Sam Bankman-Fried, ¿Símbolo del Capitalismo Salvaje o del Altruismo Efectivo?

Cuando la compañía de intercambio de criptoactivos, criptomonedas y fichas digitales FTX se vino a pique de manera catastrófica y se declaró en bancarrota el pasado 11 de noviembre, la prensa del rubro económico empezó a hurgar en la historia personal de su fundador y director ejecutivo Sam Bankman-Fried, para satisfacer la desbordada curiosidad de las personas de la critpoesfera ansiosas de encontrar una explicación justificativa de tan estrepitosa y repentina caída de alguien que hasta ese momento había sido presentado y admirado como un símbolo indiscutible del capitalismo efectivo, dotado de genialidad desbordante, innovación al punto y autenticidad discursiva; además de su presentación personal, a tono con las nuevas generaciones, aparentemente desaprensiva e informal, realzada exclusivamente por un supuesto conocimiento vasto de las nuevas tecnologías y de su uso eficiente para generar riqueza de manera rápida y en proporciones más que compensatorias en comparación al riesgo. Su escalada a la cima fue tan veloz como lo ha sido su derrumbe.

Los ávidos hurgadores en la vida de Sam Bankman-Fried encontraron que, al igual que otros miembros de su grupo más cercano posicionado a la cabeza de FTX, es hijo de reconocidos catedráticos, graduado de una prestigiosa institución educativa y, lo más importante (según ellos), él es un militante declarado y practicante de la línea de pensamiento que se conoce como «altruismo efectivo» esbozada a principios del siglo XIX por el filósofo inglés Jeremy Bentham, que básicamente establece que la satisfacción individual se explica haciendo el bien al mayor número posible de personas, generando la mayor felicidad independientemente de cómo se logra. Como dato añadido y estrafalario, también revelaron que Bankman-Fried y sus allegados practican el tipo de relaciones interpersonales que se conoce con el neologismo de poliamor, que se refiere a la preferencia de la pareja en un determinado grupo al intercambio sexual con otros miembros de dicho grupo con el consentimiento de todos los involucrados.

Lo cierto es que Sam Bankman-Fried y sus allegados, así como la mayoría de los que se han posicionado al frente de la criptoesfera, forma parte de una generación que sublima exageradamente los potenciales de la innovación tecnológica, insinuando en sus discursos que quien no se integre en estas innovaciones no tendrá parte en el disfrute de los grandes beneficios que proveen, logrando de esta manera que muchas personas sigan sus indicaciones sin escrutarlas mucho para no aparecer como ignorantes, aunque realmente desconozcan en lo que se están metiendo, como es el caso específico de las critomonedas en general y de Bitcóin en particular. En realidad, el tipo ofertante de criptomonedas, criptoactivos y similares, no es más que una versión actualizada y un tanto más sofisticada del primitivo y clásico mercader: compro aquí (donde es más barato), y vendo allá (donde es más caro); lo cual no tiene nada de genial o brillante. La diferencia está en que los mercaderes primitivos entregaban productos reales de uso inmediato o futuro a sus clientes, en tanto que los criptomercaderes lo que venden es un cuento adornado con neologismos del ámbito tecnológico, hecho al mejor estilo de un antiguo mito griego, apareciendo cautivador (y para algunos, convincente), pero totalmente falso al final.

El principio que rige a los criptomercaderes y a su fanática clientela es el mismo que siempre ha regido a cualquier capitalista voraz: obtener la mayor ganancia económica posible con la menor inversión arriesgada y con el mínimo esfuerzo. Su clientela está constituida por aquellas personas que se han tragado el cuento de que cualquiera puede hacerse rico de la noche a la mañana en el sistema capitalista, porque todas y cada una de las personas que caen en su trampa no son más que aspirantes a ricos fáciles. Otros clientes como las instituciones de pensionados que han invertido y perdido millonarias cantidades en esta estafa, han sido seducidos por el margen de ganancias ofrecido, confundidos con términos tales como blockchain, web3 y otros que —aunque según sus promotores son tecnologías programáticas más seguras— lo cierto es que su vulnerabilidad ha quedado en evidencia demasiadas veces, porque por carencia de haqueador externo, siempre habrá alguno al interior. El cuenterete del hacker supuestamente absuelve de toda responsabilidad en los cuantiosos robos a los dueños del negocio, o al menos, eso pretenden.

Bankman-Fried ha demostrado una vez más que en las prestigiosas instituciones educativas del mundo desarrollado, todo el esfuerzo está centrado en crear los mejores dirigentes de las empresas capitalistas, inculcando en sus alumnos lo que de alguna manera expresó Martin Skreli, al ser cuestionado del por qué había aumentado exageradamente el precio de un medicamento en 5,455% en 2015, expresando que en las escuelas de economía se educa a los directores ejecutivos para que proporcionen el mayor margen de ganancia a los accionistas a toda costa. El «brillante» Skreli, que llegó a mofarse de quienes le criticaban por su descabellada acción, calificándoles de ignorantes de cómo funciona el provechoso negocio de las farmacéuticas, logró ser tan odiado por el público en Estados Unidos que hasta el mismo Donald Trump, uno de los capitalistas más simbólicos, dijo de él: «Me parece un tipo malcriado»; «Ese tipo no es nada. Es un cero. No es nada. Debería de sentir vergüenza de sí mismo». Y es que parece que en el mundo de los negocios al igual que en mundo de la política y el submundo del crimen, cuando alguno de su clase es cogido con las manos en la masa, todos se vuelven contra él.

Pero el caso de Sam Bankman-Fried se diferencia en que mucho, pero mucho del dinero que generó fue canalizado hacia instituciones, proyectos, organizaciones o actividades con las que él simpatiza en forma de donaciones, incluyendo el montaje de una entidad encargada de canalizar cuantiosos donativos a Ucrania que, según reportes periodísticos, fueron redirigidos hacia Estados Unidos, en algo que constituiría una operación que involucraría agentes estatales, y que no está muy claro todavía ni ha sido un señalamiento debidamente abordado. En este aspecto es que resulta extraña la estrepitosa caída de la empresa FTX y sus afiliadas, porque entonces su derrumbe solamente se explicaría como el producto del sabotaje de adversarios poderosos, teniendo claro que a ninguno de los falsarios del negocio cripto le beneficia el desmoronamiento repentino de sus más prominentes propulsores, por el efecto terriblemente negativo que tiene en su esquema de desfalco.

Sea como sea, Bankman-Fried, quizás sin proponérselo, ha logrado lo que ninguno de sus millonarios donativos jamás nunca logrará en línea con su filosofía de «altruismo efectivo» con el colapso de su empresa: Es incalculable el número de personas que han sido beneficiadas al mostrarles en qué realmente consiste el ámbito de las criptomonedas y conexos, porque estas personas no serán despojadas de sus recursos por los depredadores capitalistas que solo buscan enriquecerse a costa de los demás. Por otra parte, si alguien está en la capacidad de invertir colateralmente en criptoactivos, incluyendo bitcóin, ya que tiene dinero de sobra, no está mal que se inventen esquemas para sustraerle algo que no se le puede sustraer por ninguna otra vía, ni siquiera por medio de los impuestos, ya que todos sabemos que quienes menos contribuyen o contribuyen nada a la cosa pública son los más ricos, aunque se benefician muchísimo de todas las infraestructuras desarrolladas con las contribuciones de la gente trabajadora, la gente más pobre, que es la que paga por todo.

Otro beneficio añadido de la actividad empresarial de Sam Bankman-Fried en favor de las personas honradas, empresarios honorables y políticos honestos, es que su desastre deja claro que lo que ahora llaman industria cripto no debe ser regulada, porque al hacerlo se estaría legitimando lo que a todas luces es un gran esquema de estafa; lo que debe hacerse es elaborar legislación más estricta debidamente enfocada hacia este rubro, y los gobiernos deberían estar obligados a advertir a sus gobernados sobre el peligro que representan las criptomonedas, sin escatimar los aspectos positivos que pueden ser tomados de este rubro para la implementación y desarrollo de alternativas digitales debidamente respaldadas y garantizadas por el Estado.

¿Quién realmente ganó y quién perdió en las elecciones de Término Medio en Estados Unidos?

    En Estados Unidos se celebró un evento electoral muy peculiar que probablemente pasará a la historia como un de los más atípicos realizados desde que se establecieron las elecciones para determinar los delegados a la Cámara de Representantes; suceso que aquí se denomina Elecciones de Término Medio, ya que ocurren a dos años de haberse elegido al presidente de la república, por lo que son consideradas como un referéndum de la gestión del gobierno central. Por lo general siempre ha ocurrido que el partido que está en la oposición sale triunfador en estas elecciones por el desgaste político que pueda haber tenido el que está en el Ejecutivo, proporcionando de esta manera el electorado una especie de balance en la conducción total de los asuntos del Estado.

    Pero las elecciones realizadas el pasado 8 de noviembre han dejado atónitos a la gran mayoría de analistas debido a que, sorprendentemente, la constante histórica ha sido contravenida, y pese a haber tenido casi todos los indicadores en su contra, el Partido Demócrata, que ha ejercido el control de ambas cámaras del Congreso y del órgano ejecutivo a través del presidente Joe Biden, ha salido mucho, pero mucho mejor de lo que se esperaba de esa contienda electoral. Aunque los resultados definitivos no se conocerán hasta mediados de diciembre, cuando se haya realizado la segunda vuelta de la elección del senador por el estado de Georgia, ya está claro que el Senado seguirá teniendo una mayoría demócrata y que la Cámara Baja del Congreso tendrá una estrecha mayoría republicana.

    Pese a su triunfo en la obtención de la mayoría en el Congreso, los republicanos se han declarado desilusionados, ya que la Ola Roja que habían predicho se produciría en todo el país, proporcionándoles amplias victorias, no se produjo, y los demócratas obtuvieron resultados mucho mejores de lo que incluso ellos mismos esperaban. Del lado republicano responsabilizan de esto al contencioso y quejumbroso Donald Trump, por su retórica confrontativa y negacionista; y del lado demócrata, además de esto, lo consideran como una derrota del movimiento de ultraderecha del trumpismo conocida con el acrónimo de MAGA (Hacer Grande América Nuevamente, por sus siglas en inglés). Y no cabe duda que, pese a su muy interesada como necia terquedad, Donald Trump y su alucinante movimiento, han sido de los mayores perdedores que han develado los resultados electorales, porque pese a que él ha dicho al declararse candidato presidencial para las elecciones de 2024, que de un par de centenares de candidatos que endorsó, solamente 22 no triunfaron, ha omitido explicar que los que perdieron eran los que optaban a cargos más prominentes y de mayor influencia a nivel nacional, y que muchos de ellos fueron derrotados en lugares donde tradicionalmente ganan los republicanos, en tanto que la mayoría de sus endorsados ganadores lo hicieron en lugares donde no confrontaban mayor oposición.

    Sea como sea, desde hace mucho tiempo ha quedado claro que la lucha de Donald Trump ha tomado cada vez más un carácter muy personalizada, y tiene que ver con el aseguramiento de su impunidad y la continuidad de recaudación de fondos a través de los imparables donativos provenientes de sus fanáticos seguidores que han enriquecido las arcas de este magnate más astuto que un zorro. Seguidores que se niegan a ver, pese a tener demandas muy legítimas y de mucho peso, que Donald Trump es una insoslayable tranca para el movimiento, el cual podría ser únicamente revigorizado y dotado de posibilidades de triunfo si el estandarte de su dirección fuera transferido a otra persona, digamos, la única de la familia Trump que puede trascender las barreras de simpatía general, Ivanka Trump; aunque todo parece indicar que el «establishment» la está proyectando para un futuro demócrata para usarla en su beneficio como de alguna manera se ha beneficiado de su padre para debilitar el conservadurismo más radical.

    Pero Donald Trump y su movimiento supremacista no son los únicos perdedores que han revelado las elecciones de Término Medio. Y entre los ganadores, el mayor beneficiado ni siquiera es mencionado en los medios desvergonzadamente controlados por una narrativa preestablecida. Ha perdido la paz y ha triunfado el guerrerismo. De hecho, de los candidatos prominentes que endorsó Donald Trump, los que ganaron lo hicieron no porque sean promotores de falacias y mitos imposibles de Qanon, sino porque se declararon contrarios al financiamiento ilimitado de la guerra en Ucrania, aunque este aspecto nadie lo resalta, porque en Estados Unidos prevalece una censura de tal envergadura que ha llegado ha convertirse en autocensura para muchas personas, y está claro que por el momento ese conflicto lejano no es el problema más apremiante para el electorado. Cosa diferente será ya cuando llegue el momento de elegir a un nuevo presidente en 2024, porque algo que está muy claro es que la situación nacional y mundial será completamente distinta a la actual y la forma de aproximarse a los electores deberá también ser muy diferente.

    Por ejemplo, a nivel nacional, el movimiento del trumpismo podría convertirse en un nuevo partido político, fuera del control republicano, totalmente anti «establishment» y pasarse a llamar con el acrónimo de una expresión que soltó Donald Trump la noche que se declaró candidato presidencial para las elecciones de 2024: MAGAGAP (Make America Great and Glorious Again Party, Partido Hacer América Grande y Gloriosa Nuevamente) con una candidatura irresistible, digamos por ejemplo, Ivanka Trump, renunciando a esas figuras que están de alguna manera relacionadas con actos ilícitos y hasta de tipo criminal y gansteril. También no hay duda que el Partido Demócrata demostrará una vez más su enorme capacidad de maniobra y brillantez de reelaboración de estrategia configurando un ambiente favorable no para una reelección de Joe Biden, instrumento fatídico en la destrucción del país de sus antepasados, sino para una continuidad del partido en la Casa Blanca, promoviendo un candidato ante el cual ningún DeSantis o Trump tendría posibilidades; un líder de la estatura política y visión estratégica como la que en este momento representa el gobernador del estado de California, Gavin Newsom, obviando el hecho de que él ha declarado que no tiene aspiraciones presidenciales, claramente con el propósito de no disminuir la figura del actual presidente.

    También por seguro que Europa habrá tenido muchos cambios, producto de las crisis que irán en aumento como resultado del agravamiento de las condiciones de vida de la ciudadanía y los influjos migratorios. La censura impuesta a los medios de comunicación no evitará que a la larga la mayoría de la población se dé cuenta del carácter belicoso y guerrerista de los actuales dirigentes de la Unión Europea, y que los políticos etiquetados de ambientalistas o social demócratas son peores que los descaradamente reaccionarios de derecha, que no son más que la descendencia del fascismo y el nazismo, que se han quitado la careta para mostrarse tal como son y declarar abiertamente en la voz del anacrónico fascista español Joseph Borrell que Europa es un bello jardín y que el resto del mundo es una jungla de la que debe protegerse.

    De modo que el verdadero ganador de las recién celebradas elecciones en Estados Unidos ha sido nuevamente el «establishment» que ya tiene proyectado los posibles escenarios para también salir victorioso en 2024. Han perdido las organizaciones y personas de buenas intenciones, amantes de la paz, que son mayoría en cualquiera de los bandos políticos, porque en un sistema que ha sido diseñado para negar las aspiraciones mayoritarias, no hay manera de satisfacerlas a través de los procesos electorales por muy limpios y transparentes que estos sean.

«Tembladerales» de Cristóbal Humberto Ibarra

Una novela bastante peculiar en el medio narrativo de su época, no solo por la estructura y enfoque de la vida campestre desde la perspectiva del narrador que es el hijo socialmente sensible de un hacendado, sino también porque el protagonista principal del relato es un alemán antinazi que peleó en Ucrania contra el nazismo y ahora es un trabajador en una hacienda reminiscente del feudalismo en la costa de El Salvador, cuyos peones se verán involucrados colateralmente en los terribles sucesos del levantamiento campesino de 1932. Según la presentación de la tercera edición de la Dirección General de Publicaciones del Ministerio de Cultura y Comunicaciones (1985), «TEMBLADERALES es una novela que con singular maestría describe el vivir sufrido de nuestros campesinos, condición que ellos soportan con la hidalguía de quienes consideran el sufrimiento como ingrediente de su lucha por conquistar la felicidad, aun contra la injusticia, la barbarie refinada y la explotación. Todo dentro de un marco natural, en el cual la narrativa trágica juega con el paisaje, no como ornamento literario sino como testigo de cuanto en la tierra está ocurriendo».

La novela está compuesta de 13 relatos precedidos por una carta a un amigo a quien supuestamente van dirigidos atendiendo una petición, lo que la hace de muy fácil y rápida lectura. Los relatos son separados pero entrelazan la historia, siendo estos:

Guardianes y chapulines

El milagrero

Las paradas

Trampa y contratrampa

¡Enchichados…!

Dos salvaciones

Padres de la tierra

Horizontes del odio

¡Leyfugados!

¡Ojo por ojo…!

Requiescat y alzamiento

Acusadores acusados

Siempre la vida

La tercera edición incluye una completa reseña escrita por Luis Gallegos Valdés, de la cual se reproduce el argumento a continuación (manteniendo la ortografía de la época empleada pr el escritor).  

***

    Trátase de la historia de Garth, un anti-nazi que había luchado en Ucrania contra las tropas alemanas y que había prometido a su madre, terminada la contienda, no volver a matar a ningún ser humano. Garth es tractorista en la hacienda El Sauce, propiedad del viejo don Fabián, abuelo del narrador, al que ha encargado de una delicada misión: reclutar gente para espantar una mancha de chapulín, y esto con la ayuda de la Guardia Nacional. El nieto, muy joven, conoce en ese punto a Garth y le participa su hondo temor ante tal responsabilidad, la cual le hace sentir náuseas hepáticas. Garth lo tranquiliza con su palabra serena. Mas no sólo son Garth y la Teresita Lamas, que lo conquista con su ternura, a pesar de su pasado pecador, los únicos protagonistas. Los viejos —el tío Abel Matute y el abuelo don Fabián, dueño de El Sauce, recio y noblote, don Benemérito Roldán, servicial y práctico—, también aparecen y hablan con su modo peculiar. Apenas esbozadas, vemos a las mujeres de esos viejos agricultores, dicharacheros y activos, y por alusiones conocemos a sus hijos, nueras y nietos. Gracias a Garth, Teresita se salva de morir hundida en el tremedal, aunque muere su caballo Respingo. El agradecimiento se torna cariño y luego amor por el tractorista, que logra hacer de ella una mujer útil; efectivamente, Teresita llega a ser la maestra de El Sauce y los niños la quieren, lo mismo que todos en la hacienda, a la que llegó en busca de refugio material y de paz espiritual. En la Trifulca tenemos a un representante del mundo perruno, viviente e inolvidable, inteligentísima y valiente.

    Las notas sobre el paisaje concurren con su plasticidad a ambientarnos dentro de un cuadro campesino nada idílico por cierto. Surgen los trabajadores del campo, colonos y cosecheros, con sus mujeres y su prole. El patrón don Fabián había sabido hacer de su hacienda un lugar de verdadera armonía y comprensión entre él y sus trabajadores, no obstante el semifeudalismo existente todavía entonces en aquellos latifundios. Sus trabajadores no sólo lo respetaban sino que lo querían. El novelista señala, aquí y allá, rasgos que cualifican positivamente a aquellos campesinos, que se daban enteros a quien sabía decirles una palabra bondadosa y, más que todo, proporcionarles medicinas contra las fiebres palúdicas, casi endémicas en esas remotidades, y, una vez terminadas las cosechas, ofrecerles diversiones: bailes, tamales, guaro.

    El argumento de la novela anuda hábilmente los amores, bastante discretos, del tractorista y de la maestrita, con los acontecimientos trágicos de la época: el levantamiento, en enero de 1932, de las masas campesinas, dirigidas por el líder Agustín Farabundo Martí. En la zona central —Zacatecoluca y sobre todo en La Herradura— aquellos acontecimientos tuvieron cierta resonancia provocando gran inquietud entre los colonos y campesinos de El Sauce, muy unidos pacíficamente en torno al patrón merced a la persuasión de Garth y alejados de toda tendencia comunista y sí dentro de un espíritu cristiano y cooperativo.

    Al principio de la obra, la Guardia Nacional pierde a dos de sus elementos en la captura de los jugadores de chivo o tabas en casa de la rufiana Fraila Rosa. Los salineros, entre jugada y jugada, lanzábanse bromas. Cirilo Paiz, Leandro, Anito Valladares, Vito el más joven de ellos, Garth, Ejote Ulalio, Tino, estaban frente al cabo de la Guardia y sus dos hombres vestidos de civiles. Por fin la camorra, buscada por el cabo, dio resultado; se armó el barullo; la Fraila Rosa cayó herida por el cabo, al que se aferró frenética de una pierna, en medio de las llamas. Fue una samotana infernal; pero los salineros y Garth salieron salvos de la casa consumida por el fuego, seguidos de la Trifulca.

    Al final de la novela hay nuevos signos de tragedia al avanzar, sobre la comandancia local de la Guardia, armados y dispuestos a rescatar a Garth, todos los hombres de El Sauce, comandados por dos bravucones, hermanos del sacristán del pueblo, que había hecho las veces de cura párroco en el entierro de Justino Meza, Joaquín Penagos y Eulalio Henríquez, a quienes el cabo Tánchez aplicó la ley de fuga. Pero se presentan, de pronto, el gobernador acompañado del jefe de la Guardia en momentos en que el comandante del puesto —un resentido social según sus jefes— iba a disparar la ametralladora contra los campesinos de El Sauce, mientras que Garth le apunta con su pistola desde un rincón de la comandancia.

    El título de “Tembladerales” no es simbólico sino real. Efectivamente, Garth como ya se dijo salva a Teresita de perecer en ellos, si bien húndense en el tremedal tres hombres que, mandados por el cabo Tánchez, habían ido a apostarse cerca de allí para dispersar a tiros el entierro de tres campesinos “leyfugados”. Garth está a punto de matar al comandante del puesto de la Guardia en el momento culminante del penúltimo relato; la suerte le fue otra vez favorable como cuando pereció la Fraila Rosa en el incendio de su casa. Garth, por lo demás, se muestra amigo de la gente humilde, justiciero y nada ambicioso. La muerte de sus amigos campesinos y de la valiente Trifulca, perteneciente esa perra a Penagos, gravita sobre su memoria macabramente y será el amor sincero de Teresita Lamas su salvación.

    La narración es autobiográfica, pero sobre el narrador predomina la figura de Garth. Las descripciones son, por lo general, cortas y no exentas, a veces, de cierto preciosismo; la emoción de los atardeceres destácase en ellas; pero el novelista se impone al seguir el hilo de la acción y al observar las reacciones de los protagonistas y la peculiar idiosincrasia de las gentes del campo. Otro mérito más que hay que sumar a esta valiosa aportación a nuestra novelística.

San Salvador, 4 de marzo de 1980.

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Pensamiento expresado por el narrador de Tembladerales:

«A los dieciocho años uno se maravilla de todo. Mi nuevo ensueño de amo continuaba regocijándose y un almacenaje de cosas fantásticas se me iban encimando, hasta dilatarme en una plenitud que quería ser vuelo y transparencia y posesión de posesión de posesiones…» 

Valientes y Libres

La organización «Brave and Free Santa Cruz» (Valientes y Libres – Santa Cruz) fue iniciada el 4 de julio de 2022 por personas de diferentes estratos en el condado de Santa Cruz, California, Estados Unidos

La visión de «Brave and Free – Santa Cruz»

Nuestra visión es de una sociedad profundamente interconectada que apoya la vida, la salud y la libertad.

Visualizamos la soberanía individual, incluida la libertad ante la intervención médica carente de consentimiento informado.

Visualizamos una mayor cooperación y comunicación en busca de la felicidad y la justicia, y un compromiso mayor de no perjudicar.

Visualizamos la intolerancia extendida a cualquier vulneración de los derechos humanos.

Visualizamos un libre flujo de información e ideas sin censura.

Visualizamos un ecosistema saludable, que incluye el aire, el agua y el suelo limpios.

Visualizamos alimentación y medicina saludables.

Visualizamos un mundo dirigido por mujeres y hombres sensibles y sabios, y cuyas decisiones tomen en cuenta las ramificaciones del presente y a futuro.

Visualizamos una sociedad que se prepare para la adversidad y que esté lista para lidiar con desastres naturales y los causados por los humanos de una manera que priorice el bienestar y la libertad.

Visualizamos una sociedad bien informada de personas empoderadas y autodirigidas, manifestando sus propias visiones, individual y colectivamente.

Nuestros valores: Libertad, derechos inalienables, valentía, soberanía personal, verdad, salud, compasión y diálogo cívico.


Enlace:




El Diluvio (Antiguo Mito Griego)


Deucalión y Pirra – Peter Paul Rubens
(1577–1640)

Los hijos de Epimeteo y Pandora deambulaban por los jardines de la tierra tal como lo habían hecho sus progenitores; y las generaciones que les siguieron vivieron en paz y felices, a pesar de las travesuras que hacían los duendes de alas marrones. Los hombres se ayudaban mutuamente a cultivar la tierra fructífera y ofrecían sacrificios a los dioses a cambio de una cosecha abundante.

Esta Edad de Oro de la historia del mundo podría haber durado para siempre si los humanos hubieran seguido reverenciando a los dioses; pero después de un tiempo, dejaron de ofrecer oraciones por la salud y la seguridad, y se jactaban con petulancia de su propia fuerza. No buscaban más la ayuda del alto Olimpo, sino que cada quien confiaba en su propio brazo derecho. Luego surgieron la lucha y la discordia, y las guerras feroces se libraron entre todos los pueblos de la tierra. El hermano mató al hermano y los padres se peleaban con sus propios hijos. La mano de cada hombre estaba en contra de su compañero, y no conocía ninguna ley, sino la de su propia voluntad. Rara vez los hogueras se encendieron en los altares descuidados, y el olor a ofrendas quemadas queridas por los dioses ya no se mezclaban con el humo que se elevaba a las nubes blancas alrededor del Olimpo. Los vasos sagrados enmohecían en los templos abandonados; alrededor de los santuarios de los dioses, las serpientes se arrastraban perezosamente; y el murciélago y el búho vivían tranquilos entre los pilares de los templos.

Durante un tiempo, los dioses estuvieron pacientes, creyendo que este estado de cosas no podía durar; pero al ver que la humanidad estaba empeorando en lugar de mejorar, año tras año, decidieron poner fin a la irreligiosidad y destruir toda la raza del hombre. Entonces Zeus convocó un concejo de los dioses para decidir sobre la forma más efectiva de eliminar cada vestigio de la vida humana tan completamente que no se dejaría un alma para contarle a sus hijos la historia de esos días malvados, cuando las personas descuidaron la adoración a los dioses inmortales y permitieron que sus templos se deterioraran.

El castigo más terrible que podría infligirse al hombre sería incendiar todo el mundo, para hacer de él un gran altar de sacrificio en el que las víctimas humanas, y no el buey con guirnalda, se quemarían de noche y de día, y del cual se levantaría el humo hacia los cielos tan denso que ocultaría la contemplación de una tierra ennegrecida y ardiente. La única objeción a llevar a cabo este plan era el temor de que las llamas se elevaran tanto que llegaran incluso al elevado Olimpo, y así poner en peligro el trono sagrado de Zeus. Aunque el fuego podría no destruirlo por completo, los dioses no podrían soportar pensar en que su base de oro rojo bruñido fuera tocada por cualquier llama de los incendios impíos de la Tierra.

El único otro método efectivo de destrucción era el agua, y este los dioses decidieron emplear. Entonces, en cierto día, cuando los humanos estaban festejando en todas partes, cantando canciones, y jactándose de sus victorias en las batallas, Zeus partió los cielos con un poderoso rayo, cuyo estruendo ahogó todos los ruidos de alegría, e hizo que los hombres se pusieran pálidos de miedo. Los cielos se abrieron y la lluvia se derramó en torrentes; los ríos se crecieron y desbordaron sus orillas; las olas del mar, que se elevaban cada vez más, barrieron con gran furia la superficie de la tierra, arrasando todo delante de ellas como si fueran montones de broza. Eolo, dios de la borrasca, abrió la cueva donde mantenía seguramente contenidos los vientos y los dejó salir para que causaran destrucción en la tierra. Pronto todas las llanuras estaban cubiertas de agua; no quedaba un lugar seco en ningún lado, excepto en las colinas, y hacia allí las personas aterrorizadas corrieron con la vana esperanza de que la inundación disminuyera antes de que las montañas se sumergieran. Pero las olas aumentaron cada vez más; y los vientos, regocijándose en su libertad, revolvían la aguas hasta que casi rozaban las nubes. Las frágiles embarcaciones a los que los humanos se habían aferrado desesperadamente se destrozaban en pedazos en la furia de la tormenta, y en la cresta de las olas, los cuerpos de los muertos eran arrojados como juguetes. Más y más alto se elevó el agua, hasta que finalmente se cubrieron las cimas de las montañas, y todas las tierras secas habían desaparecido. Así se vengaron los dioses.

Sin embargo, había un lugar que aún no estaba oculto debajo de las aguas, y este era la cima del Monte Parnaso, la colina más alta de Grecia. A este lugar de refugio habían huido Deucalión y su esposa Pirra, dos almas virtuosas que solas, de todas las personas en la tierra, habían vivido con rectitud y adoraban a los dioses. Cuando Zeus les vio parados en la cima del Monte Parnaso llorando sobre la destrucción universal, recordó su piedad y decretó que sus vidas deberían salvarse. Entonces dio órdenes de que las lluvias, las inundaciones y los vientos debían cesar, y la tierra seca aparecer. Entonces, Eolo trajo de regreso los vientos de sus andanzas descontroladas y los confinó nuevamente en la cueva. Poseidón sopló su concha, y las olas iracundas regresaron otra vez al mar. Poco a poco las copas de los árboles se mostraron sobre el agua, y la tierra verde sonrió de nuevo bajo los cálidos rayos del sol.

Pero fue sobre un mundo desolado y vacío que contemplaban los ojos de Deucalión y Pirra, y en su total soledad casi deseaban haber perecido con sus amistades. Descendieron lentamente por la ladera de la montaña, sin saber a dónde ir, siendo conducido a ciegas por la voluntad de los dioses al templo en Delfos, el único edificio que no fue destruido. A este lugar sagrado, las personas solían venir reverentes en los viejos tiempos para consultar los deseos de los dioses y conocer sus propios destinos. Aquí estaba el oráculo divino que ni siquiera el mortal más atrevido se negaría a obedecer.

Cuando Deucalión y Pirra se encontraron en el Templo de Delfos, se apresuraron a consultar el oráculo, ya que deseaban repoblar la tierra antes de que el sol de otra mañana pudiera mirar a una tierra sin vida. Para su sorpresa, el oráculo les proporcionó esta respuesta:

—Váyanse de aquí con las cabezas cubiertas y tiren los huesos de vuestra madre detrás suyo.


Esta orden parecía imposible de obedecer; porque nunca podrían esperar encontrar ninguna tumba, cuando todos los puntos de referencia habían sido arrastrados; e, incluso si pudieran hacerlo, era un sacrilegio inaudito perturbar los huesos de los muertos. Deucalión buscó, por lo tanto, explicar las extrañas palabras del oráculo de alguna otra manera; y finalmente adivinó el significado de la respuesta divina. No eran restos humanos que se le ordenara profanar; los huesos mencionados eran los de la Madre Tierra. De modo que el esposo y la esposa dejaron el templo con sus cabezas tapadas, y a medida que avanzaban, recogían las piedras a sus pies y las arrojaban por encima de sus hombros hacia atrás. Todas las piedras que caían de las manos de Deucalión se convertían en hombres, y las que Pirra dejaba caer se convertían en mujeres.

Así fue que a través de la bondad y la sabiduría de los inmortales, la tierra fue repoblada con una nueva raza de humana que temía el mal, reverenciaba la piedad, y caminaba humildemente ante los dioses. Nunca más Zeus se vio obligado a enviar un diluvio a la tierra, ya que los hombres ya no dejaban que las hogueras del altar se extinguieran, ni tampoco descuidaban ofrendar sacrificios cuando olvidaban sus oraciones.

Alejandro Magno en Pocas Palabras

Datos biográficos de Alejandro Magno, también conocido como Alejandro el Grande.

Alejandro Magno fue el rey griego de Macedonia entre 356 a. C. y 323 a. C. y el conquistador del gran imperio persa. Hijo del rey Filipo II de Macedonia y la reina Olimpia, Alejandro nació en Pela, el 20 o 21 de julio de 356 a. C., y fue educado por el gran filósofo Aristóteles. Alejandro vio una batalla por primera vez en 340 a. C. a la edad de 16 años, y dos años después (338 a. C.) en la Batalla de Queronea, contribuyó a la victoria con un asalto al mando de una fuerza de caballería. Su padre fue asesinado cuando Alejandro tenía 20 años, y el trono y el ejército macedonio pasaron a sus manos más que capaces.


Primero aseguró sus fronteras del norte y en el año 336 a. C., suprimió un intento de levantamiento en Grecia capturando la ciudad de Tebas. En 334 a. C. Alejandro y sus ejércitos cruzaron los Dardanelos en su campaña contra el enorme imperio persa, y en el río Gránico, cerca de los Dardanelos, obtuvo su primera victoria. En 333 a. C. derrotó al rey Darío de Persia en Iso, Cilicia, y luego se dirigió a Egipto, donde fue aclamado como Faraón, fundando la ciudad costera de Alejandría, llamada así en su nombre.

Mientras tanto, Darío había reunido medio millón de hombres para una batalla final, pero en 331 a. C. en Arbela, en el río Tigris, con solo 47,000 hombres, Alejandro forzó a los persas a retirarse. Después de su victoria sobre los persas, se quedó un mes en Babilonia antes de marchar a Susa y Persépolis. En 330 a. C. marchó sobre Ecbatana (ahora llamada Hamadán, Irán), y poco después supo que Darío estaba muerto.

Fundó colonias en Herat y Kandahar en Afganistán, y en el año 328 a. C. llegó a las llanuras de Sogdiana. Fue aquí donde se casó con Roxana, la hija del sátrapa Oxiartes. El poderoso continente de la India ahora yacía ante él, y marchó hacia el Indo. Cerca del río Hidaspes (ahora Jhelum) disputó una de sus batallas más feroces contra el rey Poros. En el río Hyphasis (ahora Beas), sus ejércitos se negaron a continuar, y a regañadientes se retiró a lo largo del Indo y a lo largo de la costa. En 324 a. C. llegaron a Susa, donde Alejandro se casó con su segunda esposa, la hija de Darío, y terminó su reinado como un solitario, muriendo en Babilonia el 10 o el 11 de junio de 323 a. C. a causa de una fiebre de malaria o fiebre tifoidea, aunque se ha especulado en tiempo reciente que puede haber sido por homeopatía alcohólica o envenenamiento.

En los siglos que siguieron, se convirtió en una figura legendaria en la tradición griega (la cual se dice que se originó en Alejandría); se describieron sus hazañas en todos los idiomas de Oriente y Europa medieval. La base de estos relatos es el Romance de Alejandro que posiblemente data del siglo III a. C. En este extraordinario trabajo, Alejandro es presentado como hijo de Nectanebo, el último faraón de Egipto. Usando como su tema los viajes de Alejandro más allá de los límites conocidos del mundo, el autor pone a este personaje en contacto con muchas bestias raras y salvajes e igualmente extrañas razas de hombres pigmeos, leones con seis patas, mujeres peludas con alas, etc. Conoce a la reina de las amazonas y también visita a la legendaria reina Candace de Meroe.

En el romance, que está basado en una biografía pero que es mayormente pura ficción, Alejandro marcha a través de una tierra de oscuridad perpetua en busca del Agua de la Vida, pero es derrotado en la búsqueda por su cocinero o su hija. Explora las profundidades de los mares en una campana de buceo y también asciende a los cielos en una canasta transportada por cuatro águilas. Visita las moradas de los dioses, así como el oráculo del rey Sesonchosis de Egipto en el límite extremo oriental del mundo.

El tema recurrente de todas estas aventuras es la ansiedad de Alejandro por aprender la fecha de su muerte y sus intentos de obtener la inmortalidad. Como giro, conoce a un grupo de brahmanes indios, y le solicitan la inmortalidad como una bendición de él, lo que sugiere que en algún momento habría tenido éxito en su búsqueda. Finalmente, los pájaros de cabeza humana lo persuadieron para que renunciara a su inútil búsqueda, y él muere en Babilonia por envenenamiento.

Las fuentes griegas medievales agregan más detalles a la imagen del buscador de conocimiento universal, lo que lo convierte en un sabio de conocimiento supremo. Convirtió a su hija, la única contendiente por haberlo derrotado al Agua de la Vida, en una sirena, y luego todas las sirenas lo reconocen como su padre, o como hermano espiritual en algunas fuentes. En Macedonia se cree que gobierna los torbellinos, y en la Grecia moderna su nombre se ha combinado como Alejandro el Grande.

En el romance medieval, Alejandro Magno incluso aparece en las leyendas arturianas. En uno de esos romances, Percepforest, aparece como un antepasado del propio rey Arturo, como resultado de una aventura con Sebille, la Dama del Lago en su tiempo.

En años recientes, se ha debatido que Alejandro Magno puede haber sido homosexual debido a la relación íntima inusual que tuvo con Hefestión, uno de sus generales, cuyo fallecimiento en 324 a. C. le afectó de manera muy visible hasta el punto que puede haber influido en su propia muerte ocho meses más tarde.

El único hijo legítimo de Alejandro Magno y sucesor al trono, Alejandro IV, fue asesinado junto a su madre Roxana por conspiradores cuando apenas tendría unos catorce años en 319 a. C. También Alejandro Magno tuvo un hijo ilegítimo de nombre Heracles, quien también fue asesinado como producto de las conspiraciones por el trono.

Crédito por la imagen que encabeza esta nota:

Alexander the Great, detail of Alexander Mosaic by uncertain – [1], Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12440198

Resumen del Mito de Cupido y Psique

Por Esteban Balmore Cruz


(En este resumen se emplean los nombres equivalentes en español a los nombres griegos originales en vez de los romanos, aunque estos últimos son usados con más frecuencia en relatos de la mitología griega en nuestro idioma). 


Psique en la cima de la montaña

Tipo de obra: Mito
Autor: Desconocido (folclor popular)
Género: Cuento alegórico
Ubicación: Grecia antigua, durante la Edad de Oro
Personajes principales:

Psique, la menor y más hermosa de tres hijas de un rey griego.
Eros, dios del amor, hijo de Afrodita y Ares
Afrodita, diosa de la belleza y la sensualidad.
Zeus, el dios principal del Olimpo.
Céfiro, el viento Oeste.

Comentario breve


Al igual que otros relatos de la mitología griega, Eros y Psique tiene varias versiones en las que se encuentran diferencias en cuanto a la ambientación, detalles o extensión de los sucesos, pero básicamente relata la sencilla y, a la vez,  conmovedora historia de la unión entre una mortal condenada injustamente por su belleza y un dios enamorado que la rescata. En este cuento, la hermosa doncella Psique logra la inmortalidad porque su fe y amor triunfan sobre la desconfianza.

Resumen

Psique era una princesa hija de un rey griego cuya hermosura era comparable con la de la diosa Afrodita, por lo que había muchos príncipes que la pretendían y mucha gente que la adoraba sin ella proponérselo o desearlo. Esto había provocado que la diosa de la belleza se resintiera con ella y buscara perjudicarla.

Deseando conocer qué tenía reservado el Destino para su hija, el rey envió unos emisarios a consultar el oráculo de Apolo; pero cuando estos regresaron, la respuesta que trajeron horrorizó al monarca: El oráculo había dicho que Psique sería la cónyuge de un monstruo abominable y que debía ser abandonada a su suerte en la cima de una montaña para prevenir la destrucción de su pueblo. En consecuencia, Psique fue vestida con el atuendo nupcial y conducida a una cima rocosa en donde fue dejada sola. La abatida y agotada princesa no tardó mucho tiempo en desmayarse.

Celosa de la belleza de la humana Psique, la diosa Afrodita ordenó a su hijo Eros, dios del amor, que hiciera uso de sus flechas para que la joven se enamorara de un ser tan horroroso que los mortales sintieran mucha repugnancia al verlo. Pero cuando Eros contempló a su víctima adormecida se enamoró de ella y decidió que sería suya para siempre, por lo que procedió a llamar a Céfiro (el viento del Oeste), a quien ordenó que transportara a la dormida princesa hacia el valle donde estaba la residencia de Amor. Allí despertó ella en un soto de árboles entre los que estaba un espléndido palacio dorado. La joven ingresó al edificio y deambuló por entre las suntuosas habitaciones.

En su paseo por el palacio, Psique encontró una mesa pródigamente servida de distintos manjares, y escuchó una voz invitándola a comer, al mismo tiempo que le anunciaba que su enamorado vendría esa noche. Así, cuando ella reposaba en la cama al anochecer, una voz a su lado le dijo que no tuviera miedo. Era una voz tan tierna y cariñosa que la joven princesa recibió en la oscuridad y sin poder verle a su incógnito amante extendiendo los brazos hacia él. A la mañana siguiente, al despertar, el amante se había marchado, pero le había dejado un anillo de oro y le había colocado una preciosa diadema en la frente.

Eros le había dicho a Psique que podía pedir lo que quisiera y le sería concedido, excepto ver quién era él, y así pasó ella algún tiempo feliz en el palacio recibiéndole cada noche; pero por último sintió nostalgia por sus dos hermanas y su padre, de quienes no sabía nada desde que había sido transportada a ese lugar. La joven le pidió a Eros que le permitiera ser visitada por sus hermanas el día siguiente, a lo que el dios consintió, no sin antes advertirle que no debía decirles nada sobre él.

Cuando Céfiro hubo transportado a las hermanas, Psique estaba rebosante de alegría mostrándoles todas los atractivos del palacio y dándoles muchos regalos; pero ellas sintieron envidia de su buena suerte y antes de marcharse le indujeron a desconfiar de su amante incógnito, sugiriendo que era el monstruo del cual había hablado el oráculo de Apolo, que se transformaba en joven por las noches para engañarla, pero que eventualmente la devoraría. Le aconsejaron que escondiera una lámpara y un cuchillo a un lado de la cama para poder verle y eliminarle cuando estuviera dormido.

La joven siguió las instrucciones recibidas y esa noche, mientras el amante dormía, encendió la lumbrera y acercó la luz para verle. Cuando vio que quien estaba a su lado era un hermoso joven, no tuvo fuerzas para usar su arma; al contrario, se dio la vuelta sollozando para extinguir la llama, pero al hacerlo, una gota de combustible cayó en el hombro de Eros, quien despertó dando un grito viéndola con reproche al contemplarla con el cuchillo en la mano. Eros se marchó después de haberle expresado que el amor no puede existir con desconfianza, y ella trató de retenerle, disculpándose y yendo tras de él, pero cayó desmayada.

Al despertar vio que el palacio había desaparecido y tomó la determinación de buscar a su amante por todos los campos y ciudades. Por su parte, Eros se había desquitado con las hermanas de Psique, habiéndoles enviado por separado sueños en los que les aseguraba a cada una que sería su novia si se dejaba caer de la cima rocosa. Ambas fueron engañadas, pues no encontraron más que la muerte al lanzarse del peñasco con la esperanza de caer en los brazos de Amor.

Mientras deambulaba en su búsqueda, ningún dios ofreció refugio ni consuelo a la joven Psique, ni tampoco protección contra la ira de Afrodita, siendo rechazada en cada templo que visitaba, incluyendo los de la diosa Deméter y el dios Zeus. Por último llegó a la corte de la misma Afrodita e intentó huir, pero fue retenida y llevada ante el trono de la diosa. La deidad de la hermosura determinó que Psique debía ser retenida como esclava y debía dársele una tarea diferente cada día y vivir así hasta que recuperara la esperanza. La intención de la diosa era darle trabajos imposibles de cumplir para una persona humana.

La primera de estas tareas consistía en clasificar por separado las distintas especies de granos y semillas que estaban mezcladas en un enorme montón, siendo advertida de que si se encontraba tanto como una sola semilla o grano en el grupo incorrecto, sería castigada. El dios Eros estaba tan conmovido por ella que ordenó a ejércitos de hormigas a que realizaran el trabajo.

La segunda tarea para Psique al día siguiente consistía en recolectar el vellocino dorado del ganado lanar de Afrodita; labor que logró cumplir obedeciendo la sugerencia de un junco a la orilla del río que le recomendó que esperara hasta que las ovejas se echaran a dormir en tanto ella aprovechaba para recoger la lana que habrían de dejar colgando en los matorrales.

Como tercera tarea la diosa le ordenó llenar una jarra con el agua negra que fluía de una montaña y corría hacia los ríos Estigia y Cocito. La joven logró cumplirla al obtener la ayuda de un pájaro que llevó el recipiente hacia la vertiente, lo llenó de agua y lo trajo de vuelta a ella.

Al cuarto día le fue asignada a Psique la tarea más difícil, ya que se le ordenó ir al inframundo, donde están los muertos, y colectar allí algunos de los atributos de belleza de Proserpina en una caja de oro. Si cumplía con esta labor, Afrodita le prometió que en adelante la trataría con benignidad; pero la visita a la reina del Hades y el regreso resultaban algo casi imposible de realizar. Acongojada en extremo, Psique decidió tirarse de una torre; sin embargo, cuando estaba a punto de hacerlo, una voz la llamó y le dijo de qué manera podía cumplir esa misión.

Psique realizó el viaje al reino de Proserpina siguiendo las instrucciones que la voz le había dicho, y se hubiera quedado allí de no ser que súbitamente pensó de su amor. Al regreso, ya casi alcanzaba la claridad del día cuando pensó que podía tomar un poco del ungüento mágico de la caja, pero al abrirla, tan pronto como levantó la tapa, cayó en un sueño profundo plagado de pesadillas.

Quizás hubiera yacido allí eternamente si Eros, que andaba en su búsqueda, no la hubiese encontrado, despertándola con una de sus flechas y enviándola hacia su madre Afrodita con la preciosa caja en la que había hecho entrar al Espíritu del Sueño que se había escapado. Enseguida, Eros alzó vuelo y se presentó ante Zeus con la petición de que hiciera inmortal a Psique. El rey de los dioses del Olimpo envió a Hermes a que trajera a Psique ante su presencia y, cuando esto fue cumplido, le dio de beber de la copa de oro de ambrosía y ella se volvió entonces inmortal, de modo que se unió para siempre con Eros, porque «Psique es otro nombre de Alma, y el Alma debe vivir por siempre con Amor».


(La imagen que encabeza este resumen ha sido tomada del libro Stories of old Greece and Rome, de Emilie Kip Baker, 1913).