La Muerte de Domingo Monterrosa

El 23 de octubre de 1984, el teniente coronel José Domingo Monterrosa Barrios, considerado por algunos miembros del ejército salvadoreño como uno de sus mejores estrategas, murió en la jurisdicción de Joateca, departamento de Morazán, al explotar el helicóptero en que se conducía junto a otros militares poco después de despegar, en un hecho que en un principio fue reportado como un accidente y posteriormente corroborado como una operación exitosa de la guerrilla. 

Junto al comandante de la Tercera Brigada de Infantería de la ciudad de San Miguel, murieron el comandante del Centro de Instrucción de Comandos Especiales de San Francisco Gotera, teniente coronel Napoleón Herson Calito; el jefe de operaciones de esa misma institución, mayor Nelson Alejandro Rivas; y el comandante del batallón Atlacatl, mayor José Armando Azmitia Melara; los pilotos, subteniente piloto aviador Mauricio Antonio Duarte Arévalo; subteniente cadete Oscar Villega Guevara; y subteniente Cadete Arturo Aparicio Erazo; los soldados artilleros Manuel Gómez Martínez y Miguel Ángel Martínez; el sacerdote Carlos René Guillén; el sacristán Juan de Dios Andrade; y tres miembros del Comité de Prensa de las Fuerzas Armadas, COPREFA, siendo ellos Juan Paulino Rivas, Joaquín Baltazar del Tránsito Reyes y René Mauricio Quintanilla. 

El portavoz oficial, teniente coronel Ricardo Cienfuegos, informó que el suceso se produjo alrededor de las cuatro de la tarde y calificó la noticia de “trágica”, no solo por las 14 vidas perdidas, sino también por el duro golpe que asestó la guerrilla al ejército salvadoreño. Para sustituir a Domingo Monterrosa en el mando de la Tercera Brigada, se nombró al teniente coronel Miguel Antonio Méndez, que hasta ese momento ejercía la comandancia de un batallón especial. 
El periódico estadounidense The New York Times reportó que la muerte de los militares y sus acompañantes se produjo en el marco de una operación en la que Monterrosa había invadido el norte de Morazán usando 2,300 efectivos tres días después de que el presidente José Napoleón Duarte sostuviera una histórica reunión de diálogo con los líderes rebeldes. Poco antes de iniciar el operativo denominado Torola IV, el teniente coronel Domingo Monterrosa había declarado, ante un nutrido grupo de periodistas nacionales e internacionales, que aunque las conversaciones de paz habían comenzado, todavía no se había declarado un cese de fuego, y remarcó que su accionar era parte de una estrategia gubernamental de negociar y pelear a la misma vez.

«Esta es un nuevo tipo de operación y estamos conduciendo con éxito la lucha contra los subversivos», habría dicho el teniente coronel de 43 años de edad en una entrevista sostenida un día antes de su muerte en el cuartel de la Tercera Brigada de Infantería. «Estamos usando la tercera parte de hombres usados en operativos pasados y estamos ganando más territorio que antes». 

Fue durante el lanzamiento del operativo Torola IV el 18 de octubre contra la «capital» rebelde de Perquín, que tres asesores norteamericanos fueron vistos acompañando a Monterrosa, contraviniendo las reglamentaciones estadounidenses que prohibían su presencia en áreas donde se consideraba que había posibilidad de combate.

Domingo Monterrosa, quien fuera entrenado en Fort Benning, Georgia, en 1982, junto al batallón Atlacatl, era considerado el más destacado oficial de lo que los militares estadounidenses en el país retrataban como la nueva generación de líderes profesionales de las fuerzas armadas salvadoreñas. Los asesores identificaban a Monterrosa como uno de los más brillantes y más efectivos comandantes, el tipo de hombre que había inspirado sus unidades al éxito militar del que no se había escuchado antes.

En realidad Monterrosa había seguido al pie de la letra las instrucciones de «Tierra Arrasada» de los asesores norteamericanos, tal y como lo demuestra el hecho de que fue él quien planeó y dirigió la operación en la que fueron masacradas centenares de personas civiles, incluyendo menores, en El Mozote, en 1981. Y resulta curioso de que alguien que era considerado muy inteligente haya perecido al caer en una trampa en la que se empleó lo que se llama en la jerga militar «cazabobos»; porque posteriormente se corroboró que toda la pompa que se montó en torno al operativo en el que murió fue debido a que creyó que sus tropas habían capturado el equipo de transmisión de Radio Venceremos, emisora que fue la primera en anunciar su muerte.

El 16 de enero de 2012, el entonces presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pidió perdón en nombre del Estado por «la más grande masacre contra civiles de la historia contemporánea latinoamericana», en un acto en el que derramó lágrimas al dirigirse a familiares de las víctimas del batallón Atlacatl bajo el mando de Monterrosa.
Por su parte, Nayib Bukele, en su estilo más mediático, a pocas horas de haber sido juramentado como presidente de El Salvador, ordenó al alto mando de la Fuerza Armada y de forma inmediata que retiraran el nombre del coronel Domingo Monterrosa Barrios de la Tercera Brigada de Infantería con sede en San Miguel. El anuncio lo hizo la noche del  sábado 1 de junio de 2019 por medio de su cuenta de Twitter, y en el mismo escribió: “Se ordena a la Fuerza Armada retirar de inmediato el nombre del coronel Domingo Monterrosa Barrios del cuartel del la Tercera Brigada de Infantería de San Miguel”. Sin embargo, a poco más de un año de su mandato, el pasado mes de septiembre, nombró como embajadora de El Salvador en Estados Unidos a la diputada Milena Mayorga, persona que se ha declarado admiradora incondicional del fenecido militar.

Fuentes consultadas:
– Diario El País (1984), La guerrilla causa la muerte del mejor estratega del ejército y de otros siete oficiales salvadoreños al derribar un helicóptero
– La Prensa Gráfica. (1992), documento de La Prensa Gráfica El conflicto en El Salvador.
– The New York Times (1984), Army Commander in Salvador Dies in Copter Crash:
NOTA: En el libro Las mil y una historias de la Radio Venceremos, de J. I. López Vigil, se encuentra un relato detallado de la operación guerrillera en la que falleció Domingo Monterrosa y sus acompañantes.