Orígenes Históricos del Ejército Guerrillero (Continuación)

(VI)

En 1972 se
ejecutó el más escandaloso fraude electoral que registra la historia de El
Salvador. Los partidos de la oposición democrática crearon la coalición Unión
Nacional Opositora (UNO), en un esfuerzo concertado para derrotar a los grupos
retrógradas representados en el oficialismo del PCN. Los candidatos de la
oposición fueron José Napoleón Duarte y Guillermo Manuel Ungo; mientras que el
General Fidel Sánchez Hernández impuso como candidato oficialista al Coronel
Arturo Armando Molina.


El pueblo
cansado de la dictadura militar oligárquica cifró sus esperanzas en la
coalición opositora y el día de las elecciones se volcó a los puestos de
votación de manera masiva. El triunfo de la UNO fue categórico, pero el Consejo
Central de Elecciones, integrado por elementos del PCN, se encargó de ejecutar
el fraude, y pocos días después, los diputados pecenistas nombraron presidente
de la república al Coronel Molina, consumándose de ese modo una gran burla
contra la voluntad soberana del pueblo.


Poco
después de este suceso, el 25 de marzo se produjo el alzamiento de la juventud
militar, la corriente progresista de la Fuerza Armada, en un intento por
rescatar al ejército y volverlo al lugar que realmente debía ocupar: al lado de
los intereses del pueblo. El intento golpista, dirigido por el Coronel Benjamín
Mejía, fracasó dejando un saldo de más de 100 muertos y 200 heridos.
Posteriormente, el 10 de julio de 1972, la Fuerza Armada allanó la Universidad Nacional
de El Salvador (UES) usando tropas y helicópteros, causando daños materiales de
consideración.


El Coronel
Molina quiso apaciguar las manifestaciones de descontento popular utilizando un discurso demagógico e intentando el
ensayo de un proyecto de reforma agraria al estilo de Taiwán, pero fracasó ante
la férrea oposición de los terratenientes. Su proyecto industrial de zonas
francas no pudo desarrollarse porque no existió suficiente confianza de los
inversionistas extranjeros debido al creciente accionar del naciente ejército
guerrillero. Con el lema de gobernar «con definición, decisión y
firmeza», Molina escaló la represión masiva y selectiva en la ciudad y el
campo, pese a lo cual la organización popular continuó creciendo destacándose
en este periodo el surgimiento del combativo Frente de Acción Popular
Unificada, FAPU.

La Fuerza
Armada ejecutó durante el periodo gubernamental del Coronel Molina varias
masacres que aún no han sido esclarecidas: el 1 de mayo de 1974, la FAES
realizó la masacre de Chinamequita; el 29 de noviembre del mismo año, la misma
FAES llevó a cabo la matanza de La Cayetana; en junio de 1975 fue la masacre en
Tres Calles, y el 30 de julio fue masacrada una manifestación de estudiantes
frente al hospital del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, ISSS. El régimen
del terror fue imponiéndose sobre el pueblo salvadoreño. Sin embargo, en vez de
disminuir, la movilización popular continuó en aumento, y también hubo un
incremento en la actividad de las organizaciones revolucionarias armadas, las
cuales ejecutaban acciones en represalia contra el régimen y para reivindicar a
los masacrados. En 1975 cayó en combate Felipe Peña Mendoza, uno de los
fundadores de las FPL, y Rafael Arce Zablah (fundador del ERP) cayó en la toma
de la villa El Carmen, La Unión.