Creencias Extrañas: El libro de Mormón

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El Libro de Mormón es un texto sagrado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la mayoría de otras iglesias mormonas. De acuerdo con los primeros relatos del origen del libro, su contenido se deriva de inscripciones en un conjunto de antiguas «placas de oro» dadas a Joseph Smith, hijo, en 1827 por un ángel misterioso llamado Moroni. Smith dijo que este ángel recuperó las placas de un depósito de piedra que había sido enterrado en una colina cerca de la ciudad estadounidense de Palmira, estado de Nueva York. Aunque las inscripciones en las placas estaban en un idioma desconocido, Smith fue finalmente capaz de traducirlas al inglés y publicarlas en un libro. Después de que terminó la traducción, regresó las placas al ángel misterioso, y nunca se han vuelto a ver.

El libro, que fue publicado en 1830, describe la historia de un antiguo grupo de hebreos que supuestamente viajó desde Jerusalén a América en el año 600 a. C. Algún tiempo después de su llegada, se dividieron en dos grupos. Un grupo, llamado los lamanitas, abandonaron su antigua religión hebrea y se convirtieron en los ancestros de los indígenas de América. El otro grupo, los nefitas, mantuvieron la antigua religión y crearon una gran civilización. Con el tiempo estos nefitas fueron visitados por Jesús, quien les dio muchas enseñanzas y profecías. Más tarde, después de que Jesús había regresado al cielo, los nefitas hicieron una guerra contra los lamanitas, y por último, toda su civilización fue aniquilada en el año 400 d. C., aproximadamente.

Sin embargo, dos de los últimos sobrevivientes nefitas, un profeta llamado Mormón y su hijo Moroni, crearon una historia de todo lo que había sucedido y la inscribieron en un conjunto de placas de oro. Moroni puso las placas en un depósito de piedra con algunos otros artefactos y lo enterró en el suelo cerca de la ubicación actual de Palmira. Enterró la caja alrededor del año 420 a. C., y murió poco después. Pero más tarde fue resucitado como un ángel, y fue en esta forma que se apareció a Smith en la década de 1820 y le dio las placas.

Las descripciones de las placas dicen que eran aproximadamente de 8 pulgadas de largo, 6 pulgadas de ancho, y lo suficientemente delgadas para ser flexibles. Las estimaciones de su peso total variaban de 30 a 60 libras. Al parecer, su composición nunca fue determinada, pero su color y otras características físicas sugieren que probablemente eran, ya sea de oro puro, o de una aleación de oro con otro metal. Se mantenían unidas a lo largo de uno de los bordes por tres aros de plata, y esto les permitía ser hojeadas como las páginas de un libro.

Las placas estaban grabadas en ambos lados con extrañas inscripciones. Pero Smith pudo traducirlas al inglés mediante el uso de lo que llamó «piedras videntes». Estas eran pequeñas piedras redondeadas con propiedades mágicas que le permitieron mentalmente visualizar una traducción correcta de las inscripciones. Por desgracia, su traducción de la primera parte del libro se perdió y nunca fue publicada. Además, no pudo traducir todas las placas porque una sección de ellas era «sellada» y no podía ser abierta. Dijo que este grupo de placas contenía una revelación especial de Dios que se revelaría al mundo e un tiempo futuro desconocido.

Inicialmente Smith no dejaba que nadie más viera las placas, aunque en una ocasión, supuestamente, las envolvió en una toalla y permitió que unos pocos individuos las sostuvieran brevemente de esa manera. Finalmente, después que varias personas expresaron dudas sobre su existencia, decidió mostrarlas a algunos conocidos. En total las mostró a once hombres, conocidos como los Testigos del Libro de Mormón, quienes más tarde brindaron testimonios escritos declarando que habían visto las placas. Pero no está claro si estos testigos realmente vieron las placas reales o solamente vieron una «visión» de ellas. Y puesto que Smith dijo que más tarde regresó las placas al ángel Moroni, la verificación independiente de su existencia no es posible en la actualidad. Muchos mormones creen que las placas se mantendrán ocultas hasta que haya llegado el momento para mostrar a la humanidad la sección sellada que contiene la revelación especial de Dios.

 
Esta pintura de C.C.A. Christensen muestra 
 a Joseph Smith, hijo, recibiendo las placas 
 de oro del ángel Moroni.

(Traducido del libro Weird Beliefs, del autor Barry Wilson).