Resumen de la Obra «La Peste»

Por Esteban Balmore Cruz

Tipo de obra: Novela
Autor: Albert Camus
Género: Realismo, existencialismo, novela filosófica
Ubicación: ciudad de Orán, Argelia, década de 1940
Primera publicación: 1947
Personajes:


  Doctor Bernard Rieux, personaje principal de la obra; es el primero en informar a las autoridades sobre la epidemia.

  Jean Tarrou, activista político de visita en la ciudad cuando se desata la epidemia; lleva un registro detallado desde los días iniciales de la peste. Se hace buen amigo del doctor Rieux.

  Joseph Grand, oficinista de la municipalidad que nunca ha sido promovido a una posición superior, pese a su largo tiempo en el empleo.

  Raymond Rambert, periodista parisiense que queda atrapado en Orán al decretarse la cuarentena.

  Cottard, un tipo que ha cometido un crimen no especificado en el pasado y que es el único en sentirse contento con la epidemia.

  Doctor Castel, el primero en declarar que la causa de las muertes es la peste bubónica. Se esfuerza en desarrollar un suero contra la peste.

  Padre Paneloux, sacerdote y erudito jesuita.

  Doctor Richard, el líder de la asociación médica de Orán.

  El Señor Othon, un juez de instrucción muy estricto, inclusive con su familia.

  Madre del doctor Rieux, un señora muy estable, tranquila y bondadosa que viene a hacer compañía a su hijo mientras la esposa está ausente.

  El gobernador de Orán, que dilata la toma de decisiones por no causar alarma.

  El viejo que escupe a los gatos, un tipo que atrae a los gatos errantes para escupir en ellos.

  El viejo español, enfermo de asma que pasa el día en la cama trasvasando guisantes secos de un cubo a otro.

  El Señor Michel, conserje del edificio donde vive el doctor Rieux, y que es la primera persona que muere infectado de peste bubónica.

  Mercier, el encargado del control de plagas de la ciudad.


Comentario breve


 Esta obra se refiere a una epidemia de peste bubónica que se desata en la ciudad porteña de Orán, en la entonces todavía colonia francesa de Argelia, en un año no precisado de la década de 1940. La peste es considerada una obra maestra de la alegoría, el simbolismo y las imágenes. Aunque el relato en primer plano es sobre la epidemia, la esencia subyacente de significado perdurable se encuentra en las perspicaces observaciones y en las disertaciones filosóficas que estimulan el pensamiento de quien lee. Albert Camus hace un relato completo de la epidemia, expresando los temores, la desesperación, la compasión y el heroísmo desinteresado de aquellas personas que se vieron atrapadas por la desgracia, haciendo uso de esos rasgos que le han sido atribuidos, tales como la claridad, la entereza y la lógica. Algunos críticos literarios han expresado que esta obra es una alegoría de la ocupación de Francia por parte de las fuerzas militares alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, y el mensaje central transmitido en la narración parece reforzar la proposición de que vale la pena vivir y luchar por la existencia, sin importar cuáles sean las posibilidades de obtener una victoria,o que la perspectiva sea ser arrasado por la fuerza de los acontecimientos adversos, porque la fortaleza radica en la solidaridad.

Resumen

 Orán era una ciudad tan peculiar que, pese a estar junto al mar, sus habitantes debían esforzarse para poder contemplarlo. Estaba ubicada en un sitio desprovisto de árboles y la única estación que traía algo de regocijo a sus pobladores era el invierno. En todo lo demás, era como cualquier otro lugar, en donde las personas solo piensan en acumular riquezas y gozar de la vida. Pero en esta despreocupada ciudad se produjo una mortandad de ratas que salían de sus escondrijos a morirse a la vista de los humanos, y las autoridades no reaccionaron hasta que era imposible ocultar el elevado número de roedores que aparecían moribundos a montones por todos lados.

 La esposa del doctor Bernard Rieux había ido a internarse a un sanatorio en otra ciudad por una enfermedad persistente y su suegra había venido a cuidar del médico. La narración sigue principalmente las actividades de Bernard Rieux, que observa la súbita aparición de ratas infectadas en distintos puntos de Orán, las cuales, muy pronto, surgen por millares, saliendo de sus escondrijos a morir a la vista de los pobladores en los descansillos de las escaleras, los patios de las escuelas, los salones administrativos y las terrazas de las cafeterías.

 Ante el desagradable espectáculo, la ciudadanía se aterroriza y los funcionarios municipales se ven obligados a tomar cartas en el asunto, después de hacerse los desentendidos por temor a causar pánico, y ordenan la cremación de los roedores muertos. Tan pronto como la epidemia de los roedores desaparece, el conserje del edificio donde reside Rieux (un tipo de nombre Michel) resulta enfermo con una fiebre extraña y muere a los pocos días.

 Otros casos similares se reportan y el doctor Rieux y su colega, el doctor Castel, concluyen que la enfermedad es nada más ni nada menos que la peste bubónica, y recomiendan con urgencia a las autoridades actuar de inmediato; pero los funcionarios dilatan su accionar hasta que la cantidad de muertes es tan elevada que ya no es posible negar la existencia de la epidemia, procediendo entonces a cerrar las entradas a la ciudad, la desviación de los barcos hacia otros puertos y decretando una cuarentena. La reacción de los habitantes se manifiesta en sentimientos de aislamiento y nostalgia por los seres queridos que están ausentes, sintiendo cada quien por su lado que su sufrimiento es muy particular. En este ambiente, el sacerdote jesuita Paneloux pronuncia un sermón en el que declara que la peste es un castigo divino por los pecados de Orán.

 El periodista Raymond Rambert, en visita de trabajo en la ciudad, intenta salir de Orán para reunirse con su esposa en París, pero es retenido por la burocracia y su falta de confiabilidad en delincuentes solapados. En sus intentos recibe la asistencia de Cottard, un tipo que ha cometido un crimen no especificado en tiempo anterior y que ha vivido desde entonces en un estado de constante paranoia, a tal punto que intenta infructuosamente suicidarse. Cottard es el único que recibe con beneplácito la epidemia, ya que esta rebaja a su nivel de aislamiento y miedo al resto de las personas, logrando además hacer una pequeña fortuna con el contrabando, favorecido por la inoperancia del comercio legal.

 Rieux, mientras tanto, lucha incesantemente contra la epidemia y a él se une Jean Tarrou, que también se encuentra de visita en Orán, así como Joseph Grand, un antiguo oficinista de la municipalidad que extraña mucho a su exesposa y se esfuerza diariamente sobre la primera línea de texto de un libro que está tratando de escribir. Jean Tarrou organiza una asociación sanitaria contra la peste logrando que muchos voluntarios se junten para ayudar. Por su parte, Raymond Rambert concluye su plan de escape, pero cuando se entera de que Rieux está de igual modo separado de su esposa, decide quedarse y hacerle frente a la epidemia.

 Al inicio, los periódicos informaban con exactitud sobre el número de muertes cada semana, pero cuando la cantidad se aproxima a mil, reportan el número de fallecidos diariamente para disminuir el impacto negativo en los lectores. Se decretan muchas prohibiciones y se establecen centinelas armados en las entradas de la urbe. El transporte se paraliza, el correo no es permitido, las líneas telefónicas se saturan por la desproporcionada demanda, siendo el telégrafo el único medio de comunicación con el exterior, por el que Rieux estaba al tanto que la salud de su esposa no mejoraba.

 Pasados varios meses, el público se despojó de la auto conmiseración y sensación egoísta de sufrimiento, reconociendo que la epidemia representaba un desastre colectivo. Todos y cada una muestran signos de fatiga y depresión, en tanto que la cantidad de fallecimientos es tan elevada que las autoridades se ven obligadas a incinerar los cadáveres. El joven hijo del señor Othon, el riguroso juez de instrucción local, fue atacado por la fiebre y falleció ante la presencia de Rieux y sus acompañantes, entre los que se encontraba el padre Paneloux, a quien el hecho estremeció tanto que pronunció un segundo sermón declarando escepticismo en relación a la medicina. Poco después, Paneloux se enferma y muere bajo el cuidado de los médicos de quienes desconfiaba.

 Jean Tarrou le confiesa a Rieux de qué manera ha pasado su vida oponiéndose a la pena de muerte y siendo un agitador político en todo el, luchando contra la peste en sus múltiples formas. Joseph Grand coge la enfermedad, pero se recupera de manera sorprendente, del mismo modo que otros pacientes, lo que sugiere que la epidemia está en declive; pero entonces Tarrou se enferma y fallece bajo el cuidado y compañía constante de Rieux y su madre después de una prolongada lucha contra la enfermedad.

 La gente de la ciudad comenzó a recuperar la esperanza poco a poco y empezó a celebrar. Solamente Cottard estaba descontento por la finalización de la epidemia, y después de un tiroteo provocado por él, es capturado y llevado a prisión. Por su parte, Joseph Grand retoma la escritura de su libro con nuevos bríos. La esposa de Rambert viene a reunirse con él en Orán; pero el doctor Rieux se entera que la suya ha fallecido en el hospital.

 Todas las personas retornan rápidamente a sus vidas normales, pretendiendo que nada ha cambiado, aunque para muchos la vida ya no será la misma de antes. Las calles vuelven a llenarse de gente a medida que quienes estaban separados por la peste se reencuentran. Al final, el doctor Rieux revela ser el narrador de la obra, que dice haber escrito como un testamento a las víctimas de la epidemia y la batalla librada por los trabajadores de la salud; aunque él está consciente de que el triunfo sobre la peste es únicamente temporal, ya que el bacilo que la provoca puede permanecer adormecido por años.

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