La Opción más Viable entre Donald Trump y Joe Biden


 La agudizante crisis económica en los Estados Unidos y el desenmascaramiento de su estrategia de guerras de agresión permanente, no solamente a través de invasiones militares directas sino también a través de golpes de estado, revoluciones de color y cambios de régimen alrededor del mundo para imponer un globalismo totalitario y asfixiante, han conducido a una polarización política interna que se manifiesta de diferentes formas, incluyendo la reconfiguración de las opciones partidarias que se le presentan al electorado dentro del estrecho y restrictivo sistema electoral bipartidista del país.

 Al no existir ninguna posibilidad real y viable del surgimiento de una tercera fuerza independiente que represente de manera genuina los intereses de la mayoría, fuera de la desfasada estructura del sistema bipartidario con que el establishment se ha servido para mantener una inamovible dictadura con máscara de democracia, los sectores de la sociedad se ven forzados a configurar sus opciones dentro de dicho sistema restrictivo.

 Hasta hace muy poco tiempo, el electorado estadounidense se encontraba ante la funesta disyuntiva de tener que elegir en las próximas elecciones presidenciales de 2024, entre los dos peores candidatos que probablemente haya producido el sistema político del establishment: el expresidente Donald Trump y el actual mandatario Joe Biden. Esto porque –hasta mediados de abril– no se había presentado ningún precandidato de peso, en ninguno de los dos partidos, con la plataforma y el potencial requerido para afrontar y derrotar a cualquiera de ambos vejestorios de la corrupción y el guerrerismo inacabables. Es por eso que surgía la pregunta:

 ¿Hay opción para el electorado de Estados Unidos entre el decrépito guerrerista Joe Biden y el demagogo decrépito y criminaloide Donald Trump?

 La respuesta es afirmativa. Y surge después de considerar el creciente campo de candidatos aspirantes a sustituirlos en las preferencias de los electores en las elecciones presidenciales de 2024. Se llama Robert F. Kennedy Jr y lanzó su campaña a mediados de abril, constituyéndose en la tercera persona en hacerlo dentro del Partido Demócrata, puesto que ya antes lo habían hecho Marianne Williamson y el propio presidente Joe Biden. Aunque aún falta por verse si alguien más se lanzará al ruedo de la búsqueda de la candidatura presidencial en este partido, es prácticamente imposible que surja una figura con el capital político y popularidad que tiene Robert F. Kennedy Jr, ya que algunos que podrían haberse considerado serios aspirantes han expresado que no buscarán la nominación, o han sido devaluados vergonzosamente y sin subterfugios por la cúpula partidaria, como por ejemplo, el gobernador del estado de California, Gavin Newsom, y la vicepresidenta Kamala Harris.

 En el lado del Partido Republicano, el establisment está empleando la misma estrategia que tan buenos resultados le proporcionó durante el proceso preelectoral de 2020, cuando de manera inaudita saturó la contienda de nominación interna de l Partido Demócrata con un gran número de aspirantes para restarle votantes a Bernie Sanders, que en ese momento había logrado aglutinar una amplia mayoría, al haber presentado una plataforma progresista, aunque ahora este personaje, al igual que otros seudoizquierdistas, ha quedado desenmascarado como un verdadero guerrerista al brindar su apoyo a la conflagración en Ucrania. Este panorama es el que ahora puede verse en el terreno republicano, el cual está siendo poblado por aspirantes a la nominación a la candidatura presidencial de las más variadas tendencias y ofertas que dentro del partido puedan ofrecerse, en un claro y descarado esfuerzo de restarle capital votante al candidato que en verdad representa la esencia del ser y tipifica al elemento más natural de la derecha estadounidense: Donald Trump.

 Entre los numerosos contendientes que saturan el campo preelectoral republicano, solamente dos aparecen con alguna posibilidad de hacerle cosquillas a Donald Trump, aunque ciertamente ninguno pueda destronarlo. Ellos son el gobernador del estado de la Florida, Ron DeSantis (un exmilitar que desempeñó alguna función no clarificada relacionada con los detenidos en Guantánamo), cuyo programa es prácticamente una copia del de Trump, aunque presentado con menos visceralidad; y el ex vicepresidente Mike Pence (un personaje que ha logrado proyectar una imagen de sólida formación conservadora y suficiente honestidad y honorabilidad como para no ser el favorito de los desquiciados seguidores del trumpismo), siendo ambos vistos como vinculados y al servicio del establecimiento político.

 El campo de los aspirantes presidenciales del Partido Republicano está en gran parte establecido después de que creció sustancialmente durante mayo y junio, pero con la primera primaria presidencial todavía a casi un año de distancia, muchas cosas pueden cambiar antes de que los votantes acudan a las urnas. Hasta el 22 de junio se habían presentado 12 candidaturas, siendo estas:

Donald Trump, el expresidente, quien es considerado el favorito entre los aspirantes republicanos, pero su acusación por parte del Departamento de Justicia por cargos relacionados con su manejo de registros gubernamentales confidenciales podría impedir sus aspiraciones. El 8 de junio, un gran jurado federal lo acusó de cargos derivados de la investigación del fiscal especial Jack Smith sobre su manejo de documentos confidenciales del gobierno. Con esto, Donald Trump ha vuelto a consolidar su lugar en la historia, esta vez como el primer expresidente en ser acusado federalmente por el Departamento de Justicia, aunque por lo visto, todo esto no hace más que fortalecer su posición como aspirante a un segundo mandato en la Casa Blanca.


Nikki Haley, exgobernadora del estado de Carolina del Sur y exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas durante la administración de Donald Trump. Se desempeñó como la gobernadora número 116 de Carolina del Sur de 2011 a 2017, y fue la embajadora número 29 de Estados Unidos ante las Naciones Unidas durante dos años, desde enero de 2017 hasta diciembre de 2018. Como tal, Haley afirmó la voluntad de Estados Unidos de usar la fuerza militar en respuesta a más pruebas de misiles de Corea del Norte, a raíz de la crisis de 2017-2018 con ese país. Ella defendió los intereses de su gobierno, en particular el apoyo estadounidense a Israel en el Consejo de Seguridad, y lideró la retirada de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Después de haber proyectado una imagen muy desagradable en el ámbito internacional, decidió renunciar voluntariamente a su cargo en la ONU el 31 de diciembre de 2018.


Vivek Ramaswamy. A los 37 años y con un patrimonio neto de aproximadamente 600 millones de dólares, Ramaswamy se ha declarado un capitalista anti-woke (contrario al movimiento de los despertadizos), y ha denunciado la inversión corporativa basada en principios ambientales, sociales y de gobernanza. Es decir, un capitalista puro y reaccionario de primera línea.


Larry Elder. Un locutor negro de una estación de Radio de Los Ángeles, identificado con el trumpismo hasta en sus posiciones más absurdas. Fue candidato durante el esfuerzo republicano de destitución del gobernador de California en 2021. El esfuerzo de destitución fracasó y el gobernador Gavin Newsom mantuvo su puesto, pero Elder recibió la mayor cantidad de votos de su partido, 3.6 millones, cantidad muy por debajo de la que obtuvo el incumbente.


Asa Hutchinson. Uno de los privilegiados del establecimiento político que a la edad de 72 años cumplió dos mandatos como gobernador del estado de Arkansas, de 2015 a 2023. Excongresista que también fue uno de los administradores de la Cámara para el juicio político del presidente Bill Clinton.


Tim Scott. Senador de Carolina del Sur que apuesta por el atractivo de su visión optimista del país. Al anunciar el lanzamiento del comité exploratorio de su candidatura expresó: «Veo que Estados Unidos está hambriento de un liderazgo positivo y optimista».


Ron DeSantis. Ha presentado una agenda para reducir las tasas nacionales de delincuencia, promover la independencia energética y abordar la inmigración. Es considerado hasta ahora como el principal rival de Donald Trump por los medios de comunicación y los analistas tradicionales, apareciendo como el que los demócratas preferirían como adversario en la contienda, pues básicamente no difiere mucho ni de Trump, ni de Biden.


Mike Pence. El ex vicepresidente y gobernador de Indiana presentó la documentación pertinente ante la Comisión Federal de Elecciones el 5 de junio, consolidando su lugar en el campo republicano. Al hacerlo, expresó: «Sería fácil permanecer al margen, pero no fue así como me criaron. Es por eso que hoy, ante Dios y mi familia, anuncio que me postulo para presidente de los Estados Unidos». Pence, quien ha estado visitando estados de votación anticipada mientras reflexionaba sobre su participación en la contienda, ha sugerido que cree que es hora de que el Partido Republicano se aleje de Trump.


Chris Christie. Este exgobernador del estado de Nueva Jersey lanzó su segunda campaña presidencial el 6 de junio. En los comentarios hechos durante el anuncio de su campaña, Christie apuntó al expresidente Donald Trump, llamándolo «un hombre amargado y enojado que quiere recuperar el poder para sí mismo». El exgobernador de Nueva Jersey enmarcó su decisión de postularse para presidente en su creencia de que el país se encuentra en un momento crucial en el que tiene que elegir entre «grandes y pequeños».


Doug Burgum. Se ha desempeñado como gobernador del estado de Dakota del Norte desde 2016, y fue reelegido en 2020. Fue director general de una empresa de software, Great Plains Software, la que convirtió en una empresa de mil millones de dólares que fue adquirida por Microsoft.


Francis Suarez. Alcalde de Miami, que se lanzó a la carrera de 2024 a mediados de junio. Es cubano americano y hasta ahora es el único candidato republicano que podría identificarse como latino en el campo preelectoral de 2024. Ha declarado públicamente que su candidatura ayudaría a los republicanos a ampliar su atractivo para los votantes latinos. También ha expresado que su historia «demuestra la grandeza de este país, que este país brinda oportunidades a todos los que se preocupan por el sueño americano».


Will Hurd. Un exagente de los servicios de inteligencia de 45 años. Trabajó como oficial de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) durante casi una década y se postuló para representar al Distrito 23 del Congreso de Texas en 2014. Derrotó al demócrata titular por solo 2,500 votos y ganó la reelección dos veces antes de negarse a buscar otro mandato en 2020.


 Por parte del Partido Demócrata, solamente son tres, hasta el momento, las personas que se han declarado aspirantes a la nominación presidencial, siendo estas:

Marianne Williamson. Ella es una autora y consejera espiritual de 70 años que buscó la nominación demócrata en 2020, pero que no logró ganar terreno entre el abarrotado campo de candidatos. Después de abandonar la carrera, apoyó a Andrew Yang en las asambleas electorales de Iowa. Su decisión de postularse posiciona a Williamson como la primera en retar la nominación de Joe Biden, aunque es muy poco probable que la gane.


Joe Biden. Después de meses de decir que era su intención postularse para la reelección, el actual presidente lo hizo oficial el 25 de abril con la publicación de un video que decía «Completemos este trabajo». Parece que los puntos principales de su campaña se centrarán en lo que expresó: «En todo el país, los extremistas de MAGA se están alineando para quitar esas libertades fundamentales»… Para «recortar la seguridad social que has pagado durante toda tu vida mientras eliminan los impuestos para los muy ricos. Dictar qué decisiones de atención médica pueden tomar las mujeres, prohibir los libros y decirle a la gente a quién pueden amar. Todo mientras te hacen más difícil poder votar». Entre los trucos que este vetusto guerrerista utiliza para ganarse simpatizantes entre los votantes de la tercera edad o con algunas deficiencias psicomotoras, están el fingirse despistado, confundido, olvidadizo, tropezando o cayéndose de una bicicleta, al tiempo que apela a la solidaridad de los padres o madres que puedan tener un hijo con problemas de drogadicción como el suyo propio.


Robert F. Kennedy Jr. El demócrata Robert F. Kennedy Jr., activista por la seguridad de las vacunas y descendiente de una de las familias políticas más famosas del país, se postula para presidente. Presentó una declaración de candidatura el 5 de abril ante la Comisión Federal de Elecciones. Es hijo de Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy. Es el presidente de la junta directiva de Waterkeeper Alliance, un grupo ambiental sin fines de lucro que ayudó a fundar en 1999. Kennedy ha escrito o editado diez libros, incluidos dos bestsellers del New York Times. Él ha expresado la creencia, compartida por muchísima gente, en un vínculo entre ciertas vacunas y el autismo, habiendo declarado oportunamente que no está en contra de la vacunación, pero desea que sean más cuidadosamente probadas e investigadas hasta asegurarse que no producen efectos adversos de importancia. Por las características de la conformación de la sociedad estadounidense en la coyuntura actual en la que no existe una izquierda verdadera, Robert F. Kennedy Jr es el único que puede arrebatarle la nominación como candidato presidencial del Partido Demócrata a Joe Biden, y como tal, también el único que puede derrotar definitivamente a Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, ya que su propuesta contiene varios puntos que son determinantes para alguien que sea verdaderamente progresista, el más importante de todos: la paz.


 En el momento actual, obviando una categorización ideológica impertinente en el ambiente político de Estados Unidos, Robert F. Kennedy es la mejor opción que el sistema electoral es capaz de ofrecer al electorado, porque él representa:

– La historicidad de los procesos políticos estadounidenses tal y como pueden ser rastreados en el compromiso que con ellos han tenido varios elementos destacados de su familia por varias generaciones. Un compromiso caracterizado por honestidad, honorabilidad, consecuencia y sacrificio.


– La denuncia de una seudoizquierda que es en realidad la mascarada de un fascismo que evolucionó en globalismo.


– El rescate de los valores tradicionales del elemento nuclear de la sociedad que es la familia en su forma más natural y tradicional, la que define y coadyuva en la existencia misma de las comunidades.


– La visión de un mundo en que el análisis objetivo de la realidad permite la emanación de decisiones políticas encaminadas a propiciar un ambiente de libertad en el que cada persona pueda aspirar a su mejor bienestar.


 Los puntos débiles que el establishment buscará definir y explotar como desventajas de este promisorio y esperanzador aspirante a la nominación presidencial del Partido Demócrata, podrían ser:

– Presentarlo como un activista antivacunas, basado en conclusiones seudocientíficas, con el convencimiento de que la mayoría de votantes que se identifican como demócratas siguieron las instrucciones del liderazgo político y se vacunaron contra el COVID-19, usaron la mascarilla y se sometieron a las cuarentenas.


– Denunciarlo como un teoricista conspirativo con vínculos cercanos a reconocidos elementos de dicha tendencia en la ultraderecha, incluyendo de QAnom.


– Intentar desprestigiarlo, sacando a relucir algún incidente (o dos) con la ley durante su juventud, aunque ya sea del conocimiento público.


– Demeritarlo como figura de proyección pública debido a su padecimiento de disfonía espasmódica, lo que hace temblar su voz y dificulta su habla, sobre todo al inicio de sus discursos.


 Al momento de esta elaboración, Robert F. Kennedy Jr, según el sitio web today.yougov.com, presentaba los siguientes resultados en cuanto a popularidad y fama, entre generaciones y por sexo:


– Mileniales
Fama: 86% Popularidad: 46% 

– Gen X
Fama: 92%  Popularidad: 33% 

Baby Boomers
Fama: 98%  Popularidad: 44%

– Hombres
Fama: 93% Populridad: 41% 

– Mujeres
Fama: 89% Popularidad: 42%