Continuación del texto contenido en el folleto titulado «Sobre los Colectivos», publicado en marzo de 1987 por el Taller de Prensa y Propaganda del ERP.
Debemos tratar de evitar la actitud equivocada que trata de justificar o esconder los errores y por el contrario debemos reconocerlos y discutir en el colectivo la forma de superarlos. Al contrario de nuestra tendencia natural de querer justificar nuestros errores y de evaluarlos en forma suave y ver a los demás con dureza, «debemos ser duros con nosotros mismos y más objetivos para evaluar a los demás», en el seno de nuestro colectivo.
Debemos estar siempre atentos a todos los señalamientos que se nos hagan y no rechazarlos de antemano, sino que escuchar en forma serena y analizarlos detenidamente en forma objetiva buscando ser imparciales y justos. Debemos ser lo suficientemente humildes y responsables para aceptar nuestros errores y tener la suficiente valentía y fuerza de voluntad para lograr superarlos, para corregirlos en nuestra práctica que es donde mejor puede medirse la verdadera autocrítica.
En la mayoría de los casos, las deficiencias ideológicas se encuentran fuertemente arraigadas por lo que necesitamos la vigilancia y el apoyo del colectivo para superarlas. Esta superación casi siempre es paulatina, en un proceso, es decir poco a poco, muy difícilmente logramos borrarlos de una sola vez aunque estemos conscientes de los errores y tengamos la buena voluntad de superarlos. Lo importante es que siempre hagamos nuestros mejores y máximos esfuerzos y que no nos estanquemos y no incurramos en los mismos errores, que no empeoremos, no olvidemos que los revolucionarios debemos aprender a levantarnos con nuevos esfuerzos y con mayor disposición cada vez que caigamos en errores; que no nos dejemos abrumar ni nos dejemos vencer por nuestras debilidades.
Que por muy arraigados que estén y por grandes que sean los problemas siempre podemos superarlos si a la base está una firme conciencia revolucionaria y un verdadero espíritu autocrítico.