Fragmentos del Libro «Historias de Barro» (II)

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ÁLAMO

Por Héctor A. Ibarra, «Genaro»

Se pasó el
tiempo y el enemigo no daba muestras de retirarse del frente. La mayoría de los
acampamentados fueron reintegrándose a sus estructuras de origen.  Se suponía que yo debía ser llamado a
reintegrarme a la mía y a mis actividades cotidianas. Se suponía que así debían
ser las cosas, pero no fue así.
Empleaba los
días en recorrer aquellos campamentos. Algunas veces me reunía con los
políticos de masas de la comunidad, que antes habían sido compas.
Frecuentemente citaba a alguna base de apoyo urbana en el Centro Cultural. Era
una especie de auditorio rústico que se había construido en San Luís y la gente
lo hacía llamar “Centro de Convenciones”. En él se realizaban las asambleas de
la comunidad, eventos culturales y artísticos, bailes y además, tenía su
cafetería. Solía reunirme ahí con Augusto, éste se había adelantado a la
desmovilización y realizaba frecuentes viajes a la capital o a San Miguel; de
hecho, era una especie de gestor de la comunidad hacia diferentes organismos
internacionales. Pero los directivos no lo querían, lo grillaban y marginaban
de las tareas importantes. No era el único compa exguerrillero en esa
situación. De hecho había una especie de discriminación hacia los
exacampamentados, por parte de los directivos de la comunidad. Más bien era una
especie de celo, tendiente a impedir que los compas que iban quedando
desmovilizados fueran a desplazarlos de los espacios de conducción. Los compas
acampamentados tuvieron siempre más autoridad moral, que muchos de aquellos
acomodaticios políticos arraigados en los cargos de conducción desde los
primeros años de las emigraciones hacia Honduras. Era ese el caso de muchos
compas, que se encontraban en la comunidad por razones ajenas a su voluntad
(lisiados, paridas, veteranos muy desgastados físicamente, etc.) que ahora
estaban, no sólo marginados de las tareas internas del frente, sino incluso de
la comunidad.
Solía llegar
a aquel cafetín y encontrarme con Augusto, o con Alfonso, que era otro paisano
integrado a las tareas comunitarias. Ellos me ponían al tanto de todos los pormenores
de los problemas internos de la comunidad, de la directiva y de los aconteceres
de la patria. De hecho, Augusto preparaba un viaje hacia el exterior. El
cafetín era atendido por una compa, que era tía de Tilo y había sido cocinera
del Chele César. Podía tomarme todo
el café que quisiera  a cambio del pago
de uno, y a hurtadillas me obsequiaba con algún almuerzo cuando no estaban los
encargados. Lo otro es que siempre encontraba algún compa conocido con quien
platicar, o me citaba ahí con mara urbana o extranjeros amigos. Sabinón, que
había salido de prisión, me invitaba con frecuencia a su rancha que compartía
con una refugiada.
Aquel día
había acordado encontrarme con Alfonso, que era paisano. Hacía días que estaba
planteándome su interés por integrarse al frente como acampamentado.
-Déjame
platicar con Juan y con Licho, es probable que te encuentre acomodo en la Escuela. ¡Como sea,
aceptaron a la Viviana,
que es peruana, no veo por qué no te puedan aceptar a vos! La dificultad podría
ser con los directivos de la comunidad, por tus tareas actuales aquí.
-Son pura
mierda esos de la directiva, de todas formas, si no me dan la oportunidad en
una de las estructuras internas, yo me voy de regreso a México. ¡Estoy harto de
este burocratismo y de tanto oportunismo!
-No, sí de
que son pura mierda no hay duda, pero son parte del frente y Juan José es
hermano de Jonás. Si él no pone mucha objeción en el colectivo de conducción
del regional, ya estás adentro. 
Mis reuniones
ahí con Yasser se habían hecho más frecuentes, a ellas se integraba
ocasionalmente Pancho Chela, que
había sido el tremendo fiscal de aquella tremenda corte en la que se
enjuiciaron a los dos supuestos espías; en ocasiones llegaba el Choco René, que se desempeñaba como
misilero de la fuerza. Era de la última camada de compas ingresados al frente
desde Managua.
Como Yasser
era un poco teórico, y al Choco casi
no lo conocía, temía que aquella propuesta de la Asociación Libre
de Artistas de Morazán
(ALAMO) fuera sólo llamarada de petate. Al final me
podía dar un quemón con los dirigentes del partido y quedar peor de lo que ya
estaba. Por lo menos sabía que me estaban aislando para ablandarme un poco, y
luego me regresarían a las estructuras internas. Era la vieja táctica que
solían aplicar contra los que consideraban “renegados”.
-Ahora que
estamos reunidos lo tres, vamos a definir los puntos sustanciales del Proyecto
del Arte y la Cultura Pero
antes yo propondría que discutiéramos una proyecto de biblioteca para la comunidad,
a manera de darnos cobertura entre la población! Si no hacemos algo para la
comunidad, nos pueden expulsar los directivos de aquí y entonces sí buena la
vamos hacer. Marginados por la conducción del frente y expulsados de la
comunidad, ‘ta yuca.
-Mirá,
Genaro, es que con Yasser hemos discutido bastante un proyecto más integral de
promoción de la cultura pa’ todo el frente, incluyendo a la Comunidad Segundo
Montes –dijo el Choco Rene.
-Si yo te
entiendo perfectamente eso, pero vos sos nuevo en el frente y no sabés mucho de
las truculencias de algunos miembros de nuestra conducción y de la directiva de
la comunidad. Yo, lo que estoy es, tratando de que nos cubramos las espaldas
antes de empezar la batalla ¡Es una guerra, contra personas que también son
expertos de la guerra! Lo que yo quiero es que sorteemos los escollos políticos
que de seguro se nos van a ir presentando. Si no hacemos las cosas bien. ¡Vamos
a tronar como cuetones de feria! Yo puedo influir en algunas gentes del Colectivo
de Conducción, como Juan, Manolo e incluso Fidel Zarco, que ahora muestran cierta disidencia a las políticas
oficiales del frente, pero vamos a tener a toda la demás perrada encima. A vos
tal vez no te preocupa eso, porque eres artista, pero yo soy político y esa ha
sido mi chamba en los frentes de guerra casi desde los inicios. Tu rollo es muy
culturalista y para mí lo cultural sólo es parte de un problema más complejo de
este frente, que tiene que ver con problemas de conducción, de método, de
estilo de trabajo, de prácticas políticas y de actitudes?
-¿Qué
proponés vos, entonces?
-Varias
cosas. Primero, que nos propongamos construir una biblioteca pública en este
campamento y a la vez le vamos entrando a lo que proponen ustedes: el Museo de
la Revolución, la Casa de la Cultura, el Festival de Invierno y la reactivación
del Grupo de los Torogoces de Morazán.
Lo otro que propongo, es que Yasser, quien es quien tiene más tiempo de los
tres, elabore un documento como Propuesta de Crítica al Partido, tendiente
a la corrección de los problemas de conducción. Para mí esto último es lo
esencial del esfuerzo, si no enfrentamos los problemas del partido por ese
lado, no estamos haciendo nada.
-Es que a mí
lo que me interesa es sólo la promoción de la cultura y el arte en el frente,
yo no soy político y la verdad es que no me interesa mucho, entrar en esos
enredos, –dijo el Choco
-Vaya, lo que
pienso es que más bien lo que te interesa es proyectarte como artista, y no
contribuir a los problemas que se están dando en el frente. Pues déjame decirte
una cosa: a nuestros líderes, la cultura y el arte, les vale un pepino; están
preocupados por la guerra y por cuantos hombres-arma logran emplantillar para concretar lo de la
negociación. De modo que, si esa es tu proyección, est
ás bien jodido maestro, si piensas
que vas a lograr algo sobre el arte y la cultura sin dar la batalla por su
aceptación en las estructuras de conducción, está ya jodido de entrada. A las
primeras de cambio te disciplinan y sanseacabó tu Asociación Libre de Artistas
de Morazán. Ya vas a ver por dónde te van a dar tú libertad para ser artista.
-Genaro tiene
razón, vos –dijo Yasser. Lo que pasa es que vos has estado desempeñándote
afuera y no sabés cómo se las gastan aquí. Si no hacemos correlación para el
proyecto, a la vez que comenzamos a impulsarlo, no vamos a llegar a nada. Estoy
de acuerdo en lo de la biblioteca y en la elaboración de un documento de
crítica a las líneas de conducción del partido.
-Pero es que
no se trata de que vamos a pelearnos con los dirigentes del partido, sino de
convencerlos de la necesidad de promover el arte y la cultura en el frente. La onda es hacer arte, para hacer
humanamente practicable lo que políticamente es justo
–insistió el Choco.
-¡Me gusta
eso último que dijiste! Puede ser el lema de la asociación y de la revista Hacer arte, para hacer humanamente
practicable lo que políticamente es justo
¡Ese podría ser el lema de la
revista!
-Me parece
bien la idea de la revista, sólo que yo no le entraría al documento de crítica
contra el partido. Desconozco todos esos bonches que plantean ustedes y no
podría avalarlo –dijo el Choco-
-Está bien lo
que vos decís, sólo que sobre tus aspiraciones de ser artista te la voy a poner
fácil. Si con esto no te convenzo, no vamos a poder caminar juntos. Estamos en diferentes
frecuencias y hablamos lenguajes diferentes: ¿Cuál es tu tarea principal en el
frente?
-¡Misilero!
-¡No jodás,
cabrón! Vos pensás que el frente te va a permitir descuidar tus labores de
descagalar los medios aéreos para que te dediqués a hacer reír a los compas.
Aquí hubo ya un grupo de artistas, y aunque eran campesinos, eran buenos ¡De
los mejores mimos que yo he visto en mi vida! Leoniditas era uno de ellos,
recién lo mataron durante el operativo enemigo pasado, el otro es Modesto, que
ahora anda de logístico en la
Montaña. A los Torogoces, que eran el grupo musical histórico
de nuestro ejército, los desmantelaron para potenciar las estructuras militares
a la víspera de la ofensiva ¡Y eran artistas y músicos reconocidos y con una
tradición histórica entre la mara de la fuerza! ¡Los desmantelaron, compa! ¿Vos
pensás que por ser el Choco y venir
del exterior y haber estado en Managua o en Cuba especializándote en asuntos
artísticos te van a dar el banderazo? ¿Vos pensás que  van a aceptar que descuides tus tareas de
misilero pa’ que te dediques a lo que a vos te gusta? ¡Estás mal!
-¡Vos tenés
razón! –dijo Yasser. Pero el Choco
René y yo, ya días estamos en pláticas con otra raza, como Sebastián Torogoz,
Pancho Chela, el Padre Esteban,
Alejandra, en fin, varios, y pensamos conectarnos con alguna raza del frente
sur. Creemos que vos podrías formar parte del grupo promotor de este proyecto.
-Barájamela
más despacio. ¿Con qué propuesta se piensa jalar a gente que no tiene que ver
con el arte y la cultura, como el padre Esteban o Alejandra o los compas del
frente sur?
-La idea de
inicio es un proyecto al margen del partido para promover una revista, una casa
de la cultura, un museo y la reorganización de los Torogoces de Morazán, que son un símbolo de la canción
revolucionaria salvadoreña.
-Me gusta la
idea, pero ¿con qué cuentan pa’ llevar adelante eso?
-Hasta ahora
sólo la promesa de publicarnos una tirada de revistas por parte de la vice
rectora de la Universidad
de El Salvador.
       -Bueno, pues entrémosle a la idea del
documento de crítica y que sólo lo firmen los que estemos de acuerdo con él.
Ese sería como nuestra carta de presentación ante la mara. Que sea una
propuesta que se diferencie de los proyectos oficiales partidarios y propongo
que sea Yasser el que elabore el borrador, después nos vamos sobre lo de la
biblioteca comunal y ahí vamos acomodando las cargas en el camino ¿Cómo la ven?
-A mí me
parece bien –dijo Yasser.
-Yo sólo le
entraría a la parte artística y cultural del proyecto, o sea, a lo del Museo de
la Revolución,
la Casa de la Cultura y el Festival de
Invierno –dijo el Choco.
       -Yo le entro a lo de firmar el documento
de crítica al partido y a la revista –dijo Pancho Chela.
-¡Pues
adelante, somos incluyentes y la idea es que cada cual aporte en aquello que se
sienta capaz!

EL GRUPO DE LOS BRAVOS

Desde aquella
meseta, convertida en “Centro de Convenciones” y cafetín, se mostraba con toda
claridad la silueta de los montes exuberantes y las arboledas que se alzaban en
todos su costados. La luna era un disco levemente recortado, rodeado de un
cielo espeso de estrellas. Aquella noche habíamos acordado reunirnos en pleno a
discutir el afamado documento de Crítica
al Partido
. El único que no había llegado era el Choco, pero habíamos
logrado integrar en el grupo a otros compas, como Alfonso,  Miguelito, Augusto con sus reservas, después
llego el padre Esteban y Alejandra, Sabinón y no recuerdo quiénes más. Todos
contribuyeron con sus aportaciones a la elaboración, pero al final sólo
aceptamos firmarlo tres: Yasser, Pancho Chela
y yo.
Era un hecho
sin precedentes en la lógica militar del frente y los estilos autoritarios que
prevalecían en el partido. En torno a aquel documento no sólo estaban los
criterios de muchos cuadros intermedios, sino además de dos miembros del Comité
Central y del Colectivo de Conducción Regional del Frente: Fidel Zarco y Juancito. Este último era además, miembro del Estado Mayor del
Ejército. Me pareció justa y aceptable su posición de apoyarnos desde adentro,
pero no firmarlo. Augusto comentó que nos quedábamos cortos en la crítica, pero
no le entró a firmarlo tampoco.
El documento
en ciernes se denominó; CORRIENTES DE PENSAMIENTO EN EL PARTIDO y versaba sobre
lo siguiente:        
En este
frente hay una crisis del partido. Existen dos corrientes enfrentadas, una que
defiende un esquema ideologizado, y otra que propugna por la democratización.
El esquema
ideologizado hegemoniza en todos los niveles de conducción y se aferra a no abrirle
espacio a las corrientes críticas. Su argumento principal es “La guerra no
permite la democracia”.
La
hegemonía de este esquema ideologizado se manifiesta en: políticas erróneas en
la promoción de cuadros, solipsismo y acomodamiento (como expresión de un
desfase entre las proyecciones estratégicas y la concreción de los planes), distensionamiento
mental colectivo.  Desviaciones que a su
vez inciden en:
Carencia
de proyección, que  se traduce en
desmotivación, deficiencia y conformismo; desaliento, que se traduce en
criticismo y desgano en las tareas, en fin desacumulación progresiva.
La
existencia de un  esquema ideologizado,
no responde a un problema de voluntades, sino al origen histórico de las
organizaciones revolucionarias y armadas y a su carácter. No es lo mismo
“ideología” que ideologicismo; tampoco “esquema ideológico” que “esquema
ideologizado”. Ideología y esquema ideológico debe tener todo partido; pero ideologicismo
y esquema ideologizado es una desviación peligrosa. El ideologicismo es un
esquema mental que todo lo ve y lo mide desde un código de valores ideológicos
abstractos, planteados en términos ideales, a los cuales se pretende llegar por
medio de la fe, ignorando aspectos tan importantes como la idiosincrasia del
pueblo, lo cual nos acerca demasiado a los dogmas religiosos capaces de
enceguecer y fanatizar temporalmente a grupos de personas, pero incapaces de
transformar la conciencia de los amplios contingentes de la sociedad. El
ideologicismo, por tal, está desfasado a nivel mundial y está condenado al
fracaso en los tiempos actuales. El ideologicismo constituye por tal razón, un
obstáculo muy grande para avanzar, toda vez que no es capaz de autoreconocerse
y por tal no es capaz de autocriticarse. Esta es una realidad evidente entre
los cuadros de conducción, responsables de áreas y estructuras que están
ideologizadas y actúan en consecuencia practicando: fariseísmo político,
verticalismo, empirismo, moralismo, maniobrerismo, discurso panfletario y
desensibilización.
La
corriente crítica propugna por un partido democrático, rejuvenecido, dinámico y
no deificado. Se encuentra dispersa en los frentes y por lo general algunos de
sus miembros tienen temor de expresarse abiertamente. Esta corriente posee más
fuerza a nivel de base, pero también es apoyada por numerosos cuadros
intermedios y dos o tres representantes de dirección. Todos los militantes que
simpatizan con la corriente crítica han sido marginados y algunos empujados a
la desmovilización; mientras que los ideologizados han sido promovidos a
mayores niveles de responsabilidad. Los factores que han empujado al
fortalecimiento del pensamiento crítico son varios y diversos:

 El factor psico-social post ofensiva de 1989 (los
resultados no correspondientes con las expectativas creadas).
 La nueva conformación mundial que pone al descubierto los
grandes errores del socialismo.
 La creciente ola democratizadora en Europa del Este.
 El cambio de política de los Estados Unidos hacia el
exterior.
 El desgaste y debilitamiento del militarismo en América
Latina, que ha abierto campo a las democracias formales.
 El fracaso electoral de los sandinistas
 La derrota y humillación de Irak.
 El desarme de grupos guerrilleros históricos, como el
M19.
 El desmantelamiento progresivo de la URSS.
 La perspectiva de grandes tareas derivadas de la
negociación.

Finalmente, se concluía
con una serie de propuestas de solución a toda esta problemática y a la
superación de esta crisis que era inviable para las nuevas condiciones de
confrontación política que se avecinaban.
De aquel
documento se derivó una de las medidas más socorridas por nuestra dirección.
Cada vez que aparecían grupos disidentes, que a su parecer le hacían sombra a
su autoridad, “la marginación” y las medidas administrativas eran uno de sus
recursos favoritos.
A Pancho Chela lo enviaron a la capital a un
supuesto tratamiento médico de sus males históricos, al Choco René lo involucraron en una dinámica de trabajo que lo
imposibilitaba a seguir promoviendo el proyecto de Arte y Cultura, a Yasser lo
dejaron aislado en la Segundo Montes y a mí me enviaron provisionalmente a la
montaña, como apoyo de la Radio Venceremos; mientras, por otro lado, intentaban
cooptarme a la dirección regional para neutralizar mi posición crítica. Para
esto último, la invitación me vino por el lado de Juancito. Acepté participar en una de aquellas reuniones por dos
razones: la primera, para promover nuestra propuesta sobre el Arte y la Cultura y nuestra
propuesta crítica sobre el partido y en segunda instancia, porque sabía que
hacia el interior de la dirección había compañeros que simpatizaban con
nosotros veladamente, y otros como Juancito, Fidel “Zarco” y medianamente
Manolo, apoyaban nuestra propuesta abiertamente.
La revista
ÁLAMO se mantuvo publicando hasta el número tres, aún después de la firma de
los acuerdos de paz;  el Museo de la Revolución fue
inaugurado en Perquín pasados los Acuerdos de Paz. En su montaje e inauguración
estuvieron presentes Jonás, el “Seco” Gustavo -que ya lo tenía en mente para
sus futuros proyectos empresariales-, Andresón, Juancito, Manolo y muchos otros compañeros más de la dirección,
cuadros intermedios y hasta población civil y, obviamente, los miembros del
Grupo ÁLAMO que ya éramos afamados en el frente como el Grupo de los Bravos; en febrero del 92 se
inauguró la Casa
de la Cultura
y el Festival de Invierno meses después. En aquel evento, amenizaron los Torogoces
de Morazán
y algunos otros grupos salvadoreños, promotores de la canción
revolucionaria y de protesta.

Aquellos
proyectos tan estigmatizados en un principio, fueron integrados por la comandancia
del frente al polo de “desarrollo económico”. Hacia fines de 1992, la argolla
del ERP, se reunió, y en su balance interno decidieron hacer una repartición de
los bienes del partido y del frente, y dentro de este reparto: la Casa de la
Cultura le quedo a la alcaldía, porque el proyecto se montó en una parte de ese
local, el Festival de Invierno se sigue haciendo cada primera semana de agosto,
y es promovida por las autoridades locales y turísticas de Perquín; y el  Mueso de la Revolución, se lo agenció el
nicaragüense Mario Chocho a manera de
propiedad privada, en el marco del reparto de los bienes que la argolla distribuyó entre sus más
allegados. Pero al menos han servido como un instrumento para el rescate de la
cultura, de la memoria histórica del proceso y de los héroes y mártires de la
revolución.


Reseña Histórica de ALAMO

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Breve Reseña
Histórica
de la Agrupación
Libre de Artistas de Morazán


Por
Baneste

Después
de la Ofensiva pol
ítico-militar
del 11 de noviembre de 1989, denominada “Al Tope y Punto”, se
abri
ó
el proceso de negociaci
ón
entre el gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Mart
í
para la Liberaci
ón
Nacional, el cual era de carácter irreversible y definitivo para
ponerle fin a la guerra.

Esta
perspectiva trajo como consecuencia la inevitable preocupaci
ón
de la militancia guerrillera sobre las opciones de reinserci
ón
a la sociedad ya en un ambiente de paz. En el Frente Nor-oriental
“Francisco S
ánchez”,
en el cual yo me encontraba, exist
ía
una crisis interna, ya que hab
ían
dos corrientes enfrentadas: una, que se defin
ía
como
ideologizada,
verticalista y antidemocr
ática
,
con m
étodos
de trabajo obsoletos e impositivos, compuesta principalmente por la
m
áxima
dirigencia y militancia de vieja guardia con intereses creados; y
otra, la denominada
Corriente
Cr
ítica

que propugnaba por la democratizaci
ón
y modernizaci
ón
del Partido de la Revoluci
ón
Salvadore
ña,
PRS. No hay duda que si la dirigencia hubiera abierto los espacios de
participaci
ón
propuestos por la gente que se enfilaba en la Corriente Cr
ítica,
el Ej
ército Revolucionario del Pueblo como organización fuerte que era, no se hubiera desintegrado.

En
ese marco, en 1991, es que surge el esfuerzo de la creaci
ón de ALAMO
(Agrupaci
ón
Libre de Artistas de Moraz
án),
como ente aut
ónomo e independiente, puesto que la máxima
dirigencia del ERP siempre vio el arte como un simple instrumento
para la exaltaci
ón
panfletaria de las masas. Los iniciadores de este proyecto fueron
Yasser, Rena (Ricardo Nu
ñez)
y en alguna medida Ren
é
“Choco”. Entre los miembros fundadores, quienes estuvieron
presentes en la constituci
ón
del Colectivo Promotor del Arte y la Cultura Revolucionario, se
encontraban: Esteban (alem
án), Federico (italiano), La Flaca
(espa
ñola),
Monserrat (espa
ñol),
Victoria (peruana), y los salvadore
ños
Ren
é
Choco, RENA y Yasser. Este
Colectivo
Promotor del Arte y la Cultura 
Revolucionario,
pas
ó a llamarse luego ALAMO.
Pronto se unieron muchos m
ás compañeros
que empezaron a colaborar con los diferentes proyectos de trabajo.
Entre los que se agregaron a este esfuerzo de manera entusiasta,
tenemos: Maru, Alfonso y Guadalupe (M
éxico)
Linda (Chicago, EEUU), Jean (Canad
á),
Genaro, Pancho, Carolina, Gregorio Bello, el sacerdote Esteban
Vel
ásquez,
y muchos otros.

Entre
los proyectos mas importantes que esta Agrupaci
ón
desarroll
ó, se destacan:

  1. Publicación
    de la Revista
    álamo.
  2. Restauración
    del Mural de Monse
    ñor
    Romero y los Jesuitas (fachada Iglesia de Perqu
    ín).
  3. Biblioteca
    Comunitaria de la ciudad Segundo Montes.

Entre
los proyectos que elabor
ó
ALAMO y que fueron impulsados por gente que no pertenec
ía
a la Agrupaci
ón,
se destaca: Museo de la Revoluci
ón, del cual también se desarrolló la idea que pasó a llamarse Museo de la Palabra y la Imagen.

En
cuanto al financiamiento de esta Agrupaci
ón,
fue un esfuerzo de sus miembros, nunca obtuvimos financiamiento de
ninguna organización extranjera. En la publicaci
ón
de la revista nos cooper
ó
con recursos y equipo la Ciudad Segundo Montes y la Universidad
Nacional de El Salvador.

Se publicaron tres números en formato  de revista, y tres en formato de boletín. Entre  los colaboradores más importantes que proporcionaron artículos u otros escritos, se destacan Gregorio Bello y Nora Vanegas, junto con el gran bien recordado sacerdote Esteban Velásquez. De hecho, mi intención es publicar (republicar) todo lo que se publicó en la revista-boletín álamo, porque son escritos que denotan de una manera u otra el compromiso con las causas de lucha del pueblo de El Salvador.