La Canción de La Pulga



Una vez había un rey
que tenía una gran pulga,
y no la quería menos
que si fuera su hija única.

Un día llamó a su sastre,
con su tijera y su aguja:
“Anda, tómale medidas,
que vista como ninguna”.

De terciopelo y de seda
iba la pulga vestida,
el traje lleno de bandas,
con una Gran Cruz encima,
y pronto empezó a mandar,
y fue ministro en seguida,
y en la Corte, sus hermanas
fueron gente de valía.

Las damas y los señores
de la Corte se quejaban,
la reina y sus camareras
sufrían atormentadas,
pero sin poder rascarse
y sin poder aplastarla.
A nosotros bien nos pican,
pero cada cual se rasca.
A nosotros bien nos pican,
pero cada cual se rasca.

(Canción
cantada por Mefistófeles en la taberna de Auerbach, en la obra literaria Fausto, de Johann Wolfgang Goethe).