Cambiando de Tema: Mis Sueños

EXPERIENCIAS DEL SUBCONSCIENTE


Siempre me
ha intrigado una capacidad innata que tengo de tener sueños prolongados por capítulos. Con frecuencia me he preguntado si habrán otras personas
que tengan estas mismas vivencias que en lo personal me dejan perplejo cada vez
que ocurren. Me parece que esta curiosa cualidad es más resaltante tomando en
cuenta que no soy alguien que sueña muy seguido.

Esta
experiencia se me ha presentado en varias ocasiones en dos modalidades: a veces
el sueño ha sido completado a intervalos durante la misma noche, y otras veces,
su desarrollo ha tomado varias noches. En ambos casos, el sueño ha continuado
asombrosamente en el punto donde quedó cuando fue interrumpido. Las interrupciones
han sido porque el sueño ha sido simplemente detenido, o porque me he
despertado abruptamente de manera involuntaria. En cualquier caso, cuando el
sueño ha continuado, se ha producido una secuencia acorde con su desarrollo
inicial y aspectos claves de la locación de los sucesos se han presentado con
el mismo detalle de sesiones anteriores, como para reconfirmar que efectivamente
se trata de la misma vivencia. Otro aspecto curioso es que estos sueños nunca
han sido desagradables. Es más, podría decir que había un deseo en mi
subconsciente que impelía su continuación, para prolongar el deleite o gozo que
producen y para conocer su desenlace.

Aunque Sigmund Freud argumenta que los deseos reprimidos que se muestran disfrazados en los sueños generalmente tienen algo que ver con los antojos sexuales insatisfechos de la infancia, los sueños son importantes y se ocupan solo de los asuntos que no podemos resolver mediante la deliberación consciente y la acción que permite la satisfacción de otros deseos del sueño que la realidad ha frustrado: El deseo de la existencia continua de un ser querido ya muerto, el deseo de dormir como una continuación del escape de la realidad, el deseo de regresar a la infancia, el deseo de venganza cuando la venganza es imposible; en el caso de los míos lo curioso es su modalidad.

Una locación
recurrente de algunos de mis sueños es la casa donde falleció mi madre cuando yo tenia
apenas ocho años. Yo y mi hermano, que era un 
año menor, lloramos mucho su muerte. Esa casa tenía una sala grande, una
cocina y comedor con mucho espacio, dos dormitorios bastante amplios, un patio
con jardín espacioso donde estaba ubicado el baño y la letrina en el extremo
final de la vivienda. En la sala habían dos puertas que daban a la calle, y
entre ellas, a media altura, dos ventanas con cortinas plegables de finas
reglillas de madera. Esa casa fue vendida por mi padre un par de años después
que ella murió y construyó una más pequeña y mucho más modesta en una propiedad
que compró en el barrio donde vivía mi abuelo y mi abuelita.

En estos
sueños siempre soy un niño, nunca aparezco siendo un adulto; pero no solamente
en el aspecto físico, sino también en la parte psicológica, sorprendiéndome
sobremanera la inocencia que opera en mi persona sin ningún tipo de referencias
a mi acumulación de conocimientos como adulto. Todos los sucesos posteriores a
mi infancia, de la categoría que sean, buenos o malos, agradables o
desagradables, simplemente no existen. Nunca me casé, nunca fui católico, nunca
me quisieron matar, nunca hurté, nunca mentí, no me emborraché ni una sola vez, y jamás nunca fui a la guerra.

Me
pregunto, ¿habrá otras personas que tengan esta clase tan rara de sueños?