Nathaniel Hawthorne en Pocas Palabras

 Nathaniel Hawthorne es un autor que puede enmarcarse dentro del Romanticismo estadounidense. Al igual que Edgar Allan Poe, gran parte de su obra se localiza en Nueva Inglaterra, y muchas de sus narraciones, de contenido generalmente alegórico, recrean intensamente el ambiente puritano que empapaba la sociedad norteamericana de su época. 


 La crítica más reciente se ha enfocado preferentemente en la voz narrativa de Hawthorne, considerándola dentro de una retórica autoconsciente, que no debe ser confundida con la verdadera voz del escritor, lo que contradice el viejo concepto de que él era un moralista incómodo cargado de complejos.

 Sus relatos sutiles y patéticos destacan por su estilo elegante y depurado. En ellos lo característico, según el escritor peruano Luis Loayza (1934-2018), «es tal vez el contraste entre la violencia exterior y la suavidad del tono, entre la voz delicada y las oscuras sugerencias de lo que dice». Por su parte, el autor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) observa que sus cuentos expresan «el tenue mundo crepuscular, o lunar, de las imaginaciones fantásticas».

 En su momento, los escritos de Hawthorne fueron bien recibidos y la crítica de su propio tiempo elogió su sentimentalismo y pureza moral, mientras que las evaluaciones más modernas se han centrado en la oscura complejidad psicológica.

 Los eventos corrientes de la vida de Nathaniel Hawthorne han estado ante el público durante mucho tiempo. Desde 1835 en adelante pueden rastrearse fácilmente en los diversos Cuadernos (Notebooks), que se han editado de su diario, y antes de eso, en las remembranzas de Horatio Bridge y Elizabeth Peabody. Esas recolecciones fueron sistematizados y publicadas originalmente por George P. Lathrop en 1872; pero Julian Hawthorne publicó una biografía más completa y autorizada doce años después, en la que, sin embargo, se abstuvo modestamente de expresar una opinión sobre el genio de su padre, o de intentar cualquier examen crítico de su obra.

 Nathaniel Hawthorne nació en Salem, Massachusetts, el 4 de julio de 1804, siendo hijo de un capitán de barco. Llevó allí una vida tímida y algo sombría; de pocos estímulos artísticos, pero no del todo desagradable, teniendo en cuenta su temperamento malhumorado e intensamente meditativo. Sus colores y sombras quedan maravillosamente reflejados en sus Cuentos dos veces contados y otros relatos, producto de su primera etapa literaria. Se ha observado que incluso sus días universitarios en Bowdoin no rompieron del todo su reserva adquirida y heredada; pero por debajo de todo, su facultad de adivinar hombres y mujeres se ejerció con una presciencia y una sutileza casi asombrosas.

 Se ha dicho también que La letra escarlata, la cual explica gran parte de este arte imaginativo único, como puede deducirse de su lectura y que fue su mayor logro individual debe, sin embargo, compararse con sus otros escritos, precedentes y posteriores, para captar su efecto último. En el año en que se publicó La letra escarlata, comenzó a escribir La casa de los siete tejados, una novela posterior sobre la comunidad puritana estadounidense como él mismo la había conocido, desposeída del arte y la alegría de vivir, «hambrienta de símbolos», como lo expresó Ralph Waldo Emerson.

 En marzo de 1853, el compañero de habitación de Hawthorne en la época universitaria, Franklin Pierce, fue investido nada más ni nada menos que presidente de los Estados Unidos. Hawthorne ya le había escrito una biografía de campaña y, por este favor, Pierce le ofreció el lucrativo puesto de cónsul en Liverpool, el cual aceptó gustoso. Durante el período de su servicio diplomático, mantuvo un extenso diario de sus impresiones.

 «La calle es un emblema de la propia Inglaterra. Las cosas nuevas se basan y se apoyan en cosas viejas y sólidas… y derivan una enorme fuerza de sus cimientos profundos e inmemoriales. Porque cada día parecía interminable, aunque nunca agotador. El día del verano inglés positivamente no tiene principio ni fin».


 En 1857, Hawthorne renunció a su cargo en el consulado de Liverpool y se trasladó con su familia a Italia. Muchas de las descripciones registradas en sus Cuadernos Italianos se repiten en su última novela, El fauno de mármol.

«Desde el Foro y la Vía Sacra, surgieron voces cantoras de grupos que paseaban a la luz de la luna. Qué hálito y habilidad tenían, erigieron un coro de ‘Hail Columbia’, que esos viejos ecos romanos deben haber encontrado extremadamente difícil de repetir correctamente. Ese renombrado montículo ahora se alzaba abruptamente sobre ellos. Sobre el mismo pedestal de la mampostería romana se levantarán sin duda otras estructuras, y se desvanecerán como cosas efímeras».


 El fauno de mármol es una de las novelas más ambiciosas y ambiguas de Hawthorne. En ella recrea, en un escenario netamente italiano, la Caída del Hombre. Este autor creía que la Caída era afortunada porque solo a través del pecado puede el hombre tomar conciencia de la moralidad.

 En 1860, Hawthorne regresó a Concord y se instaló como siempre en La Rectoría; pero su salud  estaba fallando y esperó lo que llamó «un nuevo espíritu de vigor».

 «No soy desanimado, ni fantasioso, ni extraño, pero miro lo que me parecen realidades a la cara, y estoy listo para tomar lo que venga».


 En abril de 1864, Hawthorne se fue de viaje a New Hampshire con su viejo amigo, el presidente Frankling Pierce. En Plymouth, una de las primeras escalas de su viaje, la muerte lo sorprendió repentinamente el 18 de mayo. Los tributos llegaron a Concord de todas partes del mundo y fue honrado como un genio, una de las primeras grandes figuras literarias producidas por la joven República norteamericana. Porque Hawthorne, junto con Edgar Allan Poe y Herman Melville, había creado una ficción propiamente estadounidense que Europa ya podía tomar en serio. La verdad que buscaba era la «verdad del corazón humano».

 «Solía pensar que podía imaginar todas las pasiones, todos los sentimientos y estados del corazón y la mente, pero qué poco sabía… De hecho, no somos más que sombras; no estamos dotados de vida real hasta que el corazón es tocado… Ese toque nos crea. Entonces empezamos a ser. Así somos seres de realidad, y herederos de la eternidad».

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 A continuación se presenta una lista de las obras de Nathaniel Hawthorne, aunque algunas de ellas no han sido traducidas al español: 

Fanshawe, publicada de forma anónima, 1826
Cuentos dos veces contados, primera serie, 1837; 2da Serie, 1842
La silla del abuelo, una historia para la juventud, 1845
Ancianos famosos (silla del abuelo), 1841
Árbol de la libertad: con las últimas palabras de la silla del abuelo, 1842
Historias biográficas para niños, 1842
Musgos de una vieja rectoría, 1846
La letra escarlata, 1850
La casa de los siete tejados, 1851
Historias verdaderas de la Historia y la Biografía (toda la historia de la silla del abuelo), 1851
El libro de las maravillas para chicas y chicos, 1851
La imagen de la nieve y otros cuentos, 1851
Novela de Blithedale, 1852
Vida de Franklin Pierce, 1852
Cuentos de Tanglewood (segunda serie del libro de las maravillas), 1853
A Rill from the Town-Pump, con comentarios, de Telba, 1857
El fauno de mármol; o, El romance de Monte Beni, 1860
Nuestro antiguo hogar, 1863
El romance de Dolliver (primera parte, 1864; en 3 partes, 1876
Pansie, un fragmento, el último esfuerzo literario de Hawthorne, 1864

Publicaciones póstumas


Cuadernos americanos, 1868;
Cuadernos ingleses, editados por Sophia Hawthorne, 1870
Cuadernos franceses e italianos, 1871
Septimius Felton; o El elixir de la vida, 1872
El secreto del doctor Grimshawe, 1882.
Tales of the White Hills, Legends of New England, Legends of the Province House, 1877, contienen cuentos que ya se habían impreso en forma de libro en Cuentos dos veces contados y Mosses.
Bosquejos y estudios, 1883

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