Por
E.B.C.
E.B.C.
No
sabía del silencio ensombrecido en el estruendo
de los ruidos
apagados en el grito
del bullicio que nunca existió.
sabía del silencio ensombrecido en el estruendo
de los ruidos
apagados en el grito
del bullicio que nunca existió.
¿Dónde
está la más querida, la inolvidable,
aquella que siempre te
engañó
teniendo la copa por las manos
de la purísima
traición?
Y en ese torrencial llanto
de ese inalcanzable
silencio
sin comer hostia
yo te besé.