El Presidente de Rusia Firma una Ley que Prohíbe los Procedimientos de Cambio de Sexo

En defensa de la familia tradicional.

 El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el lunes una nueva legislación que marcó el paso final para prohibir los procedimientos de cambio de sexo que algunos llaman «de afirmación de género», un golpe devastador para los promotores y defensores de esta desviada práctica que ya se estaba extendiendo en Rusia.

 El proyecto de ley, que fue aprobado por unanimidad por ambas cámaras del parlamento, prohíbe cualquier “intervención médica destinada a cambiar el sexo de una persona”, así como el cambio de género en documentos oficiales y registros públicos. La única excepción será la intervención médica para tratar anomalías congénitas. También anula los matrimonios en los que una persona ha “cambiado de sexo” y prohíbe que individuos transgénero se conviertan en padres de crianza o adoptivos.

 Se ha expuesto que la prohibición proviene de la cruzada del Kremlin para proteger lo que considera los «valores tradicionales» del país. Los legisladores dicen que la legislación es para salvaguardar a Rusia contra la «ideología occidental contra la familia», y algunos describen la llamada transición de género como «puro satanismo».

 La lucha en Rusia contra las expansión del movimiento LGBTQ+ comenzó hace una década cuando Putin proclamó por primera vez un enfoque en los “valores familiares tradicionales”, contando con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

 En 2013, el Kremlin adoptó una legislación que prohibía cualquier respaldo público a las “relaciones sexuales no tradicionales” entre menores de edad, lo cual es muy promovido en los países occidentales. En 2020, Putin impulsó una reforma constitucional que prohibió el matrimonio entre personas del mismo sexo, y el año pasado también firmó una ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales” entre adultos.


 La transición de género, también conocida como reasignación de género o proceso de afirmación de género, se refiere al proceso mediante el cual una persona intenta alinear artificialmente lo que considera su verdadera identidad sexual con su expresión de género. Implica hacer cambios en la apariencia física, el rol social o el género legal para que coincida con el sentido interno personal. La justificación de la transición de género varía de persona a persona y puede ser profundamente personal y compleja. 

 En los últimos años ha ido creciendo la oposición a la propalación del cambio de género entre la infancia, ya que este procedimiento es visto por la mayoría de la gente como una gravísima amenaza a la conformación natural de la persona y la familia tradicional compuesta por un hombre, una mujer y la prole que ambos puedan procrear. Se considera que los promotores y defensores de esta proposición pretenden normalizar prácticas sexuales degeneradas, lo que les llevaría a posicionarse en la sociedad en un estatus privilegiado de poder desde el cual podrían imponer cualquier agenda política sobre la mayoría.

Signos del Zodíaco: Cáncer


Cáncer

(22 de junio-22 de julio)


 Cáncer es una de las doce constelaciones del zodíaco y se encuentra en el hemisferio norte celeste. Su nombre en latín significa cangrejo y comúnmente se representa como tal. Es una constelación de tamaño mediano con un área de 506 grados cuadrados y sus estrellas son bastante opacas, siendo la más brillante Beta Cancri, que tiene una magnitud aparente de 3,5.

 Cáncer es una constelación de tamaño mediano que limita con Géminis al oeste, Lynx al norte, Leo Minor al noreste, Leo al este, Hydra al sur y Canis Minor al suroeste. La abreviatura de tres letras de la constelación, adoptada por la Unión Astronómica Internacional en 1922, es «Cnc». Es la segunda más tenue de las constelaciones zodiacales, con solo dos estrellas por encima de la cuarta magnitud. Muy pocas de sus estrellas son visibles a simple vista, y las más brillantes son solo de cuarta magnitud. El cáncer a menudo se consideraba el «Signo oscuro», curiosamente descrito como «negro y sin ojos».

 Es el cuarto signo del zodíaco que se sitúa inmediatamente después del solsticio de verano cuando los días comienzan a disminuir. Su hieroglifo que se parece a dos espirales expresa el cambio de sentido del movimiento solar, que se vuelve descendiente, mientras que hasta ese momento era ascendente, y representa esquemáticamente las olas de la vida. Signo lunar que significa el recogimiento, la sensibilidad, la timidez y la tenacidad.

 Con el Cáncer surgió todo un universo acuático; se presenta como el símbolo del agua original: de las aguas madres calmas y profundas en la fuente murmurante, pasando por la leche maternal y la savia vegetal. El cangrejo de río o de mar que lo representa es un animal de agua que vive bajo un caparazón protector. Al espíritu de las aguas se asocia íntimamente un valor interno, íntimo, o interior, que recuerda que los esbozos y prefiguraciones de la vida renaciente, gérmenes, huevos, fetos y yemas, están rodeados de cáscaras, matrices, cortezas y envolturas, destinadas a albergar el poder de resurrección encerrado en esas corazas. De hecho, el cuarto signo se identifica con el arquetipo maternal puesto de relieve por Jung: todo el mundo de los valores de contenido todo lo que es grande y envuelve, abriga: conserva, alimenta, protege y da calor a lo que es pequeño. Principio matriz y sustentador que va desde el útero a la tierra maternal: profundidad, abismo, pozo, gruta, caverna, bolsa, vasija, abrigo, casa, ciudad… que desemboca en el gran refugio de la humanidad, que era la Gran Madre. Al signo se encuentra asociada la Luna, de la figura pálida y la luz cenicienta, símbolo planetario de ese principio matriz, del psiquismo inconsciente, del resplandor vegetativo crepuscular, de la pulsión vital aún no asumida por la razón. En el concierto zodiacal, la parte canceriana, cuando no se trata de un silencio, se asimila a un murmullo melódico de penumbra o a un canto ensoñador en claroscuro, y la naturaleza canceriana procede del desarrollo de la sensibilidad del alma infantil junto a la madre, así como de la subida de la imaginación con su mundo de subjetividad, recuerdo, sueño, fábula, fantasía, lirismo…

 El papel del Cáncer es esencialmente el de la mediación, de la mediumnidad del medio. Señala el medio del año, enlaza el mundo formal y el informal, es el umbral de la reencarnación, el pasaje del cenit hacia el nadir. Los seres marcados con este signo gozan de un gran poder secreto para favorecer los renacimientos futuros.

 El cáncer fue registrado por primera vez por Claudio Ptolomeo en el siglo II d. C. en La sintaxis matemática (también conocida como Almagesto), bajo el nombre griego Καρκίνος (Karkinos).

 Crédito por la imagen que encabeza esta nota:
«Cancer symbol png sticker, astrology» is marked with CC0 1.0.

La Opción más Viable entre Donald Trump y Joe Biden


 La agudizante crisis económica en los Estados Unidos y el desenmascaramiento de su estrategia de guerras de agresión permanente, no solamente a través de invasiones militares directas sino también a través de golpes de estado, revoluciones de color y cambios de régimen alrededor del mundo para imponer un globalismo totalitario y asfixiante, han conducido a una polarización política interna que se manifiesta de diferentes formas, incluyendo la reconfiguración de las opciones partidarias que se le presentan al electorado dentro del estrecho y restrictivo sistema electoral bipartidista del país.

 Al no existir ninguna posibilidad real y viable del surgimiento de una tercera fuerza independiente que represente de manera genuina los intereses de la mayoría, fuera de la desfasada estructura del sistema bipartidario con que el establishment se ha servido para mantener una inamovible dictadura con máscara de democracia, los sectores de la sociedad se ven forzados a configurar sus opciones dentro de dicho sistema restrictivo.

 Hasta hace muy poco tiempo, el electorado estadounidense se encontraba ante la funesta disyuntiva de tener que elegir en las próximas elecciones presidenciales de 2024, entre los dos peores candidatos que probablemente haya producido el sistema político del establishment: el expresidente Donald Trump y el actual mandatario Joe Biden. Esto porque –hasta mediados de abril– no se había presentado ningún precandidato de peso, en ninguno de los dos partidos, con la plataforma y el potencial requerido para afrontar y derrotar a cualquiera de ambos vejestorios de la corrupción y el guerrerismo inacabables. Es por eso que surgía la pregunta:

 ¿Hay opción para el electorado de Estados Unidos entre el decrépito guerrerista Joe Biden y el demagogo decrépito y criminaloide Donald Trump?

 La respuesta es afirmativa. Y surge después de considerar el creciente campo de candidatos aspirantes a sustituirlos en las preferencias de los electores en las elecciones presidenciales de 2024. Se llama Robert F. Kennedy Jr y lanzó su campaña a mediados de abril, constituyéndose en la tercera persona en hacerlo dentro del Partido Demócrata, puesto que ya antes lo habían hecho Marianne Williamson y el propio presidente Joe Biden. Aunque aún falta por verse si alguien más se lanzará al ruedo de la búsqueda de la candidatura presidencial en este partido, es prácticamente imposible que surja una figura con el capital político y popularidad que tiene Robert F. Kennedy Jr, ya que algunos que podrían haberse considerado serios aspirantes han expresado que no buscarán la nominación, o han sido devaluados vergonzosamente y sin subterfugios por la cúpula partidaria, como por ejemplo, el gobernador del estado de California, Gavin Newsom, y la vicepresidenta Kamala Harris.

 En el lado del Partido Republicano, el establisment está empleando la misma estrategia que tan buenos resultados le proporcionó durante el proceso preelectoral de 2020, cuando de manera inaudita saturó la contienda de nominación interna de l Partido Demócrata con un gran número de aspirantes para restarle votantes a Bernie Sanders, que en ese momento había logrado aglutinar una amplia mayoría, al haber presentado una plataforma progresista, aunque ahora este personaje, al igual que otros seudoizquierdistas, ha quedado desenmascarado como un verdadero guerrerista al brindar su apoyo a la conflagración en Ucrania. Este panorama es el que ahora puede verse en el terreno republicano, el cual está siendo poblado por aspirantes a la nominación a la candidatura presidencial de las más variadas tendencias y ofertas que dentro del partido puedan ofrecerse, en un claro y descarado esfuerzo de restarle capital votante al candidato que en verdad representa la esencia del ser y tipifica al elemento más natural de la derecha estadounidense: Donald Trump.

 Entre los numerosos contendientes que saturan el campo preelectoral republicano, solamente dos aparecen con alguna posibilidad de hacerle cosquillas a Donald Trump, aunque ciertamente ninguno pueda destronarlo. Ellos son el gobernador del estado de la Florida, Ron DeSantis (un exmilitar que desempeñó alguna función no clarificada relacionada con los detenidos en Guantánamo), cuyo programa es prácticamente una copia del de Trump, aunque presentado con menos visceralidad; y el ex vicepresidente Mike Pence (un personaje que ha logrado proyectar una imagen de sólida formación conservadora y suficiente honestidad y honorabilidad como para no ser el favorito de los desquiciados seguidores del trumpismo), siendo ambos vistos como vinculados y al servicio del establecimiento político.

 El campo de los aspirantes presidenciales del Partido Republicano está en gran parte establecido después de que creció sustancialmente durante mayo y junio, pero con la primera primaria presidencial todavía a casi un año de distancia, muchas cosas pueden cambiar antes de que los votantes acudan a las urnas. Hasta el 22 de junio se habían presentado 12 candidaturas, siendo estas:

Donald Trump, el expresidente, quien es considerado el favorito entre los aspirantes republicanos, pero su acusación por parte del Departamento de Justicia por cargos relacionados con su manejo de registros gubernamentales confidenciales podría impedir sus aspiraciones. El 8 de junio, un gran jurado federal lo acusó de cargos derivados de la investigación del fiscal especial Jack Smith sobre su manejo de documentos confidenciales del gobierno. Con esto, Donald Trump ha vuelto a consolidar su lugar en la historia, esta vez como el primer expresidente en ser acusado federalmente por el Departamento de Justicia, aunque por lo visto, todo esto no hace más que fortalecer su posición como aspirante a un segundo mandato en la Casa Blanca.


Nikki Haley, exgobernadora del estado de Carolina del Sur y exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas durante la administración de Donald Trump. Se desempeñó como la gobernadora número 116 de Carolina del Sur de 2011 a 2017, y fue la embajadora número 29 de Estados Unidos ante las Naciones Unidas durante dos años, desde enero de 2017 hasta diciembre de 2018. Como tal, Haley afirmó la voluntad de Estados Unidos de usar la fuerza militar en respuesta a más pruebas de misiles de Corea del Norte, a raíz de la crisis de 2017-2018 con ese país. Ella defendió los intereses de su gobierno, en particular el apoyo estadounidense a Israel en el Consejo de Seguridad, y lideró la retirada de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Después de haber proyectado una imagen muy desagradable en el ámbito internacional, decidió renunciar voluntariamente a su cargo en la ONU el 31 de diciembre de 2018.


Vivek Ramaswamy. A los 37 años y con un patrimonio neto de aproximadamente 600 millones de dólares, Ramaswamy se ha declarado un capitalista anti-woke (contrario al movimiento de los despertadizos), y ha denunciado la inversión corporativa basada en principios ambientales, sociales y de gobernanza. Es decir, un capitalista puro y reaccionario de primera línea.


Larry Elder. Un locutor negro de una estación de Radio de Los Ángeles, identificado con el trumpismo hasta en sus posiciones más absurdas. Fue candidato durante el esfuerzo republicano de destitución del gobernador de California en 2021. El esfuerzo de destitución fracasó y el gobernador Gavin Newsom mantuvo su puesto, pero Elder recibió la mayor cantidad de votos de su partido, 3.6 millones, cantidad muy por debajo de la que obtuvo el incumbente.


Asa Hutchinson. Uno de los privilegiados del establecimiento político que a la edad de 72 años cumplió dos mandatos como gobernador del estado de Arkansas, de 2015 a 2023. Excongresista que también fue uno de los administradores de la Cámara para el juicio político del presidente Bill Clinton.


Tim Scott. Senador de Carolina del Sur que apuesta por el atractivo de su visión optimista del país. Al anunciar el lanzamiento del comité exploratorio de su candidatura expresó: «Veo que Estados Unidos está hambriento de un liderazgo positivo y optimista».


Ron DeSantis. Ha presentado una agenda para reducir las tasas nacionales de delincuencia, promover la independencia energética y abordar la inmigración. Es considerado hasta ahora como el principal rival de Donald Trump por los medios de comunicación y los analistas tradicionales, apareciendo como el que los demócratas preferirían como adversario en la contienda, pues básicamente no difiere mucho ni de Trump, ni de Biden.


Mike Pence. El ex vicepresidente y gobernador de Indiana presentó la documentación pertinente ante la Comisión Federal de Elecciones el 5 de junio, consolidando su lugar en el campo republicano. Al hacerlo, expresó: «Sería fácil permanecer al margen, pero no fue así como me criaron. Es por eso que hoy, ante Dios y mi familia, anuncio que me postulo para presidente de los Estados Unidos». Pence, quien ha estado visitando estados de votación anticipada mientras reflexionaba sobre su participación en la contienda, ha sugerido que cree que es hora de que el Partido Republicano se aleje de Trump.


Chris Christie. Este exgobernador del estado de Nueva Jersey lanzó su segunda campaña presidencial el 6 de junio. En los comentarios hechos durante el anuncio de su campaña, Christie apuntó al expresidente Donald Trump, llamándolo «un hombre amargado y enojado que quiere recuperar el poder para sí mismo». El exgobernador de Nueva Jersey enmarcó su decisión de postularse para presidente en su creencia de que el país se encuentra en un momento crucial en el que tiene que elegir entre «grandes y pequeños».


Doug Burgum. Se ha desempeñado como gobernador del estado de Dakota del Norte desde 2016, y fue reelegido en 2020. Fue director general de una empresa de software, Great Plains Software, la que convirtió en una empresa de mil millones de dólares que fue adquirida por Microsoft.


Francis Suarez. Alcalde de Miami, que se lanzó a la carrera de 2024 a mediados de junio. Es cubano americano y hasta ahora es el único candidato republicano que podría identificarse como latino en el campo preelectoral de 2024. Ha declarado públicamente que su candidatura ayudaría a los republicanos a ampliar su atractivo para los votantes latinos. También ha expresado que su historia «demuestra la grandeza de este país, que este país brinda oportunidades a todos los que se preocupan por el sueño americano».


Will Hurd. Un exagente de los servicios de inteligencia de 45 años. Trabajó como oficial de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) durante casi una década y se postuló para representar al Distrito 23 del Congreso de Texas en 2014. Derrotó al demócrata titular por solo 2,500 votos y ganó la reelección dos veces antes de negarse a buscar otro mandato en 2020.


 Por parte del Partido Demócrata, solamente son tres, hasta el momento, las personas que se han declarado aspirantes a la nominación presidencial, siendo estas:

Marianne Williamson. Ella es una autora y consejera espiritual de 70 años que buscó la nominación demócrata en 2020, pero que no logró ganar terreno entre el abarrotado campo de candidatos. Después de abandonar la carrera, apoyó a Andrew Yang en las asambleas electorales de Iowa. Su decisión de postularse posiciona a Williamson como la primera en retar la nominación de Joe Biden, aunque es muy poco probable que la gane.


Joe Biden. Después de meses de decir que era su intención postularse para la reelección, el actual presidente lo hizo oficial el 25 de abril con la publicación de un video que decía «Completemos este trabajo». Parece que los puntos principales de su campaña se centrarán en lo que expresó: «En todo el país, los extremistas de MAGA se están alineando para quitar esas libertades fundamentales»… Para «recortar la seguridad social que has pagado durante toda tu vida mientras eliminan los impuestos para los muy ricos. Dictar qué decisiones de atención médica pueden tomar las mujeres, prohibir los libros y decirle a la gente a quién pueden amar. Todo mientras te hacen más difícil poder votar». Entre los trucos que este vetusto guerrerista utiliza para ganarse simpatizantes entre los votantes de la tercera edad o con algunas deficiencias psicomotoras, están el fingirse despistado, confundido, olvidadizo, tropezando o cayéndose de una bicicleta, al tiempo que apela a la solidaridad de los padres o madres que puedan tener un hijo con problemas de drogadicción como el suyo propio.


Robert F. Kennedy Jr. El demócrata Robert F. Kennedy Jr., activista por la seguridad de las vacunas y descendiente de una de las familias políticas más famosas del país, se postula para presidente. Presentó una declaración de candidatura el 5 de abril ante la Comisión Federal de Elecciones. Es hijo de Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy. Es el presidente de la junta directiva de Waterkeeper Alliance, un grupo ambiental sin fines de lucro que ayudó a fundar en 1999. Kennedy ha escrito o editado diez libros, incluidos dos bestsellers del New York Times. Él ha expresado la creencia, compartida por muchísima gente, en un vínculo entre ciertas vacunas y el autismo, habiendo declarado oportunamente que no está en contra de la vacunación, pero desea que sean más cuidadosamente probadas e investigadas hasta asegurarse que no producen efectos adversos de importancia. Por las características de la conformación de la sociedad estadounidense en la coyuntura actual en la que no existe una izquierda verdadera, Robert F. Kennedy Jr es el único que puede arrebatarle la nominación como candidato presidencial del Partido Demócrata a Joe Biden, y como tal, también el único que puede derrotar definitivamente a Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, ya que su propuesta contiene varios puntos que son determinantes para alguien que sea verdaderamente progresista, el más importante de todos: la paz.


 En el momento actual, obviando una categorización ideológica impertinente en el ambiente político de Estados Unidos, Robert F. Kennedy es la mejor opción que el sistema electoral es capaz de ofrecer al electorado, porque él representa:

– La historicidad de los procesos políticos estadounidenses tal y como pueden ser rastreados en el compromiso que con ellos han tenido varios elementos destacados de su familia por varias generaciones. Un compromiso caracterizado por honestidad, honorabilidad, consecuencia y sacrificio.


– La denuncia de una seudoizquierda que es en realidad la mascarada de un fascismo que evolucionó en globalismo.


– El rescate de los valores tradicionales del elemento nuclear de la sociedad que es la familia en su forma más natural y tradicional, la que define y coadyuva en la existencia misma de las comunidades.


– La visión de un mundo en que el análisis objetivo de la realidad permite la emanación de decisiones políticas encaminadas a propiciar un ambiente de libertad en el que cada persona pueda aspirar a su mejor bienestar.


 Los puntos débiles que el establishment buscará definir y explotar como desventajas de este promisorio y esperanzador aspirante a la nominación presidencial del Partido Demócrata, podrían ser:

– Presentarlo como un activista antivacunas, basado en conclusiones seudocientíficas, con el convencimiento de que la mayoría de votantes que se identifican como demócratas siguieron las instrucciones del liderazgo político y se vacunaron contra el COVID-19, usaron la mascarilla y se sometieron a las cuarentenas.


– Denunciarlo como un teoricista conspirativo con vínculos cercanos a reconocidos elementos de dicha tendencia en la ultraderecha, incluyendo de QAnom.


– Intentar desprestigiarlo, sacando a relucir algún incidente (o dos) con la ley durante su juventud, aunque ya sea del conocimiento público.


– Demeritarlo como figura de proyección pública debido a su padecimiento de disfonía espasmódica, lo que hace temblar su voz y dificulta su habla, sobre todo al inicio de sus discursos.


 Al momento de esta elaboración, Robert F. Kennedy Jr, según el sitio web today.yougov.com, presentaba los siguientes resultados en cuanto a popularidad y fama, entre generaciones y por sexo:


– Mileniales
Fama: 86% Popularidad: 46% 

– Gen X
Fama: 92%  Popularidad: 33% 

Baby Boomers
Fama: 98%  Popularidad: 44%

– Hombres
Fama: 93% Populridad: 41% 

– Mujeres
Fama: 89% Popularidad: 42%

El Burro, Asno, Borrico, Jumento o Rucho

 Es muy interesante todo lo que simboliza el asno, de acuerdo a la elaboración de los autores del Diccionario de los símbolos, que se reproduce a continuación.

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Aunque el burro es para la mayoría de la gente el símbolo de la ignorancia, no se trata más que de un caso particular y secundario de una concepción más general que hace de él, casi universalmente, el emblema de la obscuridad, o incluso de las tendencias satánicas.

 En la India sirve de montura a divinidades exclusivamente funestas, y particularmente a Nairrita, guardián de la región de los muertos, y a Kālarātrī, aspecto siniestro, de Dēvi. El asura Dhenuka tiene la apariencia de un jumento.

 En Egipto el asno rojo es una de las entidades más peligrosas que encuentra el alma en su viaje postmortem; lo que la expresión malvado como un asno rojo popular en Francia tiende curiosamente a confirmar. Este animal podría por otra parte ser identificado a la bestia escarlata del Apocalipsis (Guénon).  En el esoterismo ismaelita el asno de Dajjāl es la propagación de la ignorancia y de la impostura, en definitiva del literalismo cerril que actúa de pantalla contra el advenimiento de la visión interior.

 Se objetará la presencia del asno (o la mula, cuyo simbolismo es aquí casi idéntico) ante el pesebre y su papel en la entrada de Cristo a Jerusalén. Pero Guénon ha hecho observar que en el primer caso se opone al buey, como las tendencias maléficas a las tendencias benéficas, y que figura en el segundo caso con las mismas fuerzas maléficas vencidas, superadas por el Redentor. Se podría, ciertamente, atribuir un papel totalmente diferente a la montura del Jesús triunfante. En China el borrico blanco es por otra parte algunas veces la montura de los Inmortales.

 En la escena de los Ramos, se trata de hecho de una jumenta, distinción que no deja de tener importancia. En el mito del falso profeta Balaam, el papel de la burra es netamente benéfico, y Devoucoux no duda en hacerla símbolo del conocimiento, de la ciencia tradicional, lo que marca una inversión completa del símbolo inicial. ¿Hay que ver por ello un simbolismo iniciático en los honores reservados al burro durante la fiesta de los locos medieval? Devoucoux así lo da a entender. Hay sin embargo, en toda esta fiesta, un aspecto de parodia, de vuelco provisional de los valores, que resulta ser esencial y nos conduce de nuevo a las nociones primeras. Se trata, apunta Guénon, de una canalización de las tendencias inferiores del hombre caído, con vistas a limitar sus efectos nefastos, en suma de lo que la terminología moderna llamaría un desahogo controlado: el acceso momentáneo del asno al coro de la iglesia es imagen de ello. Si se quiere hablar aquí de ciencia sagrada, será sin duda por inversión y broma. Por un luciferanismo de carnaval, el asno satánico substituye la burra del conocimiento.

 El borrico significa al elemento instintivo del hombre, una vida que se desarrolla enteramente en el plano terrestre y sensual. El espíritu cabalga la materia que debe estarle sometida, pero que escapa a veces a su dirección.

 Conocida es la novela de Apuleyo, El Asno de oro o las Metamorfosis, que relata los avatares de Lucio, desde la habitación perfumada de una cortesana sensual hasta la contemplación mística delante de la estatua de Isis. Una serie de metamorfosis ilustran la evolución espiritual de Lucio. Su transformación en burro es, dice Jean Beaujeu comentando esos pasajes, «la manifestación concreta, el efecto visible y el castigo de su abandono al placer de la carne». La segunda metamorfosis, «que le restituye su figura y su personalidad humanas, no es solamente una manifestación brillante del poder salvador de Isis, significa el pasaje de la desgracia, de las voluptuosidades mediocres, de la esclavitud entre las manos de la fortuna ciega, a la felicidad sobrenatural y al servicio de la divinidad todopoderosa y providencial; es una verdadera resurrección, la resurrección interior». Vuelto humano de nuevo, Lucio puede seguir la vía de la salvación, entrar en el camino de la pureza y acceder a las iniciaciones más sublimes. Efectivamente, sólo entra en la intimidad del conocimiento divino, por una serie de pruebas cada vez más exaltantes, después de haberse despojado del asno y haber revestido de nuevo el hombre.

 La expresión orejas de burro proviene de la leyenda según la cual Apolo cambia las orejas del rey Midas por orejas de burro, por haber preferido frente a la música del templo de Delfos los sonidos de la flauta de Pan. Esta preferencia indica, en lenguaje simbólico (las orejas de burro), la búsqueda de las seducciones sensibles más que la armonía del espíritu y la predominancia del alma.

 El arte del Renacimiento ha pintado diversos estados del alma con los rasgos del asno: el desaliento espiritual del monje, la depresión moral, la pereza, la delectación morosa, la estupidez, la incompetencia, la testarudez, una obediencia un poco tonta (TERS, 28-30). Los alquimistas ven en el borrico el demonio de tres cabezas, una representando el mercurio, la otra la sal, la tercera el azufre, los tres principios materiales de la naturaleza: el ser terco.

 En su descripción del Descenso a los Infiernos, Pausanias señala la presencia junto a carneros negros, víctimas de sacrificios, «de un hombre sentado; la inscripción lo llama Ocnos; es representado trenzando una cuerda de junco: una borrica, que está junto a él, va comiendo esta cuerda a medida que él la trenza. Se cuenta, que Ocnos era un hombre muy laborioso, que tenía una mujer muy pródiga, de suerte que ella había comido en seguida lo que él amasaba rabajando» (10, 28-31). La alusión es transparente, al menos para la mujer. Pero su enigmático marido no está desprovisto de interés, por cuanto completa el simbolismo del relato. «Su nombre significa: duda, indecisión. Su presencia en ese contexto invita a ver en él al símbolo de una debilidad, e incluso de un vicio: la duda que conduce a no tomar partido y no rematar jamás las empresas» (Jean Defradas). A esta luz, el simbolismo de la escena conyugal pasa a ser enteramente transparente.

 El asno aparece sin embargo como un animal sagrado, según ciertas tradiciones. Desempeña un papel importante en los cultos apolíneos: en Delfos, los burros se ofrecían en sacrificio. Un jumento llevaba el cofre que servía de cuna a Dionisio; también este animal le es atribuido. Siguiendo otra tradición, este sacrificio de borricos sería de origen nórdico: «Nadie sabría, ni por mar, ni sobre la tierra, encontrar la vía maravillosa que conduce a las fiestas de los hiperbóreos. Antaño Perseo, jefe de los pueblos, se sentó a su mesa y entró en sus moradas; los encontró sacrificando al Dios magníficas hecatombes de asnos; sus banquetes y homenajes no cesan de tributar a Apolo el gozo más vivo ¡y éste sonríe viendo erigirse la lubricidad de los brutos que inmolan!» (Píndaro, décima Pítica). En Aristófanes (Las ranas) el esclavo de Baca dice a su señor que le coloca un fardo sobre la espalda: «y yo soy el asno que lleva los misterios». Tal vez la escena no es más que un sarcasmo. Pero el jumento portador de misterio no es una imagen aislada; se interpreta como el símbolo del rey o del poder temporal.

 El asno silvestre, el onagro, simboliza a los ascetas del desierto, los solitarios. Razón es de ello, sin duda, que el casco del onagro designa una córnea que no puede ser atacada por ningún agua venenosa. La quijada de asno es reputada también por su extrema dureza: con una sola quijada de asno, Sansón pudo matar a mil enemigos.

 El borrico se vincula a Saturno, el segundo sol, que es la estrella de Israel. Ha habido también, en ciertas tradiciones, identificación entre Yahvéh y Saturno. Eso explicaría tal vez que, siendo Cristo el hijo del Dios de Israel, algunas caricaturas satíricas hayan representado crucifijos con cabeza de burro.

 La asna simboliza la humildad y el rucho la humillación. Ricardo de Saint-Victor dice que el hombre tiene necesidad de comprender el sentido dado a la jumenta, a fin de penetrar en la humildad, tornándose vil a sus propios ojos (De gen. Paschate, PL, 196, 1062-1064 y Sermons et opuscules spirituels, París 1951, 89).

 Si Cristo ha querido sentarse sobre semejantes monturas —dirá Ricardo de Saint-Victor— es para mostrar la necesidad de la humildad. De donde el texto: «Sobre quién pues reposa mi espíritu, dice el Profeta, sino sobre el humilde, sobre el pacífico, sobre aquel que tiembla con mis palabras» (Prov 16, 18). «Monta la borrica quien se ejercita en las prácticas de la humildad verdadera, interiormente, delante de Dios; pero montar el truchano de la burra es como mostrarse atento a los deberes de la humillación verdadera, exteriormente, delante del prójimo» (ibid., Opuscules et sermons, p. 95).

 La burra es aquí símbolo de paz, pobreza, humildad, paciencia y coraje; se presenta por lo general favorablemente en la Biblia: Samuel parte a la búsqueda de las asnas perdidas; Balaam es instruido por su borrica que le advierte de la presencia de un ángel de Yahvéh; José se lleva a María y Jesús a lomos de una jumenta hacia Egipto para huir de las persecuciones de Herodes; antes de su pasión, Cristo hace su entrada triunfal en Jerusalén sobre una burra.

 Fuente:

Dictionnaire des symboles
AA. VV., 1969


Salomón y la Alta Magia

 Interpretación de la imagen de Adda-Nari, la Isis india, hecha por el famoso mago Cipriano, según aparece en el libro titulado La magia suprema negra, roja e infernal, cuya autoría se adjudica al mismo autor del Libro de San Cipriano, un tal Jonás Sufurino, y que fue publicado en 1762. 

Adda-Nari

MAGIA SUPREMA ROJA

Salomón y la alta magia

 Salomón es la clave de la magia postdiluviana. Yo, Cipriano, que le he invocado en mis éxtasis, declaro que la magia que el sabio rey ejercía es la verdadera, y que la verdadera magia no es otra cosa que el prin­cipio de la sabiduría.

 Hay, sin embargo, dos clases de magia: la negra y la roja. La una, la que ejercen los taumaturgos, dota­dos por los espíritus del mal de particulares y excep­cionales facultades, y la otra, la que ejercen los verda­deros magos, revelada por Seth; por este transmitida a Noé; difundida más tarde por toda la Caldea por Abraham; enseñada al sacerdocio egipcio por Joseph; ordenada por Moisés y practicada por Salomón; oculta bajo símbolos en el Antiguo Testamento; revelada por Jesús a San Juan y contenida bajo figuras hieráticas en el Apocalipsis de este apóstol.

 La primera ha sido ejercida por los hijos de los hom­bres, es decir, por los descendientes de Caín, y proce­de, según la tradición de Henoch, de la rebelión de algunos ángeles, quienes, por un pecado análogo al de Adán, se vieron privados de la gracia. Los que ejercen la taumaturgia o esta clase de magia, son im­potentes para evocar a los espíritus de la luz. Esta, magia implica el dominio de la fuerza brutal; por eso Hermes Trismegisto, en su Tabla de esmeralda, la representa bajo el emblema de un tigre.

 La segunda ha sido ejercida por los hijos de Dios, por los descendientes de Seth, y representa la dulzura de la inteligencia. La ejercen quienes lo mismo tienen imperio sobre el macrocosmo que sobre el micro­cosmo, porque la voluntad es humanamente omni­potente cuando se arma con las fuerzas vivas de la na­turaleza y con las de la sabiduría. La verdadera magia procede de Seth, quien por sus virtudes mereció ser iniciado en ella en el propio Paraíso, de que sus padres fueron arrojados por el pecado original. Hermes la pinta bajo el emblema de un buey embozalado a los pies de Adda-Nari, la Isis del pueblo índico.

 La primera magia representa la rebeldía; la segunda la obediencia.

 ¿Queréis que os inicie en los misterios que Isis re­presenta?

 Pues ved su grabado, examinadlo con atención y leed luego con sumo cuidado la descripción de esos misterios:

 Sobre su frente está el signo de la liga o de la generación universal.

 A la derecha un tigre se acuesta sobre sus pies: es el hombre malvado e ignorante; a la izquierda está, asimismo acurrucado un buey embozalado: es el hom­bre bueno, el neófito.

 Isis permanece en pie entre el malvado y el bueno; entre la rebeldía y la obediencia.

 Tiene cuatro brazos que representan los cuatro elementos, cada uno de los cuales aparecen en sus manos.

 El fuego está representado por una espada; el aire por una argolla; la tierra por una rama en flor, que hace las veces de cetro, y el agua por un vaso.

 Un manantial de leche mana de la cabeza de Isis; pasa por delante del buey embozalado, cae a sus pies y circula en derredor por debajo de los del tigre, que no la ve.

 La leche de la ciencia no mana para el malvado. Si quiere beberla será menester que la vea, y para verla es preciso que doble la cerviz y la busque.

 Los dos brazos de Isis, por la parte del tigre, sostie­nen el uno la espada y el fuego, el otro el aire y la argolla. El aire es la tempestad.

 El malvado debe estar mantenido por el fuego y por el hierro; el malvado debe llevar la argolla: las tem­pestades están desencadenadas sobre su cabeza.

 La naturaleza está velada por la parte en que se halla el malvado.

 El malvado no debe saber nada; no debe haber pie­dad alguna para él.

 La naturaleza lleva un collar. Por el lado del buey embozalado, ese collar está compuesto de cabezas hu­manas; representan la inteligencia que se une a la inteligencia y forman una cadena divina; por el costado del perverso, del tigre, el collar se convierte en cade­nas de hierro.

 Las cadenas para el malvado, la prisión, la esclavi­tud, porque el malo es un tigre; está armado, es fuerte, ama la sangre y la matanza, y el buey dulce y útil, debe ser protegido contra él.

 El tigre mira de soslayo los instrumentos de rigor suspendidos sobre su cabeza, y permanece inmóvil, huraño e inquieto.

 Por la parte del buey embozalado la naturaleza per­manece sin velo; para él no existen misterios; para él los dos brazos de Isis sostienen: uno la rama en florescencia: es la abundancia, es la inteligencia que abre su capullo, es la palma, el cetro, la recompensa; el otro, la copa que Isis aproxima al manantial de donde surge la leche para calmar al buey, para nutrirle.

 Una serpiente, cuya cabeza está del lado del bueno, rodea el cuello de Isis; es el manantial de la vida, la electricidad, el magnetismo, la luz, el gran agente mágico.

 Penden de su cuello tres collares en forma de tri­ángulo: son los tres mundos de la Cábala.

 Por el lado del tigre tiene nueve brazaletes: es el número del misterio. Por el del buey no tiene más que cinco; es el número de la inteligencia.

 Dos serpientes que se miran entre sí rodean el brazo con que Isis sostiene la rama en flor: es el símbolo del equilibrio, de la luz astral, secreto de la vida.

 Isis todo se lo da al bueno; por darle, aun le ofrece la piel del malvado, que lleva en su cintura, por el costado del bueno.

 Y toda la moral de esta figura se encuentra resu­mida por un solo signo: la mano que sostiene la rama en flor hace el signo del esoterismo, que recomienda el silencio.

 Esoterismo es lo que debe ocultarse.

 Exoterismo es lo que está permitido decir.

 Tiene abiertos los tres primeros dedos, que significan en quiromancia la fuerza, el poder, la fatalidad.

 Oculta el anular y el auricular, que representan la ciencia y la luz.

 Todo ello implica decir a los buenos y a los adep­tos: «Reuníos y tendréis la fuerza, el poder, con la cual dirigiréis la fatalidad, cuyo rigor dominaréis a vuestro antojo; pero ocultad al común de los hombres, a los malvados y a los faltos de inteligencia, la luz y las ciencias.»

 Los ángeles rebeldes, iniciados en la alta magia y transmitiéndola a hombres vulgares por intermedio de mujeres indiscretas, fueron la causa de que la ­civilización primitiva se derrumbara y de que los repre­sentantes de Caín se disputaran la posesión del mun­do, la cual posesión solo supo escapársele cuando la tierra fue inundada por el diluvio. El diluvio, pues, representa la confusión universal en que caen los seres humanos cuando desconocen las leyes de la na­turaleza.

La alta magia, la verdadera clave de las cábalas, dice que la ciencia está reservada a los hombres que son dueños de sus pasiones. En efecto, la casta natu­raleza no entrega las llaves de la cámara nupcial a los adúlteros.

 Por eso existen y existirán por todos los siglos de los siglos dos clases de hombres: los libres y los es­clavos.

 El hombre nace esclavo de sus pasiones; pero se manumite por la inteligencia. 


 Entre los que saben alcanzar su libertad y los que no pueden conseguirla, la libertad es imposible.

 A la razón le toca reinar; a los instintos obedecer.