Las Curiosas Similitudes entre QAnon y Bitcóin

QAnon
fue iniciado por alguien no identificado que hizo sus primeros
posteos bajo el indicativo «
Q»,
y bien puede haber sido un agente (o grupo de agentes) de algún
organismo de inteligencia actuando con o sin autorización oficial.
No puede descartarse que también pudo haber sido un agitador
propagandista perteneciente a la estructura de apoyo del trumpismo; o
simplemente alguien que quería hacer dinero, pues ha resultado muy
lucrativo para sus principales promotores.

Bitcóin
fue comenzado por alguien no identificado que usó el nombre Satoshi
Nakamoto
durante estuvo activo en el periodo de construcción del
proyecto. Este pudo haber sido un agente o equipo de agentes de la
inteligencia de algún estado poderoso. También Nakamoto puede haber
sido (y ser) un grupo de individuos con un bien concebido plan de
desfalco jamás antes concebido.

El
creador de
QAnon se retiró del foro en el que se comunicaba
con sus seguidores, poco después del ataque al Capitolio de los
Estados Unidos, en el que participaron de manera muy visible varios
miembros de ese movimiento. Aunque se ha especulado que el
administrador de 8chan o su padre, o ambos pueden ser 
«Q», nadie
se ha preocupado por iniciar una investigación oficial para
confirmarlo, pese a todo el daño causado por este movimiento.

Quienquiera
que fuera Satoshi Nakamoto, iniciador de
Bitcóin,
desapareció súbitamente del ámbito internauta en 2010. Y aunque varios individuos han sido presentados reclamando su identidad, incluyendo uno que lleva el nombre Nakamoto, nadie ha mostrado interés en verificarlo.

Tanto «Q» como Satoshi Nakamoto no han sido identificados por las
autoridades, y no se conoce de alguien que haya expresado algún interés en hacerlo, a
pesar de que —no importa cuánto alguien trate de ocultarse en
internet— puede ser localizado a través de relacionársele con un
enrutador
o módem, aunque haya usado un punto de acceso (hotspot) público, porque al final cada
compañía proveedora de servicios de internet conoce exactamente la
ubicación de cada uno de sus dispositivos de conexión y a quién se
lo ha asignado. Toda actividad en internet puede ser rastreada a un punto de origen, aunque se haya utilizado recursos como la llamada VM (Máquina Virtual, por sus siglas en inglés).

El
objetivo de 
«Q» era reunir a personas de ultraderecha
fácilmente impresionables con falsos rumores y canalizar su
descontento hacia la izquierda «malévola» para movilizarlas en
apoyo incondicional del expresidente Donald Trump. Como no se ha
querido identificar a 
«Q», no se sabe si ha participado
de los beneficios económicos que generó y continúa generando el
movimiento que inició.

El
supuesto objetivo de Satoshi Nakamoto era consolidar una forma
novedosa de hacer transacciones monetarias sin la intervención de
instituciones financieras o entidades fiscalizadoras. Ya que nunca se
ha realizado ningún esfuerzo (ni ha sido solicitado) para
identificar al creador de
Bitcóin, se
desconoce en qué cuantía se podría haber beneficiado
económicamente o si por el contrario nunca obtuvo ningún beneficio.
Esto porque —ya que la morfología del nombre es japonés— no es
descabellado especular que su proyecto se concibió y dirigió desde
Japón. Tampoco está fuera de las posibilidades que Satoshi Nakamoto
haya creado
Mt Gox, con base en Japón, con el
claro propósito de desfalcar a muchos de los entusiastas adoptadores
de bitcóin. Resulta curioso que Mt Gox se fundó el año en que Nakamoto desapareció del ámbito Bitcóin público y, todavía más, que esta empresa haya servido para llevar a cabo una de las mayores estafas en criptomoneda entre el año en que se fundó (2010) y el año en que desapareció (2014). No hay manera de saberlo con 
precisión porque nadie se ha propuesto
investigarlo.

Todas
estas similitudes, aunque especulativas, son particularmente
válidas si se toma en cuenta que no es fácil poner a andar un
proyecto de largo alcance sin una estructura inicial de apoyo para
una rápida expansión. Normalmente estos proyectos cuentan con
elementos dislocados en diferentes puntos geográficos, quienes a su
vez poseen un círculo de apoyo básico. Esto es fácil deducirlo al
observar cómo se han desarrollado tanto
QAnon como Bitcóin,
pese al hecho de haber sido iniciadas por entidades no identificadas,
es decir, por alguien a quien poder responsabillizar, cuando se sabe
que cualquier persona sensata no se involucraría en algo proyectado
por un anónimo.

Estos
son proyectos que —además de las coincidencias entre sí— tienen
mucha similitud a la cacareada
Red Oscura (Dark web)
y el navegador de internet
Tor,
que supuestamente garantizan la privacidad y el anonimato, pero que son espacios o instancias de acción de las agencias de
inteligencia, las cuales se limitan a actuar solamente en casos
designados,
ignorando el
grueso de la enorme actividad ilícita que allí se realiza.

En cuanto a Bitcóin, es acertado considerar que haya sido la creación de algún organismo de inteligencia del neocolonialismo ya que su implementación facilita la transferencia de fondos a grupos generadores de conflicto en aquellos países donde la potencia interesada desarrolla o pretende desarrollar una guerra de tipo proxy. También facilita la evasión de detección de toda la actividad de lavado de dinero y transferencias entre grupos y organizaciones de la derecha gansteril criminaloide que ha globalizado su accionar en los últimos años.