Poemas de Jaime Núñez


Reencuentro
                        (A Roque)

Cuántas
conciencias
se romperán
esta tarde
cuántas
imágenes no querrán
salir de
las láminas
de algún
libro soberbio…

Cuántos
poetas llorarán de impotencia
cuando los
alaridos
de la tarde
más silente
les
tromponéen lo sensible
y les
dicten
que la
cultura no es suficiente.

Cuántos
poemitas dulzones
entrarán en
controversia
al
presentir el descalabro de las liras.
Cuántas
pedradas recibirá Cristo
por
prepotente y loco.
Cuántos
piropos sonrojarán
a la
Magdalena…

De algo sí
estoy seguro
más de
alguna serenata popular
llegará
hasta tu sendero
hermano
consecuente
te llegarán
flores anónimas
muchacha
sencilla
pero el
antipoeta
entre
carcajadas
se marcha
en busca de
la historia…


Carta
            (Abril 7)

Mercy
es posible
que los dioses
me llamen a
su encuentro.
Ahora es
más completo el riesgo
la muerte
parece un gran ojo
revisándonos
el porte…

Adrián ha
caído
el guerrero
sonrisa
el compa
romántico
mucho, muy
lírico decía Zapata.

Todavía presiento
su forma
de
llamarnos en los fríos amaneceres:
Ya es hora,
despierte
compañerito.


Ansias

Recuerdas,
si estás pensando
en la
Juanita no podrás pegar
bien el
sietazo…

También mi
conciencia empolla
ilusiones
también
esta carne que sudo
está dispuesta.

También
alguien me espera…
Unas manos
amamantadoras
un saludo,
un abrazo de hermano
un besito
de cachorro travieso
un vientre,
una piel,
unos senos
una hembra
que llevo
dormida en
la sangre
un verso,
una patria
una tierra
verdadera…

Jaime Núñez y Noel Hernández Pineda

Jaime Núñez

REENCUENTRO

Por Jaime Núñez

Cuántas conciencias
se romperán esta tarde
cuántas imágenes no querrán
salir de las láminas
de algún libro soberbio…

Cuántos poetas llorarán de impotencia
cuando los alaridos
de la tarde más silenta
les tromponéen lo sensible
y les dicten
que la cultura no es suficiente.

Cuántos poemitas dulzones
entrarán en controversia
al presentir el descalabro de las liras.
Cuántas pedradas recibirá Cristo
por prepotente y loco.
Cuántos piropos sonrojarán
a la Magdalena…

De algo sí estoy seguro:
más de alguna serenata popular
llegará hasta tu sendero
hermano consecuente
te llegarán flores anónimas
muchacha sencilla
pero el anti poeta
entre carcajadas
se marcha
en busca de la historia.


∞ ∞ ∞ ∞

¿Cuántos compañeros cayeron en un mes de junio? Muchos, sin duda, y carecemos de los datos de cada uno de ellos para mencionar sus nombres y su heroísmo. No obstante creo que al recordar a uno de tantos hacemos homenaje a todos los compañeros y compañeras que ofrendaron sus vidas por un país diferente; uno de justicia y dignidad, que aun no hemos logrado, por lo cual es necesario reafirmar nuestro compromiso de lucha con los muertos y los vivos con el objeto de mantener latentes sus más elevados ideales.

En junio de 1991, el día 15 para ser preciso, dos valerosos y valiosísimos combatientes, integrantes de las estructuras de comandos urbanos del Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP, cayeron en abatidos en la ciudad de San Salvador, en cumplimiento de la misión. Eran “Caín” y “Juan” sus nombres de lucha. Sus verdaderos nombres eran Jaime Núñez y Noel Hernández Pineda. Hoy los recordamos para mantener viva la memoria de los héroes y mártires, especialmente aquellos que proceden de las entrañas del pueblo sencillo y valiente.

Un Poema de Jaime Núñez (Caín)


MAYO NANA (a Ester, nuestra madre).



Tengo ternura


de voz de madre


en los cabellos


alguna brisa de invierno


ruletea sobre la piel cuarteada


por el tiempo.



La risa de niño repicándome

al instante, al momento

que las chicas de al lado

sueñan con galanes extranjeros

es decir, los cheros de las telenovelas.


Cuando claree

tendré que jalarme de los cabellos

brincar al otro lado.

Justo en ti patria ingrata

se quedará la madre de los niños

la gran sala del teatro popular.


Ah, el hermano

extraño espécimen proletario,

duro heredero de las letras populares.

Se quedará el calor de la madre

dedicada y buena,

el suave arrullo del hogar sencillo

diré adiós a la chica del cabello claro

de ingreso a la Universidad violada.


En fin

algo de mí se deberá

a los cementerios

a los exilios

a los olvidos.