La Celebración del Día 12 de Octubre



Imagen tomada de Christopher
Columbus and The New World
of his Discovery, de Filson Young

Han transcurrido más de 500 años desde que el navegante europeo, de origen
italiano, Cristóbal Colón, inesperadamente se encontró —en su búsqueda de una
ruta alterna a la India— con un continente desconocido, la mañana del viernes
12 de octubre de 1492. Un suceso no planeado, ni siquiera soñado, por la
imaginación del navegante genovés, le ha conferido desde entonces un pedestal
inmerecido en la historia escrita por los exaltadores de un heroísmo mal
concebido, en la que subyace, casi imperceptible, una elegíaca aclamación de
una supuesta supremacía racial. Pero el tiempo se ha encargado de ir poniendo
al descubierto los verdaderos motivos, las reales circunstancias, y la
personalidad verdadera de quien los europeos colonialistas, y particularmente
los españoles, consideran un gran símbolo de su espíritu expansionista y
carácter
subyugador y opresivo.




Desde inicios del siglo XX, a partir de 1913 para ser exacto, ha
habido muchísimos desfiles, incontables discursos y numerosas estatuas
conmemorando a Cristóbal Colón, junto a lo cual se ha venido desarrollando un
replanteamiento crítico de su vida y su legado. Este replanteamiento ha
provocado que la celebración del 12 de octubre haya cambiado de nombre y hasta
de motivo en la mayoría de países, aunque en algunos la nueva denominación
todavía rememora la supuesta supremacía ibérica. Y no pudo ser nadie más que un
español quien se inventó la celebración de ese día nefasto para los pueblos
aborígenes que poblaban el continente americano antes de la llegada de los
ibéricos. La denominación fue creada en 1913 por el ex ministro español
Faustino Rodríguez-San Pedro, como Presidente de la Unión Ibero-Americana,
quien pensó en una celebración que «uniese» a España y lo que ellos
llaman Iberoamérica, escogiendo el día 12 de octubre, habiéndose celebrado por
primera vez en 1914 como «Fiesta de la Raza», y pasándose a llamar
«Día de la Raza» desde 1915. Y a partir de entonces, esta celebración
absurda como muchas otras, ha cambiado de nombre en varios lugares, incluyendo
El Salvador, en donde actualmente se le llama «Día de la Hispanidad»,
siempre resaltando el elemento españolizante de la celebración; aunque en
algunos países como Nicaragua, en donde se conoce como «Día de la
Resistencia Indígena», lo que se pretende celebrar es el único aspecto
memorable del histórico suceso, ya que ninguna raza celebra genocidios. Desde
la década de 1970, la vida y el legado de Cristóbal Colón han sido examinados más
críticamente por académicos y  público en
general, y los sentimientos encontrados ahora asociados con el día así lo reflejan.
Según el historiador Mateo Dennis, en un periodo de 50 años, a partir de 1492,
las Antillas Mayores y las Bahamas vieron su población reducida, de un estimado
de millones de personas, a alrededor de 500; una estadística extremadamente
impactante.




Curiosamente, el «descubrimiento» de América también se
celebra en Estados Unidos, un país anglosajón que por lo general solamente conmemora héroes
anglosajones; llamándosele a esta celebración «Columbus Day» («Día de Cristóbal Colón»). Y los
impulsores de esta festividad no fueron los integrantes de la mayoría de
descendientes ingleses, ni minorías ibéricas, ni mucho menos los abatidos
pueblos aborígenes. Fue la comunidad italiana, que con la implantación de esta
celebración buscaba sacudirse la discriminación religiosa y étnica de que era
objeto por parte de la mayoritaria comunidad anglo, que consideraba a la gente
italiana inferior en la época de principios del siglo XVIII.




Hasta mediados de la década de 1700, Cristóbal Colón no era muy
conocido entre la mayoría de estadounidenses. Esto comenzó a cambiar a finales
de 1700, después de que Estados Unidos se independizara de Gran Bretaña. El
nombre «Columbia» se convirtió en un sinónimo de los Estados
Unidos, siendo el nombre que pasó a ser utilizado para identificar
diversos hitos de la nación recién establecida, tales como el Distrito de
Columbia, la Universidad de Columbia y el río Columbia. La primera
conmemoración oficial en Estados Unidos del viaje de Colón se produjo en 1892,
cuando el entonces presidente Benjamín Harrison se convirtió en el primer
mandatario en convocar una celebración nacional del «Día de la Raza»,
en honor a los 400 años del «descubrimiento» de América. Pero fue
hasta 1934 que se convirtió en fiesta federal, durante la administración de Franklin
Roosevelt, y en 1970 el Congreso declaró que a partir de entonces, sería el segundo lunes de octubre.



Ahora muchas personas entienden ampliamente
que Colón era un saqueador y asesino, cuyas expediciones condujeron a la
esclavitud, la masacre, la explotación sexual y la eventual aniquilación de la
población taína; y que sus ataques iniciales contra los arahuacos y lucayos,
junto al robo de sus tierras, fueron la base para el mayor genocidio que
registra la memoria humana.




Al resaltar el legado de Cristóbal Colón
como algo digno de admirar o históricamente correcto, y negando de esa manera
los verdaderos legados y la historia de los pueblos indígenas, los grupos
dominantes promueven una cultura para borrar la memoria. Los defensores de la conquista
han continuado borrando a los pueblos originarios de la historia de este
continente, con el fin de mantener una mitología que representa a los primeros
colonos como individuos valientes y emprendedores, que establecieron una nueva
frontera en la búsqueda de la libertad. Esta representación ficticia de la
colonización es racista, y totalmente falsa, y sin embargo, se perpetúa
continuamente con el fin de mantener el poder estructural de la supremacía
blanca.