Resumen del Libro «Los Cuatro Acuerdos»

Por Esteban Balmore Cruz

Tipo de obra: Texto de autoayuda
Autor: Miguel Ángel Ruiz Macías (Don Miguel Ruiz)
Género: Espiritualismo
Primera publicación: 1997
Título del libro: Los Cuatro Acuerdos / Un Libro de la Sabiduría Tolteca

Comentario breve 

De acuerdo a datos no muy precisos, a principios de la década de 1970, cuando cursaba su último año en la facultad de medicina, Miguel Ruiz tuvo un grave accidente automovilístico que cambió el rumbo de su vida. Él había sido criado en un área rural de México por una madre que era curandera y por un abuelo que era nagual (chamán), pero había dejado atrás sus costumbres tradicionales. A pesar de la gravedad del accidente, el Sr. Ruiz resultó milagrosamente ileso y asegura que tuvo una experiencia espiritual inexplicable en su momento. Posteriormente, recurrió a la antigua sabiduría tolteca de su familia y se propuso convertirse en nagual, comprometido a guiar a las personas hacia una mayor libertad mental. Como se sabe, de todas las civilizaciones precolombinas que existieron en México, la Tolteca es una de las que menos se conoce, porque su existencia está basada únicamente en referencias de un código azteca que contiene más mitología que historia, y las deducciones de algunos arqueólogos que han sido cuestionadas posteriormente.

Resumen 

De acuerdo con el autor, en la sabiduría tolteca el mundo o la «realidad» se ve como un sueño colectivo, y la palabra usada para designar esta niebla de percepción es mitote, la cual es similar a la palabra hindú para ilusión, maya. Este sueño es igual a los sueños normales, excepto que sus reglas y costumbres de comprensión y comportamiento le permiten parecer más auténtico. Dice Miguel Ruiz que nacemos en una fantasmagoría prefabricada que incluye el idioma, la cultura, la religión y la familia, y que aceptamos seguirla porque es demasiado difícil de resistir, describiendo este proceso como «la domesticación de los humanos».

Para salir adelante, hacemos acuerdos invisibles con los demás: cónyuge, prole, sociedad, Dios. Sin embargo, los acuerdos más importantes que hacemos, son con nosotros mismos. Algunos nos benefician, pero muchos otros nos hacen padecer. Nos aferramos a ellos porque creemos que al no tenerlos seríamos algo menos. Según la sabiduría tolteca (la cual este autor se abroga la autoridad de conocer), los problemas de la mayoría de las personas surgen de no poder perdonarse a sí mismas por no ser perfectas; no obstante, son las reglas de otras personas las que están tratando de cumplir, no las propias. La buena noticia es que al tomar conciencia de nuestros acuerdos, podemos comenzar a controlar nuestras vidas. Podemos declarar «una guerra de independencia» en la que decidimos cómo veremos el mundo. En las tradiciones chamánicas, señala Ruiz, los individuos se denominan «guerreros» porque luchan contra el parásito en sus propias mentes.

Los Cuatro Acuerdos se convirtieron en un éxito de ventas después de que la actriz Ellen Degeneres hablara del libro mientras estaba en el programa de televisión de Oprah Winfrey. Si bien los conceptos dentro de la supuesta sabiduría tolteca están lejos de ser simplistas, los acuerdos en sí son fáciles de recordar.

Impecabilidad de palabra

Debemos mantener con nosotros mismos ser impecables con nuestra palabra. Ruiz no significa simplemente cumplir con todos nuestros compromisos, sino darse cuenta de que lo que decimos (tanto hablando al mundo como a nosotros mismos) determina la persona que somos y el mundo en el que vivimos. Lo que decimos es creativo, es decir, podemos usar nuestras palabras para crear ira o celos, o utilizarlas para sanar. Nuestras palabras son semillas que salen al mundo y vuelven a nosotros como una realidad madura. Otros animales no pueden hablar como nosotros, y ningún otro tiene la misma capacidad para crear una realidad maravillosa o terrible. Por ejemplo, Hitler creó una pesadilla mediante el uso de su palabra.

El Sr. Ruiz sostiene que chismorrear es un mal uso de la palabra y lo compara con un virus informático con intenciones dañinas. Al adoptar el primer acuerdo, nos volvemos más resistentes a los “hechizos de palabras” que otros puedan lanzarnos, pero lo más importante es que nos limpiamos del veneno emocional en nuestras propias mentes.

Nada personal

Al responderse a la interrogante de por qué nos ofendemos, el autor establece la conexión entre el hecho de que una persona se sienta ofendida, incluso por cosas pequeñas, y la creencia de esa persona de que es el centro de todo. Cuando el sentido de la importancia personal es muy fuerte, y los demás no la reconocen, existe una alta probabilidad de lastimarse. El problema de tomar las cosas personalmente es que se siente la necesidad de responder y defenderse para «demostrar que están equivocados». Esto, por supuesto, solo crea más conflicto.

Sin embargo, pocas cosas que se nos dicen, observa Ruiz, reflejan la verdad de quiénes somos. La crítica dice más sobre el estado mental y el condicionamiento de la persona que la emite, que la de la que es criticada. Así, el segundo acuerdo, no te tomes las cosas personalmente, incluye incluso críticas que se dirigen muy claramente hacia quien lée el libro.

Asumir nada

El mitote de la mente humana hace que veamos las cosas incorrectamente, que hagamos suposiciones que sólo conducen a más falsedades. Porque somos rápidos en asumir, asegura el Sr. Ruiz, que no tenemos la capacidad de ver las cosas como son. Los seres humanos temen no saber, así que inventamos respuestas a todas nuestras preguntas para sentirnos seguros, ya sean correctas o no.

En lugar de hacer suposiciones, se debe hacer preguntas. Sin la claridad que proviene de cuestionar (en lugar de asumir), las relaciones no funcionarán y las que se establezcan serán malas. El «sueño completo del infierno» en el que viven muchas personas, sugiere el autor, se deriva de su práctica de hacer una suposición incorrecta tras otra, sin cuestionar nunca.

Lo mejor es ser todo lo que se puede ser

El cuarto acuerdo de “hacer siempre lo mejor que puedas” suena un poco elemental. Entonces, ¿por qué Ruiz lo hizo tan central para vivir una buena vida? Uno de los principales problemas de la persona moderna es que continuamente se juzga con dureza de acuerdo con alguna medida externa. Pero si siempre haces lo mejor que puedes, es difícil juzgarte a ti mismo y crear culpa y arrepentimiento. Hacer tu mejor esfuerzo te libera. Si estás completamente comprometido con lo que estás haciendo en este momento, estás completamente vivo; no hay tiempo para extrañar a nadie ni a nada.

El cuarto acuerdo es clave para los tres primeros, dice Ruiz, porque si bien no siempre podrás ser impecable con tu palabra, o no tomar las cosas personalmente o hacer suposiciones, siempre eres libre de hacer tu mejor esfuerzo. El mundo está preparado para que sea probable romper los acuerdos, pero hay que perseverar. Liberarse de la mente, del mitote basado en falsos acuerdos, es como escalar una montaña. Es más difícil al principio, pero cuando los cuatro acuerdos se convierten en un hábito, es más fácil mantenerlos.

Conclusión 

En las obras de Carlos Castaneda (en cuya línea podría incluirse la del Sr. Ruiz), el viejo nagual Don Juan le dice al autor que “tenga una estrategia” para su vida. Si no lo hiciera, terminaría siendo un mero reflejo de la sociedad, con su yo original casi sepultado.

La premisa de Los Cuatro Acuerdos es similar, excepto que la estrategia se convierte en una historia. La pregunta de Ruiz es, ¿la historia de tu vida es realmente tuya o de otra persona? Hay una persona real que se esconde bajo nuestras capas de conformidad, y lo extraño es que muchos de nosotros queremos mantenerla envuelta. La súplica del autor es: Cualquiera que sea la estrategia o historia que se te ocurra para tu vida, debes asegurarte de que sea una creación consciente.

Pese a que la publicación de Los Cuatro Acuerdos está precedida y continuada por hechos sensacionales en la vida del autor (algunos no corroborables), como la frustración de una carrera profesional debido a un supuesto accidente estrepitoso de tránsito, una experiencia espiritual al estilo de Bill W., o de un profeta de la antigüedad, y un trasplante de corazón exitoso luego de largo padecimiento; y pese a que dichos acuerdos pueden parecer una interpretación muy básica de la sabiduría chamánica, su amplia acogida deja en claro que el mensaje del libro sobre un resurgimiento del yo de la burbuja del condicionamiento sigue siendo poderoso entre algunas audiencias. Si bien no es un gran escrito, y está lejos de la calidad de elaboración e investigación de Carlos Castaneda, el trabajo ha sido un regalo para muchas personas que están en una búsqueda por alternativas de prácticas espirituales distintas a las tradicionales.

Dato sobre la civilización tolteca 

Los eruditos modernos debaten si las narraciones aztecas de la historia tolteca deben recibir crédito como descripciones de eventos históricos reales. Si bien todos los estudiosos reconocen que hay una gran parte mitológica de la narrativa, algunos sostienen que mediante el uso de un método comparativo crítico se puede rescatar cierto nivel de historicidad de las fuentes. Otros sostienen que el análisis continuo de las narrativas mitológicas como fuentes de la historia real es inútil y dificulta el acceso al conocimiento verídico de la cultura de Tula de Allende.

Otras controversias relacionadas con los toltecas incluyen la cuestión de cómo comprender mejor las razones detrás de las similitudes percibidas en la arquitectura y la iconografía entre el sitio arqueológico de Tula y el sitio maya de Chichén Itzá. Los investigadores aún deben llegar a un consenso con respecto al grado o la dirección de influencia entre estos dos sitios.