del otoño si no hubiera sido por los esfuerzos de un talentoso escritor y editor de ciencia ficción de nombre Raymond A. Palmer. Entre las muchas cartas que recibió Arnold se encontraba una de este autor, entonces editor de la revista de ciencia ficción Amazing Stories. Cansado de que se rieran de él, Arnold encontró el tono de «interés sincero» tan atractivo que respondió a la carta, y después de una segunda misiva una semana después, cambió de opinión acerca de guardar silencio y acordó vender su historia para su publicación.

Bajo el título, «Yo sí vi los discos voladores», el artículo apareció en el primer número de una nueva revista, Fate, que publicaba «historias reales de lo extraño, lo inusual, lo desconocido». Aunque Arnold no era un escritor profesional, contó con la ayuda de un experto y produjo una historia vívida y claramente escrita: Palmer había tenido una experiencia inusual en ayudar a los autores novatos a contar sus historias. Las interesantes diferencias entre las declaraciones originales de Arnold y las de la versión de la revista demuestran cuánto debe haber debido a la ayuda editorial, sin la cual es posible que no hubiera incluido ciertos detalles coloridos que aparentemente había pasado por alto antes. En sus informes originales, por ejemplo, dijo que al principio había supuesto que los discos eran algún tipo de avión experimental; en la versión de la revista agregó que, incluso en ese momento, los objetos le habían dado «una sensación extraña». En los meses intermedios, también había recordado más sobre su forma de los objetos, a los que ya no describía como platos, planos y brillantes como cazuelas para pasteles. En cambio, un dibujo basado en su versión revisada muestra un objeto como la luna creciente con una protuberancia afilada en el lado cóncavo interno y un círculo oscuro y moteado que marca el centro de la superficie superior. Además, les dijo a los lectores de Fate, que uno de los objetos había sido más oscuro que los otros y de una forma ligeramente diferente, un detalle que se había olvidado de mencionar a los reporteros, a los oficiales militares, a sus amigos o incluso a su esposa.

Arnold nunca había sido un gran lector y no era un fanático de la ciencia ficción, pero sus intereses obviamente se estaban ampliando. Los siguientes dos números de Fate contenían otros artículos bajo su firma, cuyos títulos sugieren la creciente influencia de Palmer: «¿Están aquí los visitantes del espacio?» y «Luces Fantasmas de Nevada».

Fuente:

The World of Flying Saucers
A scientific examination of a major myth of the space age
Donald H. Menzel AND Lyle G. Boyd, 1963

El Timo de Joseph Weil

En el libro titulado Las 48 Leyes del Poder, del autor estadounidense Robert Greene, obra que es como una ampliación actualizada de El Príncipe de Maquiavelo, se utiliza hábilmente el recurso de ejemplos reales del pasado para ilustrar de qué manera una determinada Ley ha sido empleada con éxito indiscutible, o de qué modo la no práctica de la misma conduce al fracaso. La obra de Greene incluye ejemplos prácticos del ejercicio del poder de reconocidos personajes históricos, tales como Julio César, Haile Selassie, Napoleón Bonaparte, Carl von Clausewitz, Isabel I, Henry Kissinger, Pancho Villa, P. T. Barnum, Mao Zedong, entre otros. Algunos de los personajes tomados como ejemplo en el libro se han destacado en el ámbito de las estafas y delitos afines, pero su autenticidad histórica está documentada.

Al ilustrar uno de los componentes de la Ley Número 3 (Disimule sus intenciones  – Utilice una cortina de humo para ocultar sus actos) se cita un episodio bien particular, que podría ser aleccionador no solamente para quienes buscan el poder, sino también para quienes desean obtener ganancias fáciles de manera rápida.

Se narra que en el año de 1910, un hombre de negocios llamado Sam Geezil, de Chicago, vendió su comercio por el aproximado de un millón de dólares, luego de lo cual abandonó casi todas sus actividades mercantiles y se dedicó a la administración de sus numerosas propiedades, aunque, se señala, en el fondo añoraba sus tiempos de comerciante.

Un día, un joven llamado Joseph Weil le visitó en su oficina y le dijo que quería comprar un apartamento que Geezil había puesto en venta. Geezil le explicó los términos del negocio, recalcando que el precio era de 8,000 dólares, pero pedía un anticipo de solo 2,000. Weil respondió que lo pensaría, pero regresó al día siguiente y ofreció pagar al contado el precio total de 8,000 dólares, siempre y cuando Geezil pudiese esperar algunos días, hasta que Weil lograra concretar cierto negocio. Aunque estaba casi retirado de su actividad, Geezil, como hábil comerciante que siempre había sido, sintió curiosidad por saber cómo era posible que Weil dispusiera de tanto dinero en efectivo (el monto equivaldría hoy en día a unos 150,000 dólares) en tan poco tiempo. Weil se mostró reacio a dar explicaciones y se apresuró a cambiar de tema. Sin embargo, ante la insistencia de Geezil, y después de que este le aseguró absoluta reserva, Weil le contó la siguiente historia:

El tío de Weil era secretario de un círculo de financistas multimillonarios. Diez años antes, estos acaudalados caballeros habían comprado una cabaña de caza en Michigan, a muy bajo precio. La cabaña no se había usado durante años, por lo que decidieron venderla, y pidieron al tío de Weil que obtuviera por ella el dinero que pudiera. Por motivos personales —muy fundados—, hacía años que el tío guardaba cierto resentimiento contra los millonarios, y aquella sería la oportunidad de desquitarse. Vendería la propiedad por 35,000 dólares a un testaferro (la tarea de Weil consistía en encontrarlo). Los hombres de finanzas tenían tanto dinero que no les preocuparía el precio tan bajo. El testaferro, a su vez, revendería la propiedad por su precio real, alrededor de 155,000 dólares. El tío, Weil y el tercer hombre dividirían entre ellos las ganancias de esta segunda venta. Toda la transacción sería absolutamente legal, y además serviría a una causa justa: la venganza del tío.


Geezil había escuchado lo suficiente, quería ser el testaferro. Weil se mostró reacio a involucrarlo en el asunto, pero Geezil no cedía; la idea de ganar una suma importante y embarcarse en una pequeña aventura lo entusiasmaba. Weil le explicó que él tendría que poner los 35,000 dólares en efectivo para realizar la operación. Geezil, que era millonario, respondió que podría conseguir el dinero sin dificultades. Al fin Weil accedió a concertar una reunión entre el tío, Geezil y los financistas, en la ciudad de Galesburg, Illinois.

En el tren que los condujo a Galesburg, Geezil conoció al tío, un hombre imponente, con el que conversó con entusiasmo sobre temas de negocios. Weil llevó también a otro hombre, de nombre George Gross. Weil le explicó a Geezil que él era entrenador de boxeadores, que Gross era uno de los boxeadores más promisorios, que estaba entrenando y que lo había llevado para asegurarse de que se mantuviese en forma. Gross, de cabello entrecano y vientre prominente, no tenía demasiado aspecto de boxeador, pero Geezil estaba tan entusiasmado con el negocio que iba a realizar, que no prestó mayor atención a la apariencia poco atlética del hombre.

Cuando llegaron a Galesburg, Weil y su tío se fueron a buscar a los financistas, mientras Geezil esperaba en un cuarto de hotel con Gross, que de inmediato se vistió con su equipo de boxeador y comenzó a practicar golpes. Geezil, distraído, no reparó en que el boxeador comenzó a jadear mucho al cabo de pocos minutos de ejercicio, aunque su estilo parecía bastante creíble. Una hora después, Weil y su tío regresaron con los financistas, un grupo de hombres de aspecto impresionante e intimidador, vestidos todos con trajes caros. La reunión se desarrolló sin contratiempos y los financistas accedieron a vender la cabaña de caza a Geezil, que ya había transferido los 35,000 dólares a un Banco local.

Liquidado ese negocio menor, los financistas se reclinaron en sus sillones y comenzaron a discutir de altas finanzas, dejando caer el nombre «J. P. Morgan» como si conocieran muy bien a ese hombre. Por último, uno de ellos reparó en el boxeador, que se hallaba en un rincón del cuarto. Weil les explicó la razón de la presencia de Gross allí. Uno de los financistas comentó que él también tenía un boxeador amigo, y cuando dio su nombre Weil se echó a reír y afirmó que Gross podría derrotarlo con toda facilidad. La conversación fue subiendo de tono, hasta convertirse en una acalorada discusión. Weil desafió a los financistas a apostar al ganador, y ellos accedieron con avidez. La pelea se llevaría a cabo al día siguiente.

En cuanto los hombres de finanzas se retiraron, el tío, sin reparar en la presencia de Geezil, se enfureció con Weil. Le dijo que no tenían dinero suficiente para apostar y que, una vez que los financistas se dieran cuenta, él perdería su puesto. Weil se disculpó por haberlo metido en semejante apuro, pero de inmediato ideó un plan: como conocía muy bien al otro boxeador, calculaba que con un pequeño soborno podrían arreglar la pelea. ¿Pero de dónde sacarían el dinero para la apuesta?, planteó el tío. Sin esos fondos, quedaban fuera del juego. Al fin intervino Geezil. Dado que no quería comprometer su negocio y le importaba ganar la buena voluntad de Weil y de su tío, ofreció sus 35,000 dólares como parte de la apuesta. Aunque perdiera esa suma, haría transferir otro tanto y aún ganaría dinero con la venta de la cabaña. El tío y el sobrino le agradecieron. Con sus propios 15,000 dólares, más los 35,000 de Geezil, tendrían suficiente dinero para la apuesta. Aquella noche, mientras miraba a los dos boxeadores que ensayaban la pelea, en el cuarto del hotel, Geezil disfrutaba de antemano de las suculentas ganancias que obtendría tanto de la pelea como de la venta de la cabaña.

La pelea tuvo lugar al día siguiente, en un gimnasio. Weil se encargó del dinero, guardado, para mayor seguridad, en una caja cerrada. Todo se desarrolló tal como lo habían planeado en el hotel. Los financistas miraban con expresión sombría el mal desempeño de su boxeador, y Geezil soñaba con el dinero fácil que estaba por ganar. Pero, de pronto, un inesperado swing del boxeador de los financistas dio en pleno rostro de Gross, haciéndolo caer. Cuando golpeó contra la lona, la sangre le brotó a borbotones de la boca. Tras un acceso de tos, quedó tendido, inmóvil. Uno de los financistas, que había sido médico, le tomó el pulso, Gross estaba muerto. Los millonarios entraron en pánico, todos debían desaparecer de allí antes de que llegara la policía, ya que podrían ser acusados de asesinato.

Aterrado, Geezil huyó del gimnasio y regresó a Chicago, dejando atrás sus 35,000 dólares, que le parecieron un precio bajo por evitar verse implicado en un crimen. Nunca quiso volver a ver ni a Weil ni a ninguno de los otros protagonistas de aquel episodio. En cuanto Geezil se fue, Gross se levantó por sus propios medios. La sangre que le había brotado de la boca, había salido de un pequeño globo lleno con sangre de gallina y agua tibia, oculto en su boca. Todo el asunto había sido manipulado de manera magistral por Weil, conocido como «The Yellow Kid», uno de los estafadores más creativos de la historia. Weil repartió los 35,000 dólares con los financistas y los dos boxeadores (todos estafadores, como él), una bonita ganancia por un trabajo de pocos días.
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Joseph «Yellow Kid» Weil (1875 – 1976) fue uno de los estafadores estadounidenses más reconocidos de su época. Su biógrafo, W. T. Brannon, escribió sobre el «asombroso conocimiento de la naturaleza humana» que poseía Weil. Durante el curso de su carrera, «The Yellow Kid» tiene fama de haber robado más de 8 millones de dólares, una cantidad muy significativa para su tiempo.


«El deseo de obtener algo a cambio de nada ha sido muy costoso para muchas personas que han tratado conmigo y con otros estafadores», escribió Weil. «Pero he descubierto que así es como funciona. La persona promedio, en mi estimación, es un noventa y nueve por ciento animal y uno por ciento humano. El noventa y nueve por ciento que es animal causa muy pocos problemas. Pero el uno por ciento que es humano causa todos nuestros males. Cuando la gente aprenda, lo cual dudo que lo haga, que no puede obtener algo a cambio de nada, el crimen disminuirá y viviremos en mayor armonía».

Algunos de los timos exitosos de Joseph Weil incluyen estafar al dictador italiano Benito Mussolini con 2 millones de dólares, organizar peleas de premios falsas, vender perros 
«parlantes» y vender tierras ricas en petróleo que no eran de su propiedad.
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Fuentes consultadas:

– Greene, Robert (1998). The 48 laws of power

– Weil, Joseph (1948). «Yellow Kid» Weil: The Autobiography of America’s Master Swindler
– J. R. Weil; W. T. Brannon (2004). Con Man
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(La ilustración que encabeza esta nota no está relacionada con el contenido de la misma. Ha sido tomada del libro Pictures of People (1896) de Charles Dana Gibson).

Genserico, Rey de los Vándalos

Los vándalos fue otra tribu salvaje y feroz que vino de las costas del Báltico e invadió el centro y sur de Europa en los últimos tiempos del Imperio Romano.

En el siglo V, algunas de estas personas ocuparon una región en el sur de España. Uno de sus reyes más célebres se llamaba Genserico, quien se convirtió en rey en 427, cuando solo tenía veintiún años. Cojeaba de una pierna y parecía una persona muy corriente. Al igual que la mayoría de los vándalos, era un hombre cruel y astuto, pero tenía una gran habilidad en muchos sentidos. Había participado en batallas desde que era niño, siendo conocido en todas partes por su valentía y habilidad como líder.

Aproximadamente en la época en que Genserico se convirtió en rey, el gobernador de la provincia romana en el norte de África, en la costa mediterránea, era un hombre llamado Conde Bonifacio, quien había sido un oficial bueno y leal de Roma; pero Aecio, el general que había luchado contra Atila en Châlons, formó un complot contra él. El emperador romano en el momento del complot era Valentiniano III, que entonces era demasiado joven para actuar como gobernante, por lo que los asuntos del gobierno estaban a cargo de su madre Placidia.

Aecio aconsejó a Placidia que destituyera a Bonifacio y lo citara a venir desde África, asegurándole que el conde era un traidor y que iba a hacer la guerra contra Roma. Simultáneamente, escribió en secreto al conde Bonifacio y le dijo que si venía a Roma, la emperatriz le mataría. Bonifacio creyó esta historia y se negó a regresar a Roma, al tiempo que envió una carta a Genserico invitándole a venir a África con un ejército.

Genserico se alegró enormemente de recibir la invitación de Bonifacio, ya que durante mucho tiempo había querido atacar a Roma y arrebatarle algunos de los países ricos que había conquistado, y ahora se le ofrecía una buena oportunidad. Así que preparó un gran ejército de sus valientes vándalos, y navegaron a través del Estrecho de Gibraltar hacia África.

Pronto se apoderaron de la parte de la costa africana en la que habían desembarcado y marcharon en varias direcciones capturando pueblos y ciudades. Para entonces, Bonifacio se había enterado de todo sobre el malvado complot de Aecio, y se arrepintió de haber invitado a los vándalos a África, tratando de inducirles a regresar a España, pero Genserico se negó rotundamente.

Poco después hubo una batalla entre los romanos y los vándalos, y los romanos fueron derrotados. También fueron derrotados en varias otras batallas. Por fin tuvieron que huir en busca de seguridad a dos o tres localidades que los vándalos aún no habían tomado, siendo una de estas el pueblo de Hippo. Genserico capturó esta ciudad después de un asedio de trece meses, procediendo a quemar las iglesias y otros edificios, y arrasando la comarca circundante. Esto era lo que hacían los vándalos cada vez que tomaban una ciudad, por lo que la palabra «vándalo» llegó a significar una persona que destruye innecesariamente o sin razón una propiedad valiosa.

Muchos de los nativos de África se unieron al ejército de Genserico, debido a que durante mucho tiempo habían sido maltratados por los romanos y se alegraron de verlos derrotados. Genserico continuó su labor de conquista hasta que tomó la ciudad de Cartago, que convirtió en la capital de su nuevo reino en África. Pero no se contentaba con conquistar simplemente en tierra, procediendo a construir grandes flotas, navegando sobre el Mediterráneo, capturando buques mercantes. Durante muchos años saqueó pueblos a lo largo de las costas, de modo que el nombre de Genserico se convirtió en sinónimo de terror para la gente de todos los países del área.

Un día, un barco romano llegó a Cartago con un mensajero de la emperatriz Eudoxia a Genserico. Eudoxia era la viuda de Valentiniano III, quien después de gobernar durante varios años, acababa de ser asesinado por un noble romano llamado Máximo, que de inmediato se había hecho emperador. Cuando el mensajero entró en la habitación donde estaba Genserico, dijo:

—Gran rey, te traigo un mensaje de la emperatriz Eudoxia. Ella pide tu ayuda. Ella y sus dos hermosas hijas están en peligro en Roma. Ella desea que las protejas contra Máximo. Te invita a que vengas con un ejército a Roma, y tomar la ciudad. Ella y sus amigos te ayudarán tanto como puedan.
Con un grito de alegría, Genserico se puso en pie de un salto y exclamó:

—Dile a la emperatriz que acepto su invitación. Partiré para Roma de inmediato. Protegeré a Eudoxia y a sus amigos.


Entonces Genserico preparó una flota y un gran ejército, y navegó por el Mediterráneo hasta la desembocadura del Tíber. Cuando el emperador Máximo se enteró de la llegada de los vándalos, se preparó para huir de la ciudad y aconsejó al Senado que hiciera lo mismo. La gente estaba tan enojada por esto que le mataron y arrojaron su cuerpo al río.

Tres días después, Genserico y su ejército estaban a las puertas de Roma, donde no había nadie que se les opusiera, por lo que entraron y tomaron posesión de la ciudad. Solo habían pasado cuarenta y cinco años desde que Alarico había estado allí y se había llevado todas las cosas valiosas que pudo encontrar. Pero desde entonces Roma había vuelto a ser grandiosa y rica, por lo que Genserico y sus vándalos tenían mucho que llevarse. Pasaron catorce días en la obra de saqueo. Saquearon los templos, edificios públicos, casas particulares y el palacio del emperador, y se llevaron a sus barcos inmensas cantidades de oro, plata, joyas y muebles, destruyendo cientos de obras de arte hermosas e invaluables. El rey vándalo también dio muerte a varios ciudadanos romanos y se llevó a muchos más como esclavos. Se llevó a Eudoxia y sus hijas con él a Cartago. Una de las hijas se casó poco después con el hijo mayor de Genserico.

Algunos años después de la captura de Roma por Genserico, hubo un emperador romano llamado Mayoriano, reputado por ser buen gobernante y hombre valiente. Los vándalos continuaron atacando y saqueando ciudades en Italia y otros países pertenecientes a Roma, y Mayoriano resolvió castigarles, para lo que reunió un gran ejército y construyó una flota de trescientos barcos para llevar sus tropas a Cartago. Pero primero hizo marchar a sus hombres a través de los Alpes y la Galia, hasta el puerto marítimo de Cartagena en España, donde estaba estacionada su flota. Tomó esta ruta porque esperaba aumentar sus fuerzas a medida que avanzaba. Antes de navegar con su ejército hacia Cartago, deseaba mucho ver con sus propios ojos qué tipo de personas eran los vándalos y si eran tan poderosos en casa como se creía generalmente.

Así que se tiñó el pelo, disfrazándose de otras formas, y se fue a Cartago, fingiendo ser un mensajero o embajador del emperador romano, que venía a hablar de paz.

Genserico le recibió con respeto y le agasajó con hospitalidad, sin saber que era el emperador Mayoriano. No se hizo la paz, y el emperador abandonó Cartago después de haber obtenido toda la información que pudo. Pero Genserico no esperó a que la flota romana viniera a atacarlo en su capital. Cuando se enteró de que estaba en la bahía de Cartagena, navegó allí con una flota propia y en un solo día quemó o hundió casi todos los barcos romanos.

Después de esto, los vándalos se convirtieron más que nunca en el terror del Mediterráneo y de todos los países limítrofes. Cada año sus barcos recorrían las costas desde Asia Menor hasta España, atacando y saqueando ciudades en su camino y llevándose prisioneros. Todos los esfuerzos de los romanos no lograron detener estos estragos.

El emperador León, que gobernaba la división oriental del Imperio, preparó una gran flota en Constantinopla para hacer otro intento de reprimir a los piratas. Había más de mil barcos en esta flota y llevaban cien mil hombres, bajo el mando de Basilisco, hermano de la esposa del emperador León. Basilisco navegó con sus barcos a África y desembarcó el ejército no lejos de Cartago. Genserico pidió una tregua de cinco días para considerar los términos de la paz, y le fue concedida. Pero el astuto Vándalo no pensaba en la paz, solamente quería tiempo para llevar a cabo un plan que había elaborado para destruir la flota romana.

Una noche oscura, durante la tregua, llenó el mayor de sus barcos con algunos de sus soldados más valientes, y navegaron silenciosamente y con cautela entre los barcos romanos, remolcando tras ellos grandes barcos llenos de material que se quemaría fácilmente. Estos barcos se incendiaron y flotaron contra los barcos romanos, que también pronto se incendiaron. Las llamas se extendieron rápidamente y en muy poco tiempo una gran parte de la flota romana fue destruida. Basilisco huyó con todos los barcos que pudo salvar y regresó a Constantinopla.

Este fue el último intento de los romanos de conquistar a los vándalos. Por su parte, Genserico vivió hasta una buena edad, y cuando murió, en 477, todos los países que había conquistado durante su vida seguían siendo parte de los dominios de los desalmados vándalos.