Por fin la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se pronunció el día de ayer en contra del acoso a periodistas y medios de comunicación por parte de Nayib Bukele y algunos de sus funcionarios, incluyendo ministros y otros de menor rango. La declaración de la SIP probablemente se haya producido porque el gobierno del partido Nuevas Ideas (en alianza con GANA) ha atacado también a medios tradicionales de prensa, tales como El Diario de Hoy y La Prensa Gráfica, reconocidos en el país por representar y defender los intereses de la élite económica que ha dominado el control político del estado desde que éste se fundó, si no ejerciéndolo directamente a través de su partido de turno (PRUD, PCN, ARENA), a través del control mayoritario de la Asamblea Legislativa, la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la República y la nefasta Sala de lo Constitucional. Hoy los sectores conservadores tienen un contendiente que no solo se rehúsa a plegarse a su control, sino que los amenaza con desplazarlos del timón.
El gobierno de Nayib Bukele inició su gestión desmantelando los órganos de transparencia que habían sido creados en administraciones anteriores, lo que se consideraba un avance de la sociedad civil en lo que se refiere a la fiscalización del estado. También prohibió el acceso a conferencias de prensa a algunos medios que consideró no le eran favorables, tales como el periódico digital El Faro, la revista en línea Factum y El Diario de Hoy. Después ha ido desatando toda una campaña de ataques bien orquestados contra periodistas o medios que han realizado investigaciones sobre los actos de corrupción y abusos a los derechos humanos que sus funcionarios han cometido durante la prolongada cuarentena debido a la pandemia COVID-19.
Los ataques de Bukele a la prensa incluyen obstrucción de acceso a conferencias de prensa, campañas de difamación, vigilancia constante a periodistas en sus lugares de trabajo y vivienda, ataques cibernéticos a medios no afines y hasta ingreso a la morada y robo del equipo de trabajo como ha sido denunciado por al menos dos periodistas. A esto se agrega que Bukele y su partido Nuevas Ideas cuenta con alrededor de una docena de medios digitales que promueven sus acciones y hacen campaña contra los medios opositores; además posee un verdadero ejército de troles que minimizan o legitiman sus abusos en las redes sociales, aparte del sinnúmero de fanáticos seguidores que lo ven como un redentor mesiánico.
La escueta y tibia nota publicada en el sitio web de la SIP, dice así:
«La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó las amenazas contra medios y periodistas por parte del presidente Nayib Bukele de El Salvador y otros funcionarios del Poder Ejecutivo.
Periodistas y medios salvadoreños vienen denunciando el aumento de ataques del gobierno, la tirantez con la Presidencia, el bloqueo selectivo de información pública y la utilización de troles favorables al gobierno para denigrar a la prensa crítica e independiente. Los ataques se han recrudecido en medio de la pandemia del COVID-19.
El presidente de la SIP, Christopher Barnes y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Roberto Rock, condenaron la práctica del Poder Ejecutivo y otras autoridades y funcionarios del gobierno de estigmatizar, desacreditar y bloquear el acceso a información a periodistas y medios críticos de la gestión presidencial.
La Asociación de Periodistas de El Salvador informó el 31 de julio, Día del Periodista, que durante el primer año de gobierno de Bukele se han registrado 61 casos de agresiones contra periodistas provenientes del Poder Ejecutivo, funcionarios y fuerzas de seguridad.
Entre otros medios, los periódicos La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy, y los medios digitales El Faro y Revista Factum han sido blanco de ciberataques, amenazas, vigilancia, descrédito y calumnia a través de cuentas falsas en redes sociales y en plataformas creadas con fondos públicos.
Barnes, director de The Gleaner Company (Media) Limited, Kingston, Jamaica, y Rock, director del portal La Silla Rota, Ciudad de México, advirtieron que el discurso anti prensa del gobierno en las redes sociales podría incitar violencia y generar autocensura.«
Con relación a esta organización, en Wikipedia se lee:
Si lo que ha hecho Nayib Bukele en El Salvador lo hubiera hecho el presidente Nicolás Maduro en Venezuela, o el presidente Daniel Ortega en Nicaragua, no hay duda que la condena sería mundial y estruendosa, pero como se trata de las «travesuras» de un arropado, pues a la SIP le costó denunciarlo.