Resumen de la obra «Utopía»

Por Esteban Balmore Cruz


Género: Tratado humanístico
Autor: Thomas More (1478-1535)
Ubicación: Amberes, Bélgica; Inglaterra; Utopía; durante el reindo de Enrique VII
Primera publicación: 1516 (latín); 1532-1535 (español); 1551 (inglés)
Personajes principales:

Thomas More, autor de la obra, interlocutor de personajes ficticios.
Peter Giles, amigo de More, habitante de Amberes.
Raphael Hythloday, un viajero conocido de Peter Giles.


(En algunas traducciones al español de esta obra, estos personajes aparecen
 con los siguientes nombres: Tomás Moro, Pedro Egidio y Rafael Hitlodeo).


Resumen

 Algo que ha fascinado las mentes de los grandes pensadores en todas las edades es cómo hacer un mundo en el que todas las personas puedan vivir en mejores condiciones en todos los aspectos, tanto en lo material como en lo espiritual. Desde la época de Platón hasta el tiempo actual, un lapso de más de dos mil trecientos setenta años, filósofos y humanistas han estado pensando y escribiendo sobre cómo sería el mundo si se pudiera convertir en un paraíso terrenal. En esta dirección, una de las obras más reconocidas que se ha escrito es Utopía de Thomas More, cuya fama en la civilización occidental es tan extendida, que su título ha llegado a ser sinónimo de cualquier estado idealizado. Escrito originalmente en latín, el idioma internacional de la Europa medieval y renacentista, el libro fue ampliamente leído, y en 1551 fue traducido al inglés en Londres; aunque fue al español que se tradujo por primera vez por Vasco de Quiroga, entre 1532 y 1537.

 El libro está dividido en dos partes, con la segunda parte escrita curiosamente, primero, en 1515, y la mitad introductoria escrita en el año siguiente. La obra comienza con un marco narrativo en el que More relata cómo viajó a Amberes en una misión real y conoció a Peter Giles, un ciudadano digno, que en a su vez le presentó a Raphael Hythloday, cuyo nombre significa literalmente en griego «un hablador de tonterías», aunque demostró en su conversación ser más que un simple marinero, ya que a su interlocutor le pareció que era un hombre de sabiduría madura y de rara experiencia.

 Según su propia narrativa, Hythloday había sido compañero de Américo Vespucio cuando se suponía que ese insigne explorador había hecho sus viajes a América. Fue en uno de sus viajes con Vespucio que Hythloday, de acuerdo a su relato, descubrió la legendaria tierra de Utopía, en algún lugar de los océanos cerca del hemisferio occidental.

 En realidad, la primera parte de Utopía no se refiere a la isla legendaria, sino al relato de cómo Hythloday, durante el reinado del rey Enrique VII, visitó Inglaterra, conversó con el cardenal Morton y sugirió a ese hombre de la iglesia, quien era el canciller del rey, algunas reformas que podrían beneficiar a la nación. Entre las reformas que el ficticio Hythloday sugirió estaban la abolición de la pena de muerte por robo; la prevención de los juegos de azar; la reducción de la dependencia en la cría de ovejas para la obtención de lana; la terminación del uso de soldados mercenarios; el establecimiento de precios rebajados de todos los bienes de consumo, y la finalización del cercado de las tierras comunales en beneficio de los grandes propietarios y los ricos. Aunque el cardenal Morton parece escuchar atentamente las sugerencias de Hythloday, el autor introduce a un abogado que arguye que las reformas no podrían llevarse a cabo, ya que no serían consideradas deseables por cualquiera que conociera la historia y las costumbres de Inglaterra.

 De manera obvia, More señala algunos de los males sociales y económicos en la vida europea del siglo XVI en la primera parte de Utopía, y más que eso, sugiriere que solo un extranjero puede ver las fallas con mirada objetiva. La introducción de las objeciones del abogado, que son resumidas por el cardenal Morton, sugiere asimismo que el autor identificó en la sociedad del siglo XVI personas de que se oponían a la reforma y que buscaban razones para hacerlo. La primera parte de Utopía sirve el propósito de More de preparar al lector para la sección en la que se delinea su país ideal.

 En la segunda parte, Hythloday expone extensamente sobre la cultura de la tierra mítica de Utopia, la que había visitado durante sus viajes; la describe como un reino isleño que tiene la forma de una media luna y un perímetro de quinientas millas, separada de otros territorios por un canal artificial construido por su fundador, el fabuloso rey Utopus, que visualizó que el experimento utópico, para que tuviera éxito, debía estar aislado y protegido de las invasiones de vecinos bélicos y depredadores. La isla estaba dividida en cincuenta y cuatro distritos o condados, cada uno con su propia ciudad, sin que ninguna estuviera a más de un día de viaje de sus poblaciones vecinas. La ciudad capital, Amaurote, era la sede del Príncipe que es el gobernante nominal de la isla.

 El Gobierno de Utopía era relativamente simple y en gran medida estaba investido en hombres mayores, a la manera patriarcal. Cada unidad de treinta familias estaba gobernada por un hombre que elegían cada año. Cada diez grupos de familias elegían a un miembro del Consejo de la Isla. Este consejo a su vez elegía al Príncipe, que servía a lo largo de su vida, a menos que fuera depuesto por la tiranía. El consejo se reunía cada tres días para tratar asuntos de consecuencia para la gente, y no se tomaban decisiones el mismo día en que el problema se exponía para evitar que una prisa indebida causase errores.

 No es solo en el gobierno que Thomas More introduce sugerencias para la reforma en Utopía. En su estado ideal cada uno desempeñaba una función, cada persona tenía una ocupación u oficio, excepto los inusualmente talentosos que eran seleccionados para la capacitación y el servicio en la Academia de Aprendizaje. El día de trabajo era de seis horas, con el tiempo dividido por igual entre la mañana y la tarde. Cada persona pasaba un período de dos años trabajando en la agricultura en la comarca fuera de la ciudad en la que residía. Dado que todos trabajaban, había comida y todos los demás productos más que suficiente para los habitantes. Todos los bienes eran propiedad comunitaria, y cada persona protegía lo que se le daba en beneficio de la mancomunidad. Los gustos de la gente eran simples; nadie, teniendo suficiente para sí mismo, deseaba tener más que sus compañeros. Incluso el Príncipe de Utopía estaba designado solo por la insignia de una gavilla de granos, que era el símbolo de la abundancia. Cada persona iba vestida con ropa duradera hecha de cuero, lino o lana. Se daban joyas a los niños para jugar, para que todos asociaran tales fruslerías con la infantilidad. El oro y la plata eran menospreciados, y se utilizaban para hacer jarras de aposento, cadenas para esclavos y las insignias de los convictos.

 En el transcurso de la exposición, Thomas More interviene haciendo algunas objeciones a la idea comunitaria, pero este es el único punto en el que parece tener reservas; sin embargo, incluso en este asunto, las respuestas de Hythloday a sus objeciones lo satisfacen.

 La violencia, el derramamiento de sangre y el vicio, dice Hythloday, fueron eliminados en Utopía, y es por eso que, para que el derramamiento de sangre no contaminara a la gente, se requerían esclavos para matar al ganado. En vez del juego de dados y otros juegos de azar, las personas trabajaban en sus granjas a manera de recreación, en el mejoramiento de sus viviendas, asistían a conferencias humanistas, disfrutaban de la música y conversaban sobres temas beneficiosos entre sí. A los enfermos se les atendía en espaciosos hospitales erigidos en varios puntos de cada ciudad. En el caso de una enfermedad dolorosa e incurable, los sacerdotes consultaban con el paciente y lo alentaban a elegir la muerte administrada sin dolor por las autoridades. Aunque no era requerido para ninguno el hacerlo, todos comían en comedores donde los esclavos preparaban las comidas bajo la supervisión de las esposas del grupo familiar. A la hora de comer, jóvenes y viejos, comían juntos, excepto los niños menores de cinco años, y se estimulaba la conversación esclarecedora y amena.

 En Utopía el criminal era esclavizado, en vez de ser ejecutado, como lo era en Inglaterra en el siglo XVI. El adulterio se consideraba un delito y era castigado con esclavitud. Se alentaba el matrimonio por amor, pero también la prudencia en la selección de una pareja. Los hombres debían tener veintidós años y las mujeres dieciocho antes de que se les permitiera el matrimonio. El bienestar de la familia era un asunto estatal, ya que la familia era la unidad básica del estado utópico. La gente estaba ansiosa por lograr el enriquecimiento de la mancomunidad, de modo que los utópicos pudieran comprar a sus enemigos y que estos usaran el dinero para contratar soldados mercenarios; de este modo esperaban que los enemigos potenciales se aniquilaran unos a otros.

 Los utópicos eran descritos como un pueblo religioso que practicaban la tolerancia casi desconocida en la Inglaterra católica del periodo Tudor. Algunos en Utopia eran cristianos; otros adoraban a Dios de otras maneras; solamente el ateísmo y el sectarismo militante estaban prohibidos.

Algo sobre el autor de Utopía

 Thomas More (1478-1535) fue un erudito humanista, escritor y político que se negó a acatar el Acta de Supremacía, mediante la cual los súbditos ingleses estaban obligados a reconocer la autoridad de Enrique VIII sobre el sumo pontífice de la iglesia católica, por lo que fue encarcelado en la Torre de Londres, y posteriormente decapitado por traición, basándose la condena en La Ley de Traiciones o Acta de Traiciones (Treasons Act en inglés) del mismo año, que estableciía que quien rechazara maliciosamente el Acta de Supremacía, privase al rey de su dignidad, título o nombre, o afirmara que era hereje, cismático, infiel o usurpador de la corona, sería considerado reo de alta traición. Thomas More fue canonizado en 1535.

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